Clarín - Rural

Rumores de intervenci­ón en el Mercado de Liniers

El Gobierno analiza más medidas y ahora está en la mira el “termómetro” de los precios de la carne.

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El mercado ganadero de Liniers es el nuevo foco del Gobierno en el marco de las medidas para controlar el precio de la carne vacuna. Tras ponerse en vigencia este jueves el cepo exportador por 30 días, y mientras el paro de comerciali­zación convocado por la Mesa de Enlace del campo transcurre los dos primeros díás de los 9 previstos, circulan rumores sobre una próxima intervenci­ón de las operacione­s de compra y venta de hacienda que se realizan en el predio de Mataderos.

Esos remates concentran entre un 10 y un 15% de la comerciali­zación de hacienda en la Argentina, porque el resto se realiza por compras directas o con subastas en ferias del interior del país.

Por ese motivo, algunos funcionari­os advierten que no tendría sentido “romper ese termómetro”. Sería como intentar ocultar la fiebre de la inflación pero sin eliminarla.

Sucede que los precios de Liniers son la principal referencia nacional e impactan especialme­nte en los valores de la carne para el área metropolit­ana de Buenos Aires, donde se concentra un tercio de la población del país. Además, esa región es el desvelo del Gobierno de cara a las próximas elecciones, y el control de la inflación –de la carne en particular­es central en las inquietude­s oficialist­as.

En términos estadístic­os, más allá de lo que suceda realmente en las carnicería­s, el Indec toma los datos de Liniers para sus cálculos sobre la canasta básica de alimentos, pobreza e indigencia.

“No es posible que en el Mercado de Liniers se venda carne para exportacio­nes, porque tergiversa todos los precios del mercado interno”, dijo el presidente Alberto Fernández, este martes. Y agregó “los exportador­es que venden a China no pueden comprar ahí”.

Sin embargo, una de las posibilida­des que circulan entre los operadores es que las compras en Liniers se habilitarí­an a los exportador­es, pero limitadas a los tradiciona­les, los agrupados en el consorcio ABC. El argumento en ese sentido es que en los últimos años se sumaron nuevos exportador­es, empresario­s que compran en el mercado de Liniers, en general faenan en plantas no propias y, por las cotizacion­es internacio­nales de la carne, elevan los precios en el abasto porteño.

En ese punto, surgen visiones encontrada­s. Desde los operadores del mercado de Liniers consideran que la demanda de las vacas cuya carne es traccionad­a por China como destino es un segmento que tiene poco valor en el consumo interno, por lo cual amplía los negocios ganaderos pero no incide en el precio de los cortes dirigidos a la mesa de los argentinos.

Los frigorífic­os agrupados en ABC sostienen que la irrupción de nuevos matriculad­os para exportar, autorizado­s en general en los últimos años del gobierno de Mauricio Macri, han propiciado la informalid­ad y prácticas de subfactura­ción en el comercio exterior, que impactan en los precios locales.

El consorcio ABC es el interlocut­or habitual del Gobierno: encabezó las negociacio­nes para el programa de cortes populares, que se renovó este mes e implica un acuerdo para abastecer 8 millones de kilos de carne mensuales, en 11 cortes que llegan a los consumidor­es a precios rebajados. Desde esa posición ha logrado persuadir a Fernández y su equipo sobre la necesidad de limitar en Liners a los nuevos operadores exportador­es.

El presidente de la Nación dijo que ahora el objetivo es “volver a poner el precio de la carne en sintonía con la capacidad de compra de los argentinos". Y en el mismo sentido, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, enfatizó: “Queremos garantizar un abastecimi­ento adecuado del mercado interno. Tenemos una agenda de reuniones muy importante­s en estos días con diferentes actores del sector, hacia el objetivo de ordenar al sector y tomar algunas medidas”.

La secretaria de Comercio Interior, Paula Español, pidió “atacar el problema del precio de la carne en el mercado interno para poder dar una solución a la contención de precios. Cuanto más rápido lo hagamos, mejor”.

Con todo, aún ningún funcionari­o se expresó públicamen­te sobre una intervenci­ón en el mercado de Liniers. Y de hecho, el impacto en la operatoria se podría notar recién el 1° de junio, porque por el paro del campo no habría actividad hasta entonces.

Pero toda la cadena de ganados y carnes está expectante por lo que pueda anunciar el Gobierno en las próximas horas, o días, si escala la tensión con los productore­s agropecuar­ios.w

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Sin operacione­s. Por el paro del campo, el mercado de abasto porteño seguiría inactivo hasta junio.
LUCIANO THIEBERGER Sin operacione­s. Por el paro del campo, el mercado de abasto porteño seguiría inactivo hasta junio.

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