¿Qué variedades conviene sembrar?
Dos asesores explican las características que deben tener los cultivares tanto en el sur como en el norte.
En el Congreso A Todo Trigo, que se desarrolló esta semana de manera virtual, dos especialistas describieron las características de los cultivares que mejor predominan en el sur como en el norte de la región pampeana.
Uno de ellos fue Matías Ermacora, asesor de AACREA en el norte de Buenos Aires y sur de Santa Fe, quien sostuvo que en la zona de trabajo predominan tres esquemas de producción de trigo.
“Por un lado, se utilizan trigos de calidad de 2 (marginales en calidad) que en cuanto a contenidos de gluten, ph y proteína (valores menores a 11%), se caracterizan por ser rayanos en esos parámetros de calidad comercial. Normalmente son trigos cámara que tienen un factor comercial de 95%”, detalló el asesor.
Estos trigos que “van todo a rendimiento” son una opción para los productores que tienen flete corto a puerto, es decir, que se encuentran a una distancia de 50 km a 60 km de las terminales.
Por otro lado, los trigos de ciclo corto que se siembran en la zona, también pertenecen al grupo de calidad 2 pero son mucho más estables en cuanto a parámetros de calidad comercial. “Nos permite alcanzar, arañando, un valor de 24 de gluten que nos abre la puerta a molinos, que son muchos en la zona, y nos permite entregar”, destacó el ingeniero. Según indicó, en términos generales, estos trigos funcionan muy bien en la zona y “nos dan el mejor resultado en márgenes brutos”.
En tanto, cuando se buscan trigos de calidad 1, con foco en proteína y gluten, la variedad más utilizada en la región “mantiene una calidad excelente (proteína mayor al 11%) pero va dejando rendimiento”, tió Ermacora.
En el sur de la región triguera los ambientes son variables y se debe prestar especial atención a diferentes factores que afectan al rendimiento de los cereales de invierno y al sistema de doble cultivo. Agustin Giorno, asesor AACREA del Oeste Arenoso, dijo que una de las claves al momento de elegir un planteo y un cultivar en la región es la profundidad de napa. “En el oeste de Buenos Aires es un buen descriptor del potencial de rendimiento de los cultivos de trigo, teniendo una caída importante en el rinde medio y sobre todo en los máximos cuando la napa desaparece del sistema”, expresó.
En esa zona, la profundidad de tosca y la capacidad potencial de almacenar agua en el suelo, también explica, en gran medida, la performance que tienen los cultivos de invierno.
A partir de 2016, el criterio de elección de cultivares de trigo en la región se enfocó no solo en maximizar los rendimientos sino también en el perfil sanitario y la tolerancia a heladas.
Durante los últimos años, en la región sur primó el criterio de homogenizar potenciales de rendimiento y adelantar la fecha de siembra. “En el oeste arenoso los promedios de potencial más altos los encontramos en las fechas más tempranas y los óptimos, alrededor del 15 de junio. En el sudoeste, los trigos largos tempranos alcanzaron los máximos rendimientos o incluso cebadas sembradas a fines de mayo o principios de junio; lo demás se cae bastante”, detalló el ingeniero.
La misma tendencia se encontró en sistemas de alto potencial donde un atraso en la fecha de siembra se tradujo en rendimientos promedio inferiores y en máximos menores.
Por su parte, en cebada la apertura varietal estuvo más marcada por la demanda y los requerimientos de la industria maltera y sobre todo por la brecha de precios entre la cebada forrajera y la maltera.