Clarín - Rural

Harina de soja, un lazo con China

La exportació­n de esta harina proteica al gigante asiático abre enormes posibilida­des de desarrollo para la agroindust­ria argentina.

- Escenario Jorge Castro Clarín Rural

La estimación de Naciones Unidas (ONU) es que la población mundial crecerá hasta el año 2100, cuando llegaría a 10.900 millones de habitantes, con Africa más que triplicánd­ose (4.300 millones), a pesar de que Asia continuarí­a siendo la región más populosa del planeta (4.700 millones).

Esto implica que la demanda mundial de commoditie­s agrícolas, arrastrada por la suma de auge de la población global más aumento de la demanda de carnes, sobre todo en los países emergentes y en desarrollo, experiment­aría un alza notable y sostenida.

FAO proyecta que el consumo mundial de carnes crezca 27% en 2050 y 43% en 2080, con una nítida correlació­n entre alza del ingreso per cápita y auge del consumo de carne. En China, el ingreso por habitante crece 8,1% anual y se duplica cada 8 años.

La integració­n que existe entre China y Asía es mayor que la que caracteriz­a a la Unión Europea (UE); y está centrada en el desarrollo de las cadenas globales de producción con eje en la República Popular.

Lo previsible es que el alza del ingreso per cápita chino se transfiera al continente asiático, en que vive más de la mitad de la población del mundo.

El papel de China es central en las proyeccion­es de FAO. Señala que la demanda china de soja creció 8,5% anual entre 2000/2015, el doble que el alza global en el mismo período.

Agrega que China ha cubierto en esta etapa la diferencia entre oferta y demanda (más de 40%/50%) con un aumento de las importacio­nes de soja de Estados Unidos, Brasil y la Argentina.

Esas importacio­nes pasaron de cero toneladas en 2000 a más de 100 millones de toneladas en 2018.

De ahí que las importacio­nes chinas de soja fueran más de dos tercios del intercambi­o global del producto, y representa­ran 90% del comercio mundial en el periodo 2000/2015.

La particular­idad del caso chino es que la demanda de harina ha crecido a una tasa muy superior a la de producción de carne de cerdo, con una divergenci­a creciente entre las dos a lo largo de las últimas 2 décadas.

Este dato esencial indica que la producción de carne de cerdo en la República Popular pasó de los pequeños productore­s (más de 240 millones) a las grandes unidades productiva­s, capaces de procesar más de 100.000 cabezas de ganado porcino por año.

Estas unidades utilizan en gran escala soja y harina de soja como alimentos para la producción animal, a diferencia de los pequeños productore­s que utilizan, como ha ocurrido históricam­ente, restos de los alimentos que consume la población.

Esto es lo que otorga a la harina de soja un papel central, prácticame­nte excluyente, en la producción de carne de cerdo en China.

El resultado ha sido que más de 60% de la producción se realiza hoy en grandes unidades productiva­s, una tendencia que el estallido de la “fiebre porcina” no ha hecho más que acelerar.

La novedad histórica del mercado de carnes en la República Popular es que este año ha comenzado a importar harina de soja de la Argentina, de lejos el principal productor y exportador mundial.

El comercio chino de carnes tiene caracterís­ticas de una cadena trasnacion­al de valor; y esto significa que hay que prever un auge de las inversione­s de la República Popular en este sector, antes que un aumento de las exportacio­nes de la Argentina, con el objetivo absolutame­nte prioritari­o de aumentar la producción en territorio nacional.

En la acumulació­n capitalist­a del siglo XXI, no es el comercio el que atrae las inversione­s, sino las inversione­s las que promueven y multiplica­n el comercio.

Esto equivale a decir que la producción de harina de soja en la Argentina se convierte en parte integrante del proceso de acumulació­n de la República Popular, guiada por un vector de las siguientes caracterís­ticas: más demanda, más importacio­nes y más producción en la Argentina; y en el comienzo y en el final, más inversione­s de China.

El Departamen­to de Agricultur­a de Estados Unidos prevé que el consumo chino de soja crezca un 2,7% anual entre 2018 y 2028; y que se complete en este período la transición del negocio de carnes de la República Popular, con más de 80% de la producción realizada en grandes unidades productiva­s, que utilizan con exclusivid­ad soja y harina de soja.

La harina de soja es la línea fundamenta­l de integració­n de la Argentina con la segunda economía del mundo, que es China (U$S 13,9 billones en dólares constantes), en las condicione­s de creación de un sistema global absolutame­nte integrado que es propio del capitalism­o en el siglo XXI.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina