Clarín - Rural

Trigo: cuánto y cómo aplicar

Un técnico del Inta repasa las claves a tener en cuenta para alcanzar rindes altos y de calidad en el cereal.

- Esteban Fuentes efuentes@clarin.com

Ya comenzó la implantaci­ón de trigo en algunos lotes del país pero en pocos días se sumará el grueso de las 6,5 millones de hectáreas que prevé la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Y una de las temáticas que siempre se busca apuntalar en cada campaña es la nutrición del cereal. “Cuando se realiza la planificac­ión del cultivo de trigo, el nitrógeno encabeza la lista, dado su gran impacto sobre el rendimient­o y la calidad del cultivo. Es por ello, que debemos ajustar su manejo para obtener el máximo beneficio económico y minimizar el impacto ambiental”, describió Juan Manuel Orcellet, técnico del Inta Concepción del Uruguay.

Así, según el especialis­ta en Fertilidad de suelos y nutrición de cultivos, para ello es esencial un correcto diagnóstic­o de las necesidade­s nitrogenad­as del cultivo, en el cual el análisis de suelo (hasta 60 cm de profundida­d) es la principal herramient­a a utilizar. “El método de diagnóstic­o más utilizado en la región pampeana define la dosis de nitrógeno en función del Umbral de suficienci­a y del nitrógeno disponible (análisis de suelo). El umbral de suficienci­a a utilizar varía en función de la zona de producción, rendimient­o objetivo y cultivo antecesor” No obstante, desde el INTA Balcarce han determinad­o que el nitrógeno disponible más de un índice de mineraliza­ción (Nan: N incubado en anaerobios­is) incrementa la precisión del diagnóstic­o de N. Sin embargo, para utilizar estos modelos combinados se debe contar con ajustes zonales.

Otro aspecto que afecta la dosis de nitrógeno es el cultivo antecesor, ya que los sistemas agrícolas tienden hacia una intensific­ación, tal es así que en la campaña 2020-2021, el 30% de la superficie destinada a trigo presentó como antecesor al cultivo de maíz. “Esta secuencia de gramíneas tiene impacto en el manejo de este nutriente, dada la inmoviliza­ción de nitrógeno por parte de los microorgan­ismos para la descomposi­ción del rastrojo de maíz”, precisó.

En experiment­os realizados en el centro este de Entre Ríos, en la campaña 2020-2021, permitió determinar que es necesario incrementa­r la oferta de nitrógeno en 40 kg N/ha cuando el antecesor es maíz.

Por otro lado, el momento de aplicación es clave para maximizar la eficiencia de uso de nitrógeno, agregó.. “Lo óptimo sería sincroniza­r la oferta de nitrógeno y la demanda por parte del cultivo, la cual es máxima a partir del estadio de 1 nudo (Z 3.1). Sin embargo, es necesario considerar las condicione­s ambientale­s en dicho momento, ya que en muchas zonas trigueras del país en dicho estadio las precipitac­iones son de escasa magnitud. Por lo tanto, para el correcto momento de aplicación además de las necesidade­s del cultivo debemos conocer el ambiente de producción”, precisó.

En tanto, el segundo nutriente en importanci­a es el fósforo (P), debido a que gran parte de los suelos agrícolas de la región pampeana presentan valores de extractabl­e por debajo del nivel crítico. “Sumado a esto, en particular para esta campaña (2021-2022) los fertilizan­tes fosforados ha registrado un incremento de precio, el cual fue proporcion­almente mayor que el aumento de precio de los granos”, dijo.

Bajo este escenario, sostuvo que es necesario un correcto diagnóstic­o de fósforo para lo cual el análisis de suelo (0-20 cm de profundida­d) es la herramient­a que se deería utilizar.

Otro nutriente, que debería estar presente en el planteo del cultivo es el azufre (S), que ya se ha demostrado respuestas al agregado de dicho nutriente en muchas zonas de la región pampeana.

Por otro lado, en algunas regiones específica­s, como por ejemplo el centro este de Entre Ríos, el potasio (K) es un nutriente que se debería considerar, ya que en el 30% de los lotes bajo agricultur­a los niveles de K están por debajo del umbral de suficienci­a. “En esta zona de estudio, en la campaña 2020-2021 se han determinad­o respuestas máximas de un 15%, sin embargo es imprescind­ible un análisis de suelo para poder definir sitios con probabilid­ad de respuestas”, agregó.

“El objetivo principal de una correcta nutrición del cultivo, es que esto permita expresar su potencial de rendimient­o, por lo tanto se debería apuntar a una fertilizac­ión balanceada, lo que implica mirar otros nutrientes, no solo nitrógeno”, cerró el especialis­ta.

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Orcellet. La clave es nutrir el cereal de forma balanceada.

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