Nutrición: vale la pena ocuparse
Dos referentes en la materia analizaron la importancia de la fertilización en el cereal y las nuevas tendencias
La nutrición en trigo viene creciendo en los últimos años porque la tecnología responde de forma positiva. Así lo explicaron en el congreso "A Todo Trigo" que se desarrolló esta semana. En primer lugar, el ingeniero agrónomo del INTA Pergamino, Gustavo Ferraris, fue uno de los que participó refirió a modelos y estrategias de fertilización en trigo y cebada. Contó que “las variedades actuales han dado un salto cuantitativo importante en los rendimientos y eso ha llevado a que las dosis de nitrógeno, en particular, y del resto del paquete nutricional en general, usadas hasta ahora hayan quedado escasas, hoy, el cultivo sigue respondiendo ante dosis considerablemente más altas”.
“Siendo el nitrógeno una limitante hay una correlación inversa entre rendimiento y contenido de proteína y la forma de lograr cultivos de alta producción con calidad es recurrir a la fertilización nitrogenada”, comentó Ferraris.
El ingeniero del INTA Pergamino también puso sobre el tapete la importancia de “manejar el fósforo pensando en el mediano y largo plazo, con el doble cultivo trigo/soja de segunda como la bandera insignia que más responde a esta estrategia”. También mostró los riesgos de una fertilización excesiva en la línea de siembra, por ejemplo, en la campaña 2020/21, cuando hubo pérdidas de plantas en suelos secos. “El fósforo también está mostrando respuestas a dosis más altas a las que usa el productor”, ratificó.
También mostró respuestas en el doble cultivo a la incorporación de azufre. “Las respuestas pueden ser más bajas en cantidad, pero son importantes desde lo económico al ser un nutriente relativamente barato”, aportó Ferraris, quien mostró “avances en las metodologías de diagnóstico” e hizo hincapié en el “cociente entre nitrógeno anaeróbico y materia orgánica, como un buen predictor de respuesta”. También destacó el impacto del zinc, no sólo en maíz, también es importante en trigo.
Por último, como conclusión, mencionó que “la variedad de nutrientes y el incremento en las dosis de fertilizante producto de la mejora que ha experimentado el cultivo lleva a complejizar la fertilización”.
“El uso de bioestimulantes o fertilizantes biológicos están dentro de una condición de tecnologías de uso de interés creciente no sólo en Argentina, también en el mundo”, contó por su lado el experto Martín Díaz Zorita. “Es un proceso que ocurre naturalmente, y lo que hacemos es amplificar una señal que la planta está preparada para recibir, traducen y responden consistentemente”, explicó Díaz Zorita. Y agregó: “Esas respuestas se dan siempre nivel de las células y el gran paso es que esos cambios que se identificaron a nivel celular, que es donde se percibe tanto un biológico estimulante como un microorganismo, las células vegetales lo puedan llevar hasta lo que a nosotros como productores nos interesa, que es el efecto en los cultivos”.
En definitiva, bioestimulantes y fertilizantes biológicos permiten que el trigo, en este caso, potencie lo que ya está haciendo. Si está creciendo, pues que crezca más y mejor. Aunque Díaz Zorita advirtió: “No resucita un cultivo, sino que lo prepara para hacer un camino más firme y seguro”.