Una puesta consistente
“NORMA” EN EL TEATRO AVENIDA, CON PRODUCCIÓN DE JUVENTUS LYRICA
Crítica Norma (de Vincenzo Bellini)
Dirección escénica Florencia Sanguinetti Dirección musical Hernán Sánchez Arteaga. Con Monserrat Maldonado y Darío Sayegh. Repite hoy, a las 20 horas.. Sobran los motivos para suponer la inviabilidad de un título tan grandilocuente como Norma, cuando la producción es de una compañía de bajo presupuesto como Juventus Lyrica, cuya propuesta es apostar a artistas jóvenes o con poca trayectoria, en un escenario como el del Avenida. Sin embargo, esta Norma, bien narrada y mejor cantada, sorprende por su consistencia.
Bloques de hielo que recuerdan al cuadro El mar de hielo, de Gaspar Friedrich, son todo el dispositivo escénico del que se vale Florencia Sanguinetti para contar la tragedia de Bellini. Administra la ubicación de todo el elenco, incluidos coros, figurantes y bailarines, y con particular sensibilidad, consigue que ese escenario no resulte desbordado. El resto de la escena queda en manos de una iluminación tan concisa como funcional (Rubén Conde) y de la proyección de unos videos de marcada abstracción, que dan amplitud al escenario.
La perspectiva que Sanguinetti elige para la narración se apoya en la relación de Norma con sus hijos, en la idea de que una madre no solo sea capaz de amar con toda su fuerza sino también de odiar el vínculo de dependencia que crea con ellos.
La apuesta es interesante no sólo por lo verdadera sino, sobre todo, por su incorrección política. Pero hay que decir que el instrumental que Sanguinetti elige para subrayarla -los chi- cos inmovilizando a Norma, esa cama de hospital coloca da sobre la omnipresente piedra y las imágenes contra dice la economía del apuesta.
El elenco es muy parejo. La soprano Monserrat Maldonado recorre la partitura de Norma con solvencia. Lo mismo, el tenor Darío Sayegh, un Pollione de registro parejo, que se luce en las dinámicas suaves, pero que pierde cuerpo, fuerza y se destimbra cuando gana heroísmo.
Aunque los agudos de la mezzo Nidia Palacios se escuchen algo metálicos, su Adalgisa es muy convincente. El bajo Carlos Esquivel (Oroveso) tiene graves tan sustanciosos como expresivos, y la soprano María Goso (Clotilde), el timbre más exquisito de todo el elenco. Unas pocas pifias en los metales no afectaron la fluidez con la que sonó la partitura de la orquesta en manos de Sánchez Arteaga. El coro se escuchó bien ajustado.w