La defensa del origen productivo en el mundo comercial
Distinto es lo que sucede en el mundo, donde por ejemplo el Juzgado Contencioso Administrativo de Palma de Mallorca (España) emitió una sentencia en la que prohibió el uso del término de venta “salami” para un producto cuya denominación es “embutido vegetariano”.
El juzgado entendió que es una “contradicción que supone definir como ‘salami’ a un producto que es vegetariano y que carece de carne. Emplear un término de uso social admitido como es el de ‘embutido’ o el de ‘salami’ para describir aquello que no lo es”.
También sostuvo el Tribunal que “emplear tales términos cuando el contenido carece de los elementos esenciales que lo integran, conforme la regulación, está incluido en el tipo sancionador aplicado, sin que se haga necesario, ni sea conforme a derecho, el utilizar terminología propia del uso social y referida a la carne para identificar productos que, por definición, carecen de la misma, infringiendo las condiciones establecidas para tales productos”.
Esto es similar a la denominación de origen controlada, que da el uso exclusivo de la palabra “champagne” en los países que se adhieren al Acuerdo de Lisboa sobre indicaciones geográficas distintivas a los espumantes de la referida región. Hoy Rusia –quien no firmó dicho acuerdopretende por ley obligar a incluir la referencia “vino espumoso” en el reverso de la botellas de Champagne francés, lo que ha originado un revuelo diplomático en la Unión Europea y la suspensión de la comercialización de las firmas productora a dicho país.
En el mismo sentido que el Tribunal español, la Cámara de representantes del Estado de Texas aprobó un proyecto de ley Nº 316 que prohíbe el uso de etiquetas con palabras “carne, cerdo, aves de corral o vacuno” a quienes producen alimentos ya sea vegetales o celulares pero no de animales. El proyecto establece que “las definiciones de los diversos tipos de productos cárnicos y no cárnicos fortalecerá la comprensión de los consumidores de lo que están comprando, al tiempo que fomenta la transparencia del vendedor”.
Con lo cual, la función del proyecto de ley es informar claramente al consumidor qué tipo de productos está comiendo sin que haya dudas sobre su origen. Considerando de propiedad de cada categoría –cárnica y vegetal- la utilización de los términos que los definen.