Clarín - Rural

Los corrales siguen buscando su línea de flotación

Los costos de reposición y alimentaci­ón se mantienen altos y el futuro del consumo, en pandemia y crisis económica, genera incertidum­bre sobre el precio.

- Lucas Villamil Especial para Clarín Rural

El engorde a corral vive sin dudas una época compleja. En la segunda mitad del año pasado, con el alza de sus costos y el estancamie­nto del consumo de carne el negocio perdió incentivos. La situación mejoró en noviembre y diciembre con el alza del precio del novillo gordo, pero entonces el maíz pegó otro salto, el consumo se derrumbó y los feedlots quedaron nuevamente en el torniquete. Ahora, en plena zafra de terneros y cereal, los empresario­s vislumbran un año difícil y adoptan estrategia­s finas que les permitan sobrevivir a la crisis.

“Venimos de un verano muy planchado. La recuperaci­ón que se venía dando en noviembre y diciembre con el repunte del precio de la hacienda gorda fue neutraliza­da por el alza en el valor del maíz”, ilustra Juan Eiras, presidente de la Cámara Argentina de Feedlot (CAF), en diálogo con Clarín Rural. Luego remarca que ahora los valores del gordo son buenos y que el costo de la alimentaci­ón se amesetó. Como consecuenc­ia, en marzo la ocupación de los corrales creció de 50 a 55 por ciento de la capacidad instalada. “Es un leve cambio de tendencia, segurament­e abril y mayo consolidar­án un cambio mayor”, dice Eiras, pero advierte que en este contexto el precio de la hacienda de invernada sigue siendo el factor determinan­te.

En plena zafra, los valores se sostienen elevados y los operadores del mercado siguen afirmando que hay muchos pesos que se transforma­n en vientres y terneros como reserva de valor. “Por encima de los 200 pesos por kilo para los terneros, deja de haber incentivo para el engorde”, dice Eiras al respecto.

En efecto, los analistas del negocio ganadero coinciden en describir una nueva tendencia en la terminació­n de la hacienda, en la que se consolidan recrías a pasto y encierres más cortos. Es la decisión que tomó, por ejemplo, Pablo Latuf en su establecim­iento de la Cuenca del Salado. “El año pasado intentamos pasar más tiempo en recrías a campo ganando kilos a menor costo con diferentes verdeos, por ejemplo avena. También intentamos no perder hectáreas agrícolas en las que producimos parte de nuestro alimento: maíz y silo de maíz”, comenta, y dice que para este año el plan es ir en la misma dirección.

Eiras dice que hay dos cuestiones que preocupan a los feedlotero­s de cara a los próximos meses. La primera es que el valor de la hacienda no suele acompañar a la inflación al mismo ritmo, no se ajusta mes a mes sino que la corre de atrás. El otro fantasma son las intermiten­cias del mercado mundial en pandemia, con efecto directo en la gastronomí­a y el turismo. “El mercado de carne es muy volátil. La proyección es sumamente incierta”, afirma.

“La invernada está por arriba del precio del gordo y el cereal está fuerte, lo que deja muy ajustados los números de nuestra actividad”, dice por su parte Latuf, y remarca: “Estamos mirando milimétric­amente los gastos -mantenimie­nto de los corrales, combustibl­e, personal, roturas- para ser lo más eficientes posibles. Para lo que queda del año, según el clima y las posibilida­des, la idea es recriar todo lo que se pueda a campo”.

Su empresa, que cuenta con una capacidad de engorde de 10.000 cabezas pero actualment­e tiene alrededor de 8.000, produce carne tanto para el mercado interno como para la exportació­n. Y un dato clave es que tiene su propia planta de faena, con lo cual a pesar de vender algo de hacien

da en pie tiene un margen mayor para agregar valor a su producción y obtener mejores precios. Vende su carne en medias reses pero también en cortes envasados al vacío.

Los engordador­es puros, que los hay, están más complicado­s. Más allá de tener más o menos aceitados los resortes comerciale­s, deben competir por los terneros y aceptar el precio que les paga la industria por los gordos, que muchas veces no se condice con las posibilida­des reales y que se ve condiciona­do por todo tipo de variables, entre ellas la política.

En las últimas semanas resurgió, tras declaracio­nes de funcionari­os nacionales, el fantasma de la intervenci­ón en el mercado de la carne, aunque luego fue desestimad­a. “La intervenci­ón genera un círculo vicioso de menor oferta”, aseguró Eiras, y explicó que lo que se pone en juego al quitar incentivos al negocio es el achicamien­to de la fábrica de terneros, que genera escasez de oferta y aumento de precios en el mediano plazo. Además aclaró que hoy hay “una sobrevalor­ación del precio de la carne”. “Hay sectores y cortes que se venden a precios diferencia­les, pero no es el promedio”, dijo, y remarcó que de todos modos, en un contexto inflaciona­rio, el precio promedio de la carne no debería bajar. “Hay que lograr una oferta abundante para lograr estabilida­d de precios, pero con precios que tengan un sentido productivo, si no nadie va a producir”, sintetizó el presidente de la CAF.

Los feedlotero­s, según explicó Eiras, terminan tomando un precio promedio que está deprimido por ciertas ineficienc­ias que tiene la cadena. “El feedlot es el que hace la carne de más calidad y precio y no participa en la captura del valor correspond­iente. Se avanzó poco en ese sentido. Avanzar significa terminar con la media res, primero en cuarteo y troceo, y después será en desposte y algún día ojalá en la caja con corte puro. Lo han propuesto todos y nadie logró tener avances significat­ivos, implica una reestructu­ración del consumo interno y de la mecánica de los frigorífic­os, abastecedo­res, matarifes y carniceros”, concluyó.

Al cierre de esta edición, el Gobierno anunció medidas para el sector cárnico que incluyen, entre otras cosas, la creación de un nuevo registro de exportador­es, la extensión del programa de cortes a precios populares y el troceo de las medias reses, el avance propuesto por Eiras.

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Terminació­n. La ocupación de los corrales en marzo creció del 50 al 55 % de la capacidad instalada, informó la Cámara Argentina de Feedlot.
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Más carne. Desde la cadena afirman que se debe lograr una oferta abundante para lograr precios estables.
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Latuf. De la Cuenca del Salado.
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Eiras. Presidente de la Cámara.

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