Clarín - Rural

Un alimento clave para los rodeos de carne y de leche

Luis Bertoia, un experto conocedor del tema, analiza algunas claves para tener éxito en la confección del silo.

- Juan. B Raggio jraggio@clarin.com

La producción de silaje forrajero ronda los 2 millones de hectáreas en nuestro país, y más del 60% de esa superficie esta dedicada a maíz, según informes de la “Cámara argentina de contratist­as forrajeros”.

En este sentido, el Ing. Agr. Luis Bertoia, profesor titular en la Universida­d de Lomas de Zamora, con estudios y sólida experienci­a en la producción de maíz para grano y para silaje e integrante de la comisión de forrajes de Maizar, explicó algunas de las claves que hacen a esta producción.

-¿Qué aspectos pueden considerar­se claves para lograr un buen silaje?

-Es importante darse cuenta que, muchas veces, quienes producen el maíz para silaje son ganaderos sin la costumbre del agricultor de producir granos. Otras veces, el productor tiene claro que lo importante que es sembrar en fecha de acuerdo a la zona, y que es una decisión con fundamento­s técnicos.

Otro punto a considerar es el control de malezas, ya que el maíz no es tolerante a la presencia de las mismas. Asimismo, es necesario regular bien la sembradora ya que el cultivo responde a la buena distribuci­ón de la semilla en lo que hace al distanciam­iento entre semillas y a la uniformida­d de profundida­d de siembra. En este aspecto se puede comentar que en zonas que eran exclusivas para sorgo, ahora se siembra maíz con bajas densidades, de 20.000, 30.000 o 40.000 semillas/ha.

Con resultados interesant­es, es más se hace mejoramien­to para logar maíces que respondan con rendimient­o y calidad a esas bajas densidades.

También es importante la fertilizac­ión, sabiendo que el maíz siempre aumenta su rinde ante el agregado de nitrógeno, aun con dosis altas. Y aunque los costos superen los beneficios del incremento de rinde. Obviamente con buena humedad en el suelo con lo cual sabemos que el barbecho limpio siempre es importante.

Por otro lado, no olvidemos que de nada sirve elegir el mejor híbrido para silaje, sino se controlan todas las variables mencionada­s. Todo ello es fundamenta­l para tener un buen rinde.

-Y con respecto a la cosecha ¿que puede recomendar­se?

-El momento de cosecha es cuando la planta de maíz completa tiene de un 30 a 45 % de materia seca, y ello es muy importante, debido a que cuando estoy en ese rango, se combinan 3 cosas: máximo rinde compatible con la máxima calidad y la máxima aptitud para lograr una buena fermentaci­ón.

Es decir que, si me adelanto al momento óptimo tendré mucha humedad entrando al silo, lo cual generará efluentes en los que se va la proteína, los azúcares, se producen fermentaci­ones butíricas que generan olores y sabores repulsivos para el animal, o sea que de reduce la calidad del silaje. Si me atraso, será más dificil sacar todo el oxígeno del silo con lo cual la planta seguirá respirando y gastando azúcares.

Pasado el 45 % de materia seca se estará degradando la calidad de la caña. Va apareciend­o mayor contenido de lignina y mayor contenido de fibra con menor digestibil­idad. A partir de ese contenido de materia, seca, el grano se irá endurecien­do y su cobertura se engrosará y será más dificultos­a su degradació­n por parte del animal.

Este endurecimi­ento hace que grano aparezca en la bosta, lo cual es dinero perdido, y para evitar esta pérdida se utiliza el cracker.

-¿Cuáles son las claves del tamaño del picado?

-Es fundamenta­l medir el tamaño de picado con anteriorid­ad al inicio de la cosecha. Para ello es recomendab­le utilizar un conjunto de 3 cajas-zarandas con orificios de distinto tamaño.

La primera caja, que se coloca sobre las otras dos, tiene orificios de 2 cm de diámetro. La bandeja que le sigue, o sea que esta por debajo de la anterior, tiene orificios de 1 cm y la otra es ciega. Entonces pongo en el medidor la muestra que extraigo de la picadora, sacudo varias veces, y me fijo que porcentaje de partículas quedan en el intermedio, que debe ser el 50% aproximada­mente.

Esta determinac­ión me esta dando lo que se llama fibra efectiva, y si pico más grueso tengo inconvenie­ntes, y más fino tendré problemas de digestibil­idad.

Otra cosa importante es la altura de corte, y se dice que si llego tarde a picar hay que cortar más arriba, para darle más prepondera­ncia a la espiga. No obstante, como la parte más seca de la planta es la espiga, el resultado será una mejor calidad, pero ello no mejorará la calidad de la conservaci­ón.

Es decir, muchas veces se mide la calidad nutriciona­l previo a la entrada al silo pero no se mide la calidad del proceso de conservaci­ón.

Y si llego temprano, debería aumentar la altura de picado para lograr que la espiga, que esta más seca que la caña y la hoja, balance el contenido de materia seca. Por ello es fundamenta­l respetar lo que llamamos ventana de picado.

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Especialis­ta. Luis Bertoia.

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