Nuevas formas de nutrición
La modificación de los fertilizantes genera alternativas para mejorar la absorción del fósforo.
Se pueden obtener rendimientos similares con fuentes y estrategias de fertilización diferentes.
El fósforo (P) y el nitrógeno (N) son elementos esenciales para los cultivos de gramíneas. Con características diferentes, la eficiencia de absorción de ambos es un proceso clave que podría ser mejorado.
Con el objetivo de mejorar la eficiencia de absorción de P se han desarrollado diferentes estrategias como el uso de aditivos o la modificación de la forma química y física de los fertilizantes. Esta última es una de las más promisorias, e incluye el diseño y utilización de formulaciones líquidas y microgranuladas.
En ese sentido, la empresa Recuperar SRL lanzó en ell mercado local Microfusión, una opción para fertilización de trigo y maíz, producida en Córdoba, del cual destacan su ahorro y eficiencia. Aseguran que 75 Kgs de Microfusión, equivalen a 100 de MAP más 100 DE UREA.
El Ing. Agr. Gustavo Ferraris, del IN
TA Pergamino, realizó una investigación para comparar la eficiencia agronómica de planteos que incluyen fertilizantes microgranulados, en comparación con fuentes sólidas tradicionales.
“Los rendimientos alcanzaron a 4875 kg ha, los cuales son aceptables dadas las condiciones ambientales muy restrictivas de la última campaña. La eficiencia media de uso del agua (EUA) es de 20,9 kg trigo mm-1 de lluvia en el ciclo, los cuales están por arriba de la media de la especie, y el sitio registró una pobre dotación inicial de P , lo cual favorece la respuesta positiva a la fertilización y permite evaluar tecnologías”, destacó el técnico.
Las diferencias de rendimiento entre los tratamientos, según remarcó, no fueron estadísticamente significativas. Esto se ve potenciado por la ausencia de un testigo sin fertilización fosforada.
“La estrategia combinada de microgranulado a la siembra y urea en macollaje (T1) alcanzó un rendimiento similar a la tradicional de MAP +Urea (T2), y ligeramente superior al doble uso de microgranulados (T3). Este último podría hacer sufrido alguna limitación de N, por el menor número de unidades agregadas respecto de los anteriores”, detalló Ferraris, y añadió que las variables más sensibles a los tratamientos fueron la calificación del vigor, intercepción, y NG.
Desde hace tiempo se conoce la importancia de fósforo y nitrógeno en los sistemas productivos de trigo. Las dificultades para la solubilización, movilidad e incorporación de nutrientes en suelo seco y con escasas lluvias incrementa la importancia de adoptar medidas que mitiguen la fijación del nutriente a los coloides, como podrían ser la modificación de la forma física, aplicación temprana a la siembra del cultivo, e incorporación en el suelo.
“Se concluye que se pueden obtener rendimientos similares con fuentes y estrategias muy diferentes. No obstante, no se debería limitar excesivamente la dosis de N aportada, para no generar deficiencias que penalicen los rendimientos”, concluyó el especialista del INTA.
Y desde la firma Recuperar remarcaron que “si bien el tratamiento 1 dio un rendimiento superior, es de destacar, que en el T3 , solamente se realizó, la fertilización al momento de la siembra y no se entró más al lote hasta su cosecha”.