Para el INTA, renovarse es vivir
En una entrevista con Clarín Rural, el presidente del Instituto adelanta una reformulación de la cartera de proyectos de investigación, con hincapié en nuevos paradigmas de mayor impacto productivo.
-¿Hacia dónde apunta el INTA en 2019?
-Tenemos una expectativa interesante porque estamos cerrando la cartera de proyectos de los últimos 4 años y arrancando una nueva con un cambio en el paradigma sobre la definición de los temas. Hemos hecho un trabajo muy profundo dentro de todo el INTA, tomando contacto con los problemas que realmente tengan impacto en la producción. Definimos 260 problemas y apuntaremos a priorizarlos adecuadamente, para generar los planes de trabajo de los próximos 4 años, en un aporte a todo lo que significa la agroindustria, no sólo con foco en la producción primaria sino también pensando en todo lo que podemos aportar en otros aspectos, y sumando otros actores. A partir de marzo lanzaremos las grandes líneas, con proyectos, actividades y roles que se concursarán. Estamos pensando en la edición génica y otras tecnologías y procesos científicos que hoy son vanguardia global, y desde el INTA queremos ser actores frente a esos desafíos.
-Dentro de los diversos sectores productivos, ¿cuáles priorizarán?
-Por ejemplo, hemos puesto el foco en ganadería, porque en todo lo que significan los índices productivos estamos estancados en los últimos 30 años en la productividad, sobre todo en los índices de cría. Entonces, iremos actuando sobre los distintos ítems y aspectos que generan pérdidas de productividad. Claramente, la alimentación sigue siendo una limitante central para los rodeos argentinos, a pesar de que ha surgido mucha tecnología. Entonces trabajaremos en cada región con los baches puntuales que estamos detectando, a través de soluciones como pasturas megatérmicas en el norte del país, atacando los bajones de oferta invernal hasta temas de volumen nutricional y aportes proteicos. Otro de los cambios importantes es que la extensión va a surgir desde el primer día en las líneas de investigación. Queremos que el productor sea parte, y participe de las nuevas líneas de investigación desde el nivel inicial.
-¿Cuánto de novedoso es esto en el INTA?
-Hay muchas cosas que se hacían pero que no tenían la visualización adecuada. Hoy todos los proyectos tecnológicos que se lancen tienen que tener desde el primer día contemplada la extensión, de lo contrario no pasarán los filtros de aprobación en los comités de evaluación. Vamos a actuar en cada una de las cadenas y los ámbitos de acción que vamos a priorizar. Creemos que necesitamos hacer un esfuerzo para potenciar esa interacción interdisciplinaria con otros organismos e institutos, tanto nacionales como internacionales.
-A nivel granos, desde la genética hasta la protección de cultivos…
La línea clara que atraviesa todos los programas del INTA es la intensificación sostenible en todos los procesos, desde las Buenas Prácticas hasta el uso de los productos y las mediciones de emisiones que cada uno de ellos genera. Tenemos un abanico completo de cómo intensificar sosteniblemente. No lo miramos sólo desde un cultivo en particular sino a través de todo el sistema productivo.
-¿Qué oportunidades están viendo a mediano plazo, para potenciar la oferta del INTA en mejoramiento de semillas?
En todo lo que es germoplasma, la discusión no pasa sólo por soja y trigo. Tenemos un enorme potencial en el tema forestal, en eucaliptos y pinos, con el tema de clones. Hemos tenido un gran crecimiento, con materiales que a los 8 años son maderables en un clima óptimo como el norte de Corrientes, y podemos seguir avanzando en base a genética y a un manejo integrado de cultivos. Tam-
Entre los nuevos focos de acción, detectamos que hay mucho por crecer en los índices ganaderos, en especial por la alimentación. Fomentaremos una mayor interacción con otros actores como el Conicet, las universidades y las provincias para beneficio mutuo. En el desafío de lograr una renovación con la esencia fundacional, estamos eligiendo nuevos paradigmas de aplicación efectiva.
bién hemos avanzado en 30 variedades de duraznos. Tenemos muchos cultivos que ocupan menos área pero son muy importantes para las economías regionales. Una forma de hacerlo es a través de flujos que vengan de los cultivos más rentables. Como instituto público, nos permitiría reasignar partidas a investigaciones estratégicas en cultivos en desarrollo, con limitantes en volumen o escala, pero que podrían aprovecharse más, desde nogal, vid, forestales, cítricos, entre otros. Se trata de cultivos que muchas veces no están en la discusión central pero también general valor, mano de obra y oportunidades de trabajo en regiones que de otra manera no tienen opción.
-El desarrollo federal es uno de los objetivos históricos del INTA. ¿Habrá polos tecnológicos en el interior?
Aspiramos a un desarrollo más integral y federal. Estamos muy abastecidos en la Pampa Húmeda con tecnologías, pero en otras regiones estamos bastante solos pero tenemos que dar respuesta a necesidades y estamos tratando de darlas. Estamos planteando un cambio de paradigma, para pasar de ser un instituto de Investigación a la idea de distrito de innovación y eso queremos que no sólo se exprese en nuestra mayor estación experimental con sede en Castelar, en el Gran Buenos Aires; queremos que en cada lugar donde se genere esa innovación, se genere un cluster de oportunidades regional. Entonces, en cada lugar que se identifica con una determinada temática y genera valor, buscamos potenciarlo para que genere empresas y desarrollos sostenibles, oportunidades de trabajo a investigadores de INTA y a su comunidad. En Pergamino, por ejemplo, se da como cluster de semilla. Lo mismo pasa en Mendoza, con una empresa de ex técnicos del INTA que han desarrollado un servicio de monitoreo a través de drones Algo similar estamos pensando en Anguil, La Pampa, donde se promueve la revolución de la ganadería inteligente, para medir el consumo diario y la conducta de un animal. No tienen que ser sólo tres y no queremos que se concentre en Castelar, sino que se regionalice y que cada uno, en su escala y en su especificidad, tenga una singularidad valiosa.