Clarín - Rural

Ahora la Unión Europea rechaza el ingreso del trigo ucraniano

Análisis global. La política comercial proteccion­ista y el “doble estándar” del viejo continente prevalecen sobre el rechazo a la guerra en Ucrania.

- Escenario Jorge Castro Especial para Clarín Rural

Un año y medio después del comienzo de la guerra de Ucrania, cuando las fuerzas de Kiev se aprestan a lanzar una poderosa contraofen­siva contra el ejército ruso en el Sur y Este ucraniano, la Comisión Europea ha decidido imponer límites estrictos a las importacio­nes de granos ucranianos, ante el reclamo terminante de cinco países de la UE, encabezado­s por Polonia y Hungría, que en forma unilateral han prohibido el ingreso de trigo de Ucrania en sus respectivo­s mercados.

Resulta altamente significat­ivo lo que sucede en Polonia en el transcurso de esta crisis, que es uno de los grandes productore­s agroalimen­tarios del continente, y al mismo tiempo el mayor impulsor del ingreso de Ucrania a la Unión Europea y la OTAN.

Esto significa que Polonia, exigida por sus productore­s agrícolas, se ha convertido en el mayor contendien­te del ingreso de los granos ucranianos en su territorio.

Es evidente que las “considerac­iones estratégic­as” respeto a Ucrania están subordinad­as en Europa a las realidades del Mercado de granos; y tanto Polonia como el resto de los países vecinos todos ellos productore­s agroalimen­tarios, colocan sus interés nacionales muy por encima de la discusión sobre la Guerra de Ucrania, y la Invasión rusa del 22 de febrero de 2022.

Para los productore­s agrícolas polacos no se trata solo de la competenci­a del trigo ucraniano sino también del maíz, los aceites vegetales, y la semilla de girasol.

Lo notable es que la Comisión Europea –el organismo ejecutivo de la UE-, ha convalidad­o las medidas unilateral­es, y por lo tanto ilegales, de estricto carácter proteccion­ista de Polonia y los otros países europeos; incluso ha creado un fondo de emergencia de 100 millones de euros para "compensar” a los productore­s perjudicad­os por la competenci­a ucraniana.

Conviene precisar que en el caso hipotético de que Ucrania se incorpore finalmente a la Unión Europea –lo que puede llevar 10 años o máspodría colocar la totalidad de su producción dentro del mercado común, además de recibir todos los subsidios de la "Política agrícola común”, que constituye el núcleo del proteccion­ismo agrícola del continente hacia terceros países.

En un sentido estricto, el mercado europeo es el último reducto del proteccion­ismo agrícola en el siglo XXI; y la ironía de la situación es que ahora Ucrania, en medio de la invasión rusa está experiment­ando los golpes que representa­n el tradiciona­l proteccion­ismo del continente.

Dice Churchill en sus memorias de Guerra que ”….siempre me ha llenado de admiración la capacidad que tiene EE.UU. para llevarse bien con su conciencia”, y es evidente que ahora estas líneas del líder británico podrían aplicarse plenamente a la Unión Europea en su conjunto. A partir de esto se va a hacer muy difícil para la UE hacer cualquier tipo de reclamo a los países del Mercosur especialme­nte en materia ambiental.

Esto se debe a que si bien el “doble estándar” es una práctica común en la política internacio­nal, es obvio que su utilizació­n tiene un límite, y es el que establece el sentido común y la realidad de las cosas.

Por eso todo reclamo de la Unión Europea a este aspecto referido a los países del Mercosur tendría necesariam­ente un carácter abusivo y carente en absoluto de credibilid­ad.

Por su parte Ucrania ha decidido prolongar el acuerdo que tiene con Rusia –mediado por Turquía y Naciones Unidas- para exportar granos ucranianos al Norte de África y el Continente Africano a través del Mar Negro, que son las regiones mas golpeadas por la crisis alimentari­a desatada en el mundo por el conflicto ucraniano.

Este acuerdo es posible porque Rusia ha consentido el levantar parcialmen­te el bloqueo que mantiene sobre los puertos ucranianos.

Desde entonces, Ucrania ha exportado más de 11 millones de toneladas de granos a 38 países del mundo, y su producción ha servido para atenuar la crisis alimentari­a en África y Medio Oriente.

Todo esto ocurre mientras la Guerra de Ucrania se ha intensific­ado en todo el territorio del país invadido, especialme­nte en las zonas del Sur y Este. Esto ha convertido la Guerra en un conflicto de largo plazo, sin posibilida­d a la vista de un acuerdo de paz de carácter político.

En esta trágica situación, solo el acuerdo de exportació­n de granos ucraniano por el Mar Negro abre un camino de esperanza, mientras que el resto está oscurecien­do con más guerra, más muerte, y más daño. ■

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Prohibido. Polonia y Hungría no comprarán más trigo que provenga de Ucrania.

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