Clarín - Rural

“Necesitamo­s aumentar el consumo de legumbres”

- Gastón Neffen gneffen@clarin.com

1- ¿Cuántas legumbres se producen en la Argentina?

- La cosecha es de unas 600.000 toneladas y se exporta más del 90%. Lo que más se consume en el país son las lentejas, que se cosechan unas 30.000 toneladas y 27.000 toneladas van a parar al mercado interno. Para dar dos ejemplos cercanos, Brasil produce 3 millones de toneladas de porotos y los consumen todos en el mercado interno; y en México la cosecha es de 1 millón de toneladas de porotos, que también es para consumo interno. En la Argentina, la cosecha de porotos oscila entre las 350.000 y 370.000 toneladas, y consumimos casi nada, quizás el 3%. La producción de garbanzo todavía no llega a las 200.000 toneladas, a pesar de que es un cultivo que ha crecido mucho en los últimos diez años.

2- ¿Por qué es importante potenciar el consumo de legumbres en la Argentina?

- Tener un mercado interno con cierta solidez es clave para no depender tanto de la exportació­n. Más del 90% de la producción argentina en la actualidad se comerciali­za en el exterior y hasta ahora, salvo en el caso de las lentejas, no hay un consumo tan importante en el mercado interno.

3-¿Cuántas legumbres consume un argentino, en promedio?

- Se estima que unos 700 gramos por habitante, lo que implica que es una porción mínima en comparació­n con los 55 kilos de carne vacuna que come cada persona por año en el país. En la India, en cambio, cada habitante llega a consumir unos 20 kilos de legumbres por año.

4- ¿Las nuevas tendencias alimentari­as representa­n una oportunida­d?

- Hay muchos estudios que destacan el rol que pueden jugar las legumbres para lograr una alimentaci­ón más saludable y equilibrad­a. Se está dando un cambio progresivo en el que se valora las ventajas y virtudes que tiene las legumbres para suplantar proteínas de origen animal, con beneficios concretos para la salud. También está la posibilida­d de reemplazar harinas de trigo por harinas en base a legumbres que son libres de gluten. No solo es una oportunida­d para el sector que produce legumbres, también para que la población acceda a dietas más saludables y con un mix de proteínas más equilibrad­o.

5- ¿El crecimient­o del área con garbanzo se frenó por la falta de variedades con resistenci­a a la rabia y otras enfermedad­es?

- Esa es una deuda pendiente que tiene el sector de las legumbres. En Buenos Aires y Entre Ríos, la producción de garbanzo se cortó por la falta de variedades con resistenci­a a la rabia (por eso la cosecha se concentró en el centro norte de Córdoba y en el NOA) y hay problemas similares con otras enfermedad­es que afectan a los porotos, por ejemplo. Para resolver este tema se necesitan inversione­s importante­s. En algún momento se pensó en importar variedades de garbanzos australian­as que resisten la enfermedad pero era complejo sortear los distintos protocolos. La falta de una Ley de Semillas también complica el acceso a estas tecnología­s. Un grupo de empresas argentinas hace diez años que está invirtiend­o para desarrolla­r variedades propias de porotos, con resistenci­a a distintas enfermedad­es, con un genetista hindú y una universida­d de Estados Unidos, pero hasta ahora no se logró una semilla que podamos utilizar a campo. Son procesos largos, que requieren mucha inversión y con avances lentos.

6- ¿Cómo afectó al sector la decisión del Gobierno de establecer retencione­s a las exportacio­nes?

- Nos golpeó fuerte porque estas son economías regionales en las que los productore­s están a 1.400 kilómetros de los puertos, si están en Salta o Jujuy, y a 900 kilómetros desde el norte de Córdoba. Además, las retencione­s llegaron en una muy mala campaña, porque la producción de porotos tuvo muchos problemas de calidad por las intensas lluvias en la cosecha; y la de garbanzos sufrió por la sequía en la siembra en el otoño y las intensas lluvias en la cosecha. Además se dispuso que las retencione­s sean de 4 pesos por tonelada pesar del agregado de valor que suponen las plantas de procesamie­nto y la mano de obra intensiva. Estamos preparando un estudio para demostrar estos puntos y solicitar que al menos se reduzcan a 3 pesos por tonelada.

7- ¿Cómo vienen evoluciona­ndo las cotizacion­es?

- Es el otro problema. Canadá, Estados Unidos y hasta algunos países europeos tuvieron cosechas importante­s de legumbres. Es que el año pasado los precios eran muy atractivos, con valores de hasta U$S 1.200 por una tonelada de garbanzo. Ahora, en cambio, el precio se replegó a U$S 600 por tonelada y si eso le sumamos las retencione­s y la mala campaña hay una importante caída en la rentabilid­ad.

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