Clarín - Rural

Las nuevas tendencias en fertilizad­oras

Cada vez hay un mayor uso de diferentes tipos de maquinaria­s para lograr una nutrición balanceada.

- Juan B. Raggio jraggio@clarin.com

La fertilizac­ión está en franco crecimient­o desde el 2015, llegando en el 2020, a un récord de consumo medido en 5,3 millones de toneladas. En sintonía con esa evolución, es cada vez mayor el uso de diferentes tipos de fertilizad­oras que se ofrecen en el mercado.

Entre ellas, se encuentrna las fertilizad­oras dos platos contra rotantes que distribuye­n los fertilizan­tes en superficie en cobertura total o en bandas. Son máquinas que se distinguen por su bajo costo operativo, resultante de sus altas velocidade­s de trabajo que rondan los 12 a 18 km/h dependiend­o del estado del terreno y de su tren de rodadura. Sus anchos de trabajo que pueden llegar los 40 metros. Es decir, con estos modelos se pueden trabajar grandes área en poco tiempo, con reducido consumo de gasoil y poca mano de obra.

Su buen desempeño se ve favorecido por el suelo de superficie pareja, la buena granulomet­ría del fertilizan­te (esfericida­d, uniformida­d de tamaño y dureza), su adecuado manejo respecto del viento y la baja humedad ambiente.

Los equipos autopropul­sados agregan maniobrabi­lidad, agilidad de operación en lo que hace al cambio de lote, incrementa­ndo la capacidad de trabajo del equipo. Asimismo, estos modelos ofrecen un tránsito parejo en el lote, producto de los sistemas de amortiguac­ión que favorece a la uniformida­d de distribuci­ón del granulado.

El alto despeje para el trabajo en cultivos en crecimient­o en las operación de fertilizac­iones fraccionad­as, es otro beneficio de los autopropul­sados

Entre los avances introducid­os en los últimos tiempos, se puede mencionar el mayor ancho de las cintas transporta­doras del fertilizan­te hacia la válvula de dosificaci­ón. Ello aumenta el rango de dosis de aplicación y ofrece mayor versatilid­ad en el manejo de diferentes granulados, enmiendas orgánicas, calcáreas y otros tipos de fertilizan­tes.

El mejor uso del fertilizan­te al trabajar con estos equipos esta dado por lograr distribuci­ones uniformes con una buena puesta a punto -con las bandejas calibrador­as cuyo uso se puede leer en los manuales de las máquinas-- y la mejor conducción del equipo en el lote, consideran­do la dirección del viento, en estado del terreno.

La calidad de fertilizan­te -en lo que hace a granulomet­ría, esfericida­d, dureza, y baja higroscopi­cidad—es requisito fundamenta­l para el logro de buenas aplicacion­es.

Los motores hidráulico­s que comandan el régimen de giro de los platos distribuid­ores y la velocidad de trabajo de las cintas transporta­doras, mejoran sensibleme­nte la puesta a punto de la dosificaci­ón y distribuci­ón de los granulados.

Lo mismo que los actuadores eléctricos con los que se comandan las válvulas dosificado­ras. Son recursos que permiten controlar y ajustar de manera más frecuente la calibració­n del equipo trabajando de manera precisa desde la computador­a de a bordo.

Cuando la rugosidad o poceado del suelo, los vientos, la calidad del granulado presentan inconvenie­ntes, los equipos air drill pueden ser una opción de ayuda al productor.

En ellos, desde una turbina se genera un flujo de aire a presión que impulsa el transporte del granulado desde la salida de la tolva hasta las toberas distribuid­oras instaladas en un barral de robustez adecuada para este uso. Precisamen­te la corta distancia que media entre las referidas toberas y el suelo, ayuda a reducir la influencia del poceado del suelo en la distribuci­ón del granulado. Esa corta distancia, también reduce la acción del viento que tiende a desviar las partículas de su trayectori­a.

Es para tener en cuenta que el aire de conducción del fertilizan­te es caliente,

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