Pionero biocontrol fúngico en semillas
Cumplió 10 años Rizoderma, con bajo impacto ambiental y mejor rinde.
El biocontrol de los cultivos crece progresivamente, en una tendencia que todas las empresas de insumos agrícolas del mundo consideran insoslayable y se intensificó en los últimos años. En ese contexto, hace ya una década se presentó un hito que revolucionó el tratamiento de semillas, en particular sobre control de enfermedades: Rizoderma, el primer biocontrolador fúngico del mercado nacional, fue pionero y líder tanto en la Argentina como en países de la región.
Tras años de investigación y desarrollo, en 2014 Rizobacter presentó este producto que, formulado en base al hongo Trichoderma afroharzianum registrado en la Argentina, representa un cambio de paradigma. El giro a la bioprotección que emprendió la empresa con sede en Pergamino es una tendencia que hoy se extiende a otros mercados del mundo.
En el marco de A Todo Trigo, Rizobacter lo celebró con un un evento realizado en el Torreón del Monje de Mar del Plata, que contó con la participación del secretario de Bioeconomía, Fernando Vilellla, especialistas agronómicos y referentes de la empresa.
Ponderaron que los biocontroladores se utilizan para proteger a los cultivos de la incidencia de plagas y enfermedades. Además, tienen múltiples mecanismos de acción que retrasan la aparición de resistencias en comparación con las alternativas químicas. A las características agronómicas, se suma el hecho de que los biocontroladores se alinean con las demandas crecientes de la sociedad en cuanto a una agricultura más sustentable y con una menor carga ecotoxicológica por hectárea.
Para Agustín Biagioni, director Global de Marketing de Rizobacter, “los productos biológicos van a seguir creciendo a una tasa que va a duplicar la de los productos convencionales por muchos años. Siempre que la performance no se vea afectada, el productor va a elegir una alternativa biológica, por las características positivas que tiene de cara al ambiente y por preferencia de la sociedad”. No obstante, aclaró que “las soluciones biológicas van a seguir coexistiendo con las químicas”.
Biagioni destacó que “Rizobacter tiene un componente esencial que es la confianza para explicar y acompañar los procesos de cambio que atraviesa el agro, concientizar sobre la importancia de las tecnologías biológicas y demostrar que son tan o más competitivos que las soluciones químicas, dado que son complementarias”.
Rizobacter se ha dedicado al desarrollo de un porfolio especializado en tecnologías biológicas para el agro y su misión continúa de cara a la ampliación del catálogo de productos.
Según Biagioni, la alianza con Marrone Bio Innovations (actualmente, unidad de negocios llamada ProFarm) suma un portafolio de biocontrol y una gran cantidad de desarrollos para los próximos años fruto de una colección de 18.000 microorganismos que se fueron evaluando como biofungicidas, bioinsecticidas y bioherbicidas, gestionados por un equipo científico de primer nivel.
“La experiencia que sumamos en los más de 40 años de trayectoria cerca del productor y el porfolio que tenemos de tecnologías, nos consolida como líderes en los segmentos donde estamos, y nos da una ´Fórmula 1´ para iniciar en nuevos segmentos como la bioprotección foliar”, afirmó el vocero de la compañía.
Mientras crece la adopción de Rizoderma en los cultivos de soja, maíz, trigo y arroz, el ejecutivo de Rizobacter reveló que la empresa pretende “acelerar más la penetración de biológicos a partir del desarrollo de soluciones que reemplacen algunos ingredientes de base química y dejando aquellos donde hoy en día los biológicos aún no tienen el mismo control. De esta manera, se reduce la carga química sin resignar rendimiento”.