La tecnología marca la diferencia
Contar con cabezales de punta permite reducir las pérdidas encosecha cuando el clima genera un cultivo irregular.
La falta de agua en algunas zonas productivas durante esta campaña afectó el desarrollo en maíces tempranos, provocando una alta heterogeneidad en desarrollo y tamaño de plantas. El experto en mecanización agrícola del INTA Paraná, Rubén Roskopf, destaca que la falta de humedad en tiempo y forma en los maizales de la zona central provocó una significativa desuniformidad de plantas, con algunas de mayor diámetro de tallo y espigas más grandes, así como también otras con una condición completamente opuesta. Por eso, recomienda que para conseguir el mejor resultado de producción en un lote de condición dispar, reduciendo las pérdidas de cosecha (con tolerancia máxima de 120 kilos por hectárea), la clave está en el cabezal.
“Contar con la plataforma, el mantenimiento y la regulación adecuada es el mejor consejo para una trilla eficiente”, enfatiza. Las chapas y los rolos espigadores son los componentes de la plataforma que, según Roskopf, serán determinantes. Bajo las condiciones extremas y diversas que se están presentando en los cultivos de maíz en la presente campaña, los cabezales que incorporan nuevos conceptos en la captación de la espiga de maíz permiten una cosecha de calidad en una amplia cantidad de condiciones.
Un ejemplo destacado es el nuevo modelo MDD-200 de la empresa Mainero, presentado por la marca en 2020. En el mismo se redujo el ancho y se elevó el punto de contacto de la puntera en ambos extremos, permitiendo un mayor canal de entrada de plantas a la plataforma. Esta característica permite que el maicero mejore notablemente su performance en condiciones extremas, como cultivos de tallos excesivamente frágiles o muy cortos. Otro detalle central del cabezal está en el ingreso de la planta cuando se topa con el capuchón delantero, que, al ser más delgado y estilizado, divide los tallos con mayor suavidad. Estos ajustes de diseño en la puntera, en los que pensó Mainero, resuelven condiciones de cosecha que antes eran irreversibles, dadas
los avances y las mejoras siguen hacia la unidad recolectora. En este caso, la cadena alzadora de tallos de maíz de la plataforma incorporó mayor cantidad de aditamentos (cuenta con 11, en lugar de los 8 tradicionales), una innovación que asegura que solo haya una planta en el espacio entre aditamentos, bajo cualquier diseño espacial y densidad de siembra. Por su parte, los rolos espigadores más cortos del MDD-200, en combinación con las válvulas de retención más desplazadas hacia adelante, aumentan el área de captación de espigas y, consecuentemente, reduce las pérdidas con inserciones al tallo débiles.
Gracias a todos estos factores, el cabezal trabaja en distintas condiciones de cultivo copiando las variaciones de estado que se dan en un lote por diferencias sitio-específicas. El resultado de las innovaciones aplicadas por Mainero son una ventaja esta campaña. Además, el MDD-200 cosecha en múltiples distancias y direcciones, y su versatilidad amplía el espectro de condiciones de trilla.