Suelo, clima y variedades, el tridente que define rindes
Dos especialistas del INTA analizan la importancia de estas variables en los lotes agrícolas sojeros.
Durante cuatro campañas un equipo del INTA Oliveros evaluó la incidencia de variables edafo-climáticas en el rendimiento de cultivos de soja del sur de Santa Fe. A pesar de ser una zona bastante acotada, encontraron diferencias en radiación, temperaturas y lluvias, lo que se manifestó en diferencias de rindes de 2000 a 4500 kilos por hectáreas (kg/ha). Lo que más varió fue el número de granos que osciló de 1.345 a 3.000.
Silvina Bacigaluppo, del equipo del INTA, repasó cuáles fueron las condiciones climáticas que más incidieron para esa zona. “Las lluvias, está claro que son esenciales, pero también es muy importante la capacidad de infiltración, un detalle fundamental en cultivos de secano que valoran cada milímetro para convertirlo en rindeo, la calidad física de los suelos, entonces, es clave”, dijo.
En todos los lotes evaluados identificaron variables de suelo (materia orgánica - MO-, presencia de bloques compactos y la velocidad con la que el agua infiltra en ese perfil), además del clima. “Nos encontramos con lotes en los que había un buen porcentaje de MO, pero muchos bloques compactos y baja capacidad de infiltración”, alertó Bacigaluppo.
La ingeniera promueve las rotaciones, como herramienta para dar vida a los suelos. “Hay que apuntar a la visión de sistema, a las tecnologías de procesos y todo lo que implica largo plazo, porque son las más estables y sustentables y que ofrecen mayores rendimientos, aumenta la actividad microbiológica del suelo, la estructura, se emite menos óxido nitroso, aumenta la biodiversidad, esto se logra con lo que llamamos una intensificación agrícola sustentable”, resumió.
“La lluvia es la principal limitante para los cultivos en secano, está claro, es la base, por ende, las precipitaciones acumuladas en el periodo reproductivo de la soja fueron buenas predictoras del rendimiento cuando la disponibilidad de agua para el cultivo fue relativamente baja, pero también hay que tener en cuenta que la calidad física de los suelos es fundamental para explicar la variación del rendimiento en el cultivo de soja”, cerró.
En lo que respecta a la elección de cultivares, Cristian Vissani, del Equipo de Mejoramiento de Soja del Inta Marcos Juárez, resumió algunas apreciaciones a partir de los datos aportados por la RECSO, el programa de la Red de Evaluación de Cultivares de Soja, en la que se evalúan más de 120 variedades que aportan entre 15.000 y 20.000 datos de rendimiento: “Vean las tablas de rendimiento relativo de la RECSO tengan en cuenta la estabilidad a lo largo de diferentes campañas (el gráfico SHUKLA), el comportamiento sanitario principalmente cancro, phytophthora y muerte súbita y ajustar la fecha de siembra con el grupo de madurez (hay ensayos de INTA que siguen trabajando en esto)”.