La mayor contribución ambiental argentina ha sido implantar el corte de naftas con etanol y de gasoil con biodiesel.
de manera competitiva, sino que también es sustitución de petróleo. La mayor contribución ambiental de la Argentina ha sido implantar el corte de las naftas con etanol y del gasoil con biodiesel. Estamos a media máquina, con un 12%, pero arrancamos.
Y arrancamos también con las exportaciones. Nada menos que a la Unión Europea. Para poder entrar en ese mercado protegido, hubo que atender una demanda concreta: demostrar que había una reducción de al menos un 70% de las emisiones. Para ello, fue necesario analizar el ciclo de vida desde el cultivo hasta el proceso y el transporte.
Se logró. En el Congreso de Maizar se explicó porqué el maíz argentino es el de menor huella de carbono del mundo. A ello, las dos compañías que exportan (ACABio y Bio4) tuvieron que sumar su parte. La primera, capturando el CO2 de la fermentación del mosto y destinarlo a las bebidas carbonatadas, en sustitución del gas de origen fósil. La segunda, integrando y “haciendo dialogar” las plantas vecinas (Bio4 y Bioeléctrica), donde los subproductos y efluentes se valorizan mutuamente.
Hay más hilo en el carretel. Pocos saben que la planta de urea de Profértil, en el polo petroquímico de Bahía Blanca, necesita CO2. Entonces, está consumiendo el CO2 que genera la gigantesca planta de Mega, propiedad de Dow, YPF y Petrobras. Allí elabora etanol y otros productos a partir del gas.
Antes, ese CO2 se venteaba totalmente. Ahora, se convierte en urea. Esa urea va al campo, donde se transforma en maíz o trigo. Al final del día, el maíz, esa “materia prima”, actuó como un agente de digestión de un gas de efecto invernadero. Una cascada maravillosa de producción de comida, energía renovable y servicios ambientales en toda la cadena.
No todo esto está hoy totalmente protocolizado ni forma parte de la ecuación de emisiones. Falta integrar los cálculos de cada empresa, de cada eslabón, en el número final. Para eso están las calculadoras y certificadoras que han irrumpido en la actividad.
Gabriel Celaya decía que la poesía es un arma cargada de futuro. El maíz, en esta Argentina vapuleada, es poesía. Es presente y sobre todo, es futuro. ■