Todo el mundo está hablando de Toto
“La mirada. La mirada fue clave”, dice Luis Ortega a la hora de subrayar por qué eligió a Lorenzo Ferro, quien a sus 18 años debutará como actor en la piel, nada menos, que de Carlos Robledo Puch. Carlitos, para todos en el set, así como Lorenzo es Toto. Hay que decirlo: en el set, todo el mundo habla de Toto. Y muy bien.
Y basta verlo (a Ferro), con ese racimo de rulos rubios sobre la frente, y esa sonrisa fronteriza entre lo angelical y lo demoníaco, para entender el subrayado del director. “Fue un proceso largo”, cuenta Lorenzo su experiencia. “Hubo mucho ensayo. Tuve que aprender a manejar auto y moto, a tocar el piano. Ensayamos casi todas las escenas del guión. Eso está bueno porque llegás al set con una confianza previa.” Eso es hoy, ahora, que está en un alto del rodaje. Pero ¿cómo vivió el casting? “Yo no soy de los que decían ‘quiero ser actor como mi papá (su papá es el actor Rafael Ferro). Fui al casting porque hacía cagar de risa a mis amigos, tenía ganas de empezar teatro y me pareció una buena forma de probarme frente a cámara, ¿no? No me sabía bien la letra, me puse a chamuyar un poco, empecé a improvisar, pero no estaba nervioso”.
Sebastián Ortega confiesa: “Yo, al principio dudaba. Le decía a Luis qué pasaba si Toto, una vez que llegara al rodaje y viera toda esa movida, no se intimidaría. Pero Luis creyó en él y lo transformó en Carlitos”. Agrega Ferro: “Me ayudó mucho para construir el personaje el trabajo con Luis y Ale Catalán como coach de actores. Primero leí el libro de Rodolfo, pero después me di cuenta de que no importaba tanto el orignal, importaba el Carlitos del guión.”
A la hora de definir a Robledo Puch, no lo juzgan, retratan a una persona. “No sé si lo definiría como un hijo de puta; es alguien al que no le gusta vivir como la gente corriente, que se levanta a la mañana para ir a laburar a un trabajo aburrido. Piensa que la sociedad es infeliz. Él se levanta, va al colegio y a la tarde se va a robar. Vive la vida que a él le gusta”, perfila Lorenzo.
Y se ve que la prédica del director hizo mella, porque menciona como referentes que estuvo viendo para nutrirse Badlands, de Malik (una debilidad de Luis). “También me vi Dillinger, Enemigos públicos, Bonnie y Clyde... En realidad, desde el cole, siempre nos alentaban a ver pelis. Y mi papá también”, aclara. Y aunque todavía es demasiado pronto para asegurar que su vida será la actuación, a la hora de mencionar actores que lo han impresionado, sé ve que le va lo clásico: “Me gustaron mucho James Dean y Marlon Brando”, dice.w