Trigo: cuánto y cómo aplicar
Un técnico del Inta repasa las claves a tener en cuenta para alcanzar rindes altos y de calidad en el cereal.
Ya comenzó la implantación de trigo en algunos lotes del país pero en pocos días se sumará el grueso de las 6,5 millones de hectáreas que prevé la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Y una de las temáticas que siempre se busca apuntalar en cada campaña es la nutrición del cereal. “Cuando se realiza la planificación del cultivo de trigo, el nitrógeno encabeza la lista, dado su gran impacto sobre el rendimiento y la calidad del cultivo. Es por ello, que debemos ajustar su manejo para obtener el máximo beneficio económico y minimizar el impacto ambiental”, describió Juan Manuel Orcellet, técnico del Inta Concepción del Uruguay.
Así, según el especialista en Fertilidad de suelos y nutrición de cultivos, para ello es esencial un correcto diagnóstico de las necesidades nitrogenadas del cultivo, en el cual el análisis de suelo (hasta 60 cm de profundidad) es la principal herramienta a utilizar. “El método de diagnóstico más utilizado en la región pampeana define la dosis de nitrógeno en función del Umbral de suficiencia y del nitrógeno disponible (análisis de suelo). El umbral de suficiencia a utilizar varía en función de la zona de producción, rendimiento objetivo y cultivo antecesor” No obstante, desde el INTA Balcarce han determinado que el nitrógeno disponible más de un índice de mineralización (Nan: N incubado en anaerobiosis) incrementa la precisión del diagnóstico de N. Sin embargo, para utilizar estos modelos combinados se debe contar con ajustes zonales.
Otro aspecto que afecta la dosis de nitrógeno es el cultivo antecesor, ya que los sistemas agrícolas tienden hacia una intensificación, tal es así que en la campaña 2020-2021, el 30% de la superficie destinada a trigo presentó como antecesor al cultivo de maíz. “Esta secuencia de gramíneas tiene impacto en el manejo de este nutriente, dada la inmovilización de nitrógeno por parte de los microorganismos para la descomposición del rastrojo de maíz”, precisó.
En experimentos realizados en el centro este de Entre Ríos, en la campaña 2020-2021, permitió determinar que es necesario incrementar la oferta de nitrógeno en 40 kg N/ha cuando el antecesor es maíz.
Por otro lado, el momento de aplicación es clave para maximizar la eficiencia de uso de nitrógeno, agregó.. “Lo óptimo sería sincronizar la oferta de nitrógeno y la demanda por parte del cultivo, la cual es máxima a partir del estadio de 1 nudo (Z 3.1). Sin embargo, es necesario considerar las condiciones ambientales en dicho momento, ya que en muchas zonas trigueras del país en dicho estadio las precipitaciones son de escasa magnitud. Por lo tanto, para el correcto momento de aplicación además de las necesidades del cultivo debemos conocer el ambiente de producción”, precisó.
En tanto, el segundo nutriente en importancia es el fósforo (P), debido a que gran parte de los suelos agrícolas de la región pampeana presentan valores de extractable por debajo del nivel crítico. “Sumado a esto, en particular para esta campaña (2021-2022) los fertilizantes fosforados ha registrado un incremento de precio, el cual fue proporcionalmente mayor que el aumento de precio de los granos”, dijo.
Bajo este escenario, sostuvo que es necesario un correcto diagnóstico de fósforo para lo cual el análisis de suelo (0-20 cm de profundidad) es la herramienta que se deería utilizar.
Otro nutriente, que debería estar presente en el planteo del cultivo es el azufre (S), que ya se ha demostrado respuestas al agregado de dicho nutriente en muchas zonas de la región pampeana.
Por otro lado, en algunas regiones específicas, como por ejemplo el centro este de Entre Ríos, el potasio (K) es un nutriente que se debería considerar, ya que en el 30% de los lotes bajo agricultura los niveles de K están por debajo del umbral de suficiencia. “En esta zona de estudio, en la campaña 2020-2021 se han determinado respuestas máximas de un 15%, sin embargo es imprescindible un análisis de suelo para poder definir sitios con probabilidad de respuestas”, agregó.
“El objetivo principal de una correcta nutrición del cultivo, es que esto permita expresar su potencial de rendimiento, por lo tanto se debería apuntar a una fertilización balanceada, lo que implica mirar otros nutrientes, no solo nitrógeno”, cerró el especialista.