El riego, una herramienta desaprovechada
Un uso racional de las reservas subterráneas de agua permitiría atenuar el impacto de las sequías.
En el marco del Congreso Maizar 2023, Leandro Storti del grupo IRRISUR –distribuidor oficial de Valley Irrigation en el sudeste bonaerenseparticipó del panel “La importancia de gestionar el riesgo agropecuario” y reflexionó acerca de las posibilidades que tiene el país de mitigar los efectos de la sequía con los recursos hídricos con los que cuenta. Afirmó: “Tenemos la suerte de tener un país con un buen régimen pluviométrico, sobre todo en la Pampa Húmeda, y estamos parados arriba de acuíferos”. Y agregó: “Eso nos da la posibilidad de almacenar agua para poder después extraerla y utilizarla cuando la necesitamos”.
El ingeniero hidráulico reconoció que este fue el peor año que ha tocado en cuanto a la sequía. Ante la pregunta, ¿se puede regar más en la Argentina?, Storti consideró que existen condiciones para hacerlo, ya sea con agua subterránea o con aguas superficiales. Explicó que, si a la precipitación se le descuenta la evaporación y la escorrentía, el resto del agua se percola, recarga los acuíferos, los que están más arriba, que en su caso es el Pampeano, y los más profundos. “La inercia que tiene el agua subterránea es mucho menor de la que se da con las aguas superficiales, o sea que se mueve a mucha menor velocidad. Por eso la utilización de los acuíferos subterráneos nos permite atenuar las variaciones pluviométricas interanuales”, indicó.
Respecto a los cultivos en secano, el especialista afirmó: “Estamos jugándonos el año agrícola con la reserva de agua que podemos almacenar en aproximadamente un metro”. En esa línea, hizo hincapié en que “con la ayuda del riego y las tecnologías para poder extraer el agua podemos llegar a explorar profundidades de 60 hasta 80 metros, entonces la capacidad de almacenaje de esos acuíferos nos permite armar un buffer para el riego estratégico o suplementario, como es el que realizamos en la zona húmeda y subhúmeda.”
Es decir, a través de esta tecnología se pueden “cubrir déficits hídricos en momentos estratégicos para salvar los cultivos.” En zonas áridas, el riego es indispensable.
Por lo tanto, de acuerdo con Storti, “el sistema tiene que estar diseñado para cubrir la totalidad de la demanda hídrica.” Y agregó: “No es regar por regar, sino tener conciencia de los milímetros que tengan el mayor impacto de producción posible y que también sean la menor cantidad posible”.
En ese sentido Valley ofrece herramientas y equipos que tienen capacidades tecnológicas que permiten aplicaciones de agua, fertilizantes y agroquímicos de manera puntual y en función de las reales necesidades de los cultivos, minimizando el impacto ambiental y reduciendo costos.
Storti señaló que aún no se tiene plena conciencia respecto al potencial de desarrollo del riego en la región. “Cada inversión que se hace en riego multiplica los rindes y mueve a la economía”, concluyó. ■