Busca la trazabilidad total con genética y frigorífico propios
En Coronel Moldes, Córdoba, Luis Tazzioli engorda 21.000 cabezas, produce su maíz y sus propios terneros y apunta a llegar a las góndolas con su marca de carne.
La integración vertical y horizontal es la estrategia que encontró el cordobés Luis Tazzioli para mantenerse flexible y a la vez sólido en un negocio cambiante como es la producción de carne en Argentina. En Coronel Moldes, departamento de Río Cuarto, maneja un feedlot de 21.000 cabezas y apunta a agregar valor con calidad y trazabilidad de punta a punta, llegando al mercado interno o a la exportación según las condiciones de la coyuntura.
Como a muchos, a Tazzioli la vocación ganadera le viene de familia. Su abuelo era feriero y su padre en 2003 empezó con un engorde casero para poco más de mil cabezas. Entre 2006 y 2007 empezaron a crecer y en 2008-09, apuntalados por la política de subsidios para los feedlots, llegaron a tener 25.000 cabezas en engorde. Pero el sistema no era sustentable. “El subsidio era más negocio que el engorde en sí”, reconoce el joven empresario en diálogo con Clarín Rural.
En 2010 la familia vendió toda la hacienda propia, le alquilaron el feedlot a unos parientes que tienen un frigorífico y ellos se volcaron a la agricultura. Pero a Luis le tiraban las vacas. Él empezó a trabajar en la empresa en 2012 y en el 2016 decidió recuperar el feedlot. “Estaba venido abajo, sucio, con apenas 7.000 cabezas”, recuerda.
Entre otras cosas, habilitó el establecimiento para acceder a la Cuota 481, de exportación a la Unión Europea, y al mismo tiempo empezó a alquilar campos para hacer recría en San Luis. En 2018 los corrales llegaron de vuelta a 21.000 cabezas, un 30 por ciento propio y 70 por ciento hotelería.
Terneros asegurados. Hoy la empresa, además de los corrales, alquila 13.500 hectáreas entre San Luis y Córdoba y tiene 1.600 vientres en San Luis y 1.000 en Córdoba para asegurarse un flujo de hacienda propio. Además, para ir subiendo la vara de la calidad genética, tienen anotada una cabaña Angus en el campo de Córdoba, cerca del feedlot. “La idea era generarle valor agregado a la vaquillona que termina en el feedlot, hacer algo ordenado para tener un plus y ver si se puede vender algún vientre con otra rentabilidad, y en el futuro tal vez generar marca de carne”, explica.
Este año signado por la seca, para cuidar el estado de las vacas en San Luis hicieron un destete pre
El establecimiento está habilitado para acceder a la cuota 481 de la Unión Europea
coz de terneros de 120 kilos y tras una breve adaptación en corrales en el mismo campo, en los que llegan a 180 kilos, los terneros van al feedlot.
En el campo de Córdoba, donde tienen algo de alfalfa, verdeos y silo de autoconsumo, destetan con 200 kilos y van viendo cómo está el mercado. Seguramente esos animales irán directo al corral porque no ven que el negocio de exportación se muestre demasiado atractivo.
“Estamos dejando un poco de pasto para las vaquillonas preñadas. De todos modos el ternero de 200 kilos que va al corral puede ir también a la exportación llegado el caso”, aclara, y agrega: “Estamos haciendo ciclos mucho más cortos que años anteriores. El costo está alto y el precio del gordo está quieto y es difícil que se dispare en un año electoral y con poca plata en la calle. No es lo más eficiente pero tiene menor costo sacarlo a los 90 días. El costo financiero es muy alto, en el feedlot la relación de compra venta es lo que manda”.
Tazzioli explica que el año pasado el negocio de engorde fue muy malo, que se perdió plata con la haesas cienda propia. En ese contexto, para mantener una estructura que incluye unos 35 empleados, la empresa se vale del servicio de hotelería: reciben la hacienda de terceros, cobran la estadía diaria, la comida y la sanidad inicial y luego hacen liquidaciones mensuales.
“El servicio hoy está bastante demandado, sobre todo por parte de los frigoríficos”, explica.
El maíz no puede faltar. Otra carta que les da solidez en el contexto actual es la agricultura. El 50 por ciento del maíz que consumen los corrales es de producción propia. Además, aprovechan la ubicación geográfica cercana al mayor cluster etanolero del país, en Río Cuarto. Parte del cereal que producen va a empresas para transformarse en biocombustible y un porcentaje vuelve en forma de burlanda, componente clave de la dieta de los corrales. La maniobra resulta conveniente desde el punto de vista impositivo, porque se eliminan operaciones de compraventa y se evita pagar iva.
A su vez, siempre pican una parte del cereal para tener asegurada la humedad en la dieta. Este año sembraron unas 5.000 hectáreas de maíz, todo tardío. El rinde estimado, 28 quintales por hectárea.
Y ya picaron 150 hectáreas para apuntalar el feedlot y otras 70 para la cría. Obtuvieron 35.000 kilos de MS/hectárea, cuando habitualmente sacan 40.000.
El último eslabón. Para continuar con la integración y seguir agregando valor, Tazzioli decidió poner un pie en el sector frigorífico. En mayo de 2021, junto a otros dos socios compraron el frigorífico General Deheza. Allí faenan unas 6.000 cabezas por mes, de las cuales 2.500 son propias y el resto de terceros. Además unas 1.200 cabezas pasan por el ciclo 2, donde se envasan al vacío, y hacen algo de ciclo 3: elaboración de embutidos.
“Lo compramos porque vemos que el mercado tiene que ir hacia el envasado al vacío. Ahora estamos con un proyecto de envasado al vacío porcionado. El frigorífico está habilitado para exportación pero no para Unión Europea ni kosher ni China. Nuestra hacienda de exportación va a otros frigoríficos. Estamos trabajando en eso”, afirma. Y luego agrega el productor: “Estamos buscando un producto de calidad, aunque se complica porque el mercado no lo termina de pagar. El marmoreado necesita días de feedlot que son difíciles de hacer. Para la cuota 481 tiene que haber mínimo 100 días de feedlot, es difícil de cumplir por el tema costos. La idea es a futuro generar una marca de carne y llegar a la góndola. La trazabilidad la tengo, pero que te lo paguen es otra cosa”. ■
Compraron un frigorífico con el objetivo de envasar su carne al vacío