Impacto del parate en las empresas
Un especialista analiza el escenario tributario y las complicaciones que ya se perciben en la dinámica económica.
Es sabido y sufrido por todos que la pandemia del virus genera terror, parálisis, desconcierto, impotencia y desde ya ideas necesarias para proteger la vida humana.
No hay que olvidarse de las consecuencias económicas para los habitantes. Los especialmente afectados por sus escasos ingresos son quienes viven al día, eso está claro.
Pero esto es un círculo cerrado y vicioso, pues las empresas son las que generan la fuente de trabajo sea en relación de dependencia o contratando servicios. Por suerte la tecnología con las video conferencias y el home office, sumado a la inteligencia artificial y la automatización de fábricas, están permitiendo que el país no esté parado en su totalidad , aunque virtualmente lo está. Las medidas son vertiginosas debido a las circunstancias.
Es una cadena de perjuicios concomitantes, la empresa reduce fuertemente sus ingresos, ya que los ciudadanos se quedan en casa. A su vez estos reducen el dinero que les ingresa, pero a su vez sus principales gastos - no lo únicos - están vinculados a los aspectos sanitarios y de alimentación: éstos últimos on los que provienen del campo y el Gobierno así lo entendió.
La actividad agropecuaria debe continuar pues de otra forma habrá problemas mayores de desnutrición. Hay que garantizar la posibilidad de levantar la cosecha , la producción en granjas, la actividad ganadera ovina, porcina y aviar. No sabemos cuànto puede durar esta pandemia.
A las exportaciones de granos y carne, también es indispensable protegerlas y hasta incentivarla, el Estado necesita imperiosamente los ingresos que brindan los injustos derechos de exportación.
Ante este estado de necesidad las arcas fiscales se ven fuertemente afectadas. La entrega de subsidios indispensables, y la menor o ínfima actividad implicará una reducción sensible de los ingresos recaudados. Se han dispuesto medidas de diferimiento y exenciones para los Monotributistas y PYMES, pero sufren además las consecuencias económicas y financieras las grandes empresas y en forma directa sus empleados. Para ellos no vemos normas.
Por su parte los impuestos siguen por las nubes y las adecuaciones a la situación son escasas. La estructura tributaria de la Argentina no puede ser más distorsiva y especialmente en la producción agropecuaria. Se pagan impuestos sobre ingresos no concretados - ganancia por tenencia - y carga fiscal del impuesto a las ganancias ante inflación pura. Esto hay que revisarlo urgente, y más en esta situación de los cierres de Diciembre 2019 y los próximos a vencer en el futuro.
Nota de redacción: El autor es especialista en temas tributarios de empresas agroindustriales.