Cosas que pasan, y que vuelven
reinar durante décadas como la líder de la gran epopeya ganadera. Pero Héctor Mario quería torcer la historia. Convencido de la calidad de la carne del “baby beef ”, quería llegar con el producto a la mesa de los consumidores que la valoraban y estaban dispuestos a pagar por ella.
Bueno, lo logró (lean la nota). Convenció al entonces secretario de Agricultura Felipe Solá de otorgarle 50 toneladas de Cuota Hilton, la nada misma frente a las 28.000 del cupo. No olvidaré nunca el ágape a bordo del carguero que llevaría esa carne a Alemania. Con un gran dibujo del inolvidable Horacio Cardo, la tapa de Clarín Rural se engalanó bajo el título "Tarquino es Gardel en Alemania”.
Fue un gran catalizador. Toda la ganadería argentina, raza por raza, se lanzó a buscar mercados para su marca. Muchos quedaron en el camino. Pero también mucho continuaron hasta el día de hoy, combinando el negocio con los frigoríficos exportadores. Todavía no existía el IPCVA, pero sin duda esta iniciativa fue un antecedente decisivo.
Hoy, Eyherabide es nuevamente noticia. Ahora, con su genética. Hace unos años logró exportar sus Shorthorn a Estados Unidos a través de un mecanismo muy imaginativo. Por razones sanitarias, no se puede entrar en los EE.UU. con animales en pie. Lo que hizo fue enviar embriones a Canadá, donde se implantaron sobre vientres locales. Y desde Canadá, logró entrar. Ahora está en el mercado, posicionando sus toros como ideales para el manejo pastoril, que ha generado un nicho de creciente interés en el mercado norteamericano. ¿No es una linda historia?
El segundo tema es el de la vuelta del silopaq. Cuando me incorporé a Clarín Rural, en 1991, el sistema de rollos de pasto enfardados húmedos y recubiertos por film de polietileno strech estaba dando sus pininos. El desarrollo de las mesas encintadoras había sido mi último trabajo en la fábrica de cosechadoras Vassalli, que había desarrollado una línea de máquinar para forrajes. Yo estaba convencido, por
Huantabanda viene de la cordillera.