Todas las cartas contra el Siete de oro
Puede estar presente en la alfalfa y su consumo por parte de la hacienda ocasiona problemas hasta la muerte.
El Siete de oro es un escarabajo autóctono de Argentina, y siempre estuvo principalmente en los cultivos de girasol y maíz, pero este año con la grave sequía, que hizo que los rindes de los cultivos sean bajos y ocasionó un atraso en la floración, y este insecto polinizador que va por la flor, tuvo que buscar otro nicho y encontró una gran cantidad de alfalfa en la zona núcleo como para poder aprovechar ese nicho debido a que no tenía el propio o de preferencia anterior. Así comenzó su participación el Ing. Agr. Juan García del INTA de Balcarce, en la Agenda Aapresid.
¿Porque la ingesta en grandes cantidades de este insecto, resulta tóxico para los bovinos y también para los equinos? “Esta toxicidad -respondió el especialista de INTA- está en estudio porque es algo nuevo, pero vemos que es un causal con fuerte en la asociación entre el consumo de alfa con escarabajo por parte de bovinos, y también nos han reportado de casos en equinos y de ovinos, aunque también me han llegado casos atípicos de otras especies animales”, respondió.
El consumo de estas alfalfas generan alteraciones digestivas junto al hallazgo del escarabajo en el estómago y tracto ruminal en los animales después de muertos, el punto es que es necesario descartar otras patologías muy similares para habar cn seguridad.
¿Cuáles serían los síntomas de un animal al haber ingerido pasturas in-* festadas por este insecto?, le preguntaron al experto. “El problema es relativamente nuevo y el tóxico no se conoce y no se sabe la densidad necesaria para ocasionar daño. Por ello es necesario hacer una visualización de los signos clínicos”, dijo.
“Si vemos animales pastoreando alfalfas infestadas con escarabajo, tener en cuenta que en principio presentarán un posible rechazo del alimento, luego lo que es decaimiento es decir un animal deprimido con orejas gachas, y más avanzado el cuadro, pueden presentar diarreas con o sin sangre es lo que más se ha visto. En ese momento es necesario retirar los animales del lote”, señaló García.
En este sentido, con los animales afectados no hay tratamiento específico alguno, solo se puede recurrir a terapias de sostén, antibióticos para evitar infecciones secundarias, antiinflamatorios, si el animal necesita rehidratación dar sales como para que se sostenga, pero no hay nada específico, explicó el Ingeniero.
Luego en lo que es pasturas, detalló, explicó que se debe evitar lo que es el consumo de alfalfa en floración, y si ya las tiene, tratar de consumirlas en una baja floración, menos del 15 a 20%. Y si esta muy infestada, lo que se recomienda es hacer un corte lo un despunte.
Ello es porque el ciclo es a través de la polinización, cuando se corta y se cae la flor, cuando se seca a las 24 o 48 horas generalmente el insecto abandona el lote, y en ese momento se podría comenzar a consumir la alfalfa”.
“Aplicar un insecticida no es una recomendación fuerte de nuestra parte”, dijo Juan García, “porque el poder residual es muy corto y si hay infestación en un cuadro vecino puede reaparecer rápida y fuertemente”.
Frente a casos de decaimiento, diarrea severa, cólicos y hasta muerte súbita, el Servicio de Diagnóstico Veterinario Especializado (SDVE) del INTA Balcarce –Buenos Aires– está realizando estudios para descartar otras posibles causas y recomienda evitar el consumo de forraje con elevada densidad del insecto.
En la bibliografía internacional existen escasos antecedentes sobre la intoxicación por consumo de siete de oro, describiendo signos y lesiones similares a las observadas y reportadas en estos casos registrados en la región.
“Por esto, no podemos confirmar la relación causal directa entre la muerte de los animales con la ingesta del insecto”, expresó por su parte Ariel Pereda –coordinador del Programa Nacional de Salud Animal– de INTA. quien confirmó que se encuentran realizando estudios específicos para conocer la etiología exacta de las muertes. ■