ARGENTINOS ILUSTRES
Ayer, en Oviedo, Les Luthiers recibió el premio Princesa de Asturias de manos de los reyes de España.
Les Luthiers se alzó con un premio muy importante. “Estamos felices porque es un premio grosso, grosso. Más allá de todas las distinciones que hemos recibido y nos enorgullecen, éste es, a nivel internacional, casi como un Nobel. Estamos a dos metros del suelo”. El que habla, exultante y feliz, es Marcos Mundstock, integrante histórico y voz única de Les Luthiers. Es que el grupo acaba de recibir el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades.
Este reconocimiento, que entrega la Fundación Princesa de Asturias de España, los termina de ubicar entre los artistas argentinos más reconocidos y respetados del planeta. En el momento en que están cumpliendo 50 años, el galardón los encuentra trabajando con Gran Reserva, recién estrenado y en gira por la Argentina.
-¿Cómo repercute en el grupo esta distinción a esta altura de la carrera?
-En cierto modo es un estímulo. Nosotros, por suerte, hicimos una carrera sin proponernos metas soñadas. Todo fue paulatino y gradual. Pero la verdad es que sí soñábamos con este premio. Todos los que recibimos a lo largo de los años fueron importantes pero éste es el más movilizante
-En el camino dejaron a figuras de la comunicación, nada menos que a Martin Baron, el director de “The Washington Post”; a Arthur Ochs Sulzberger jr. del “New York Times” y a la presentadora Christiane Amampour,
de la CNN. Qué fuerte, ¿no? -¿La verdad?, ¡impresionante! Es una gloria. Nos hace laburar con más ganas todavía, nos mejora. -El premio tiene que ver más con la comunicación que con lo musical. ¿Sienten que están dejando un legado más allá de lo artístico? -Tal vez. Sin falsa modestia y con la justa en algunos rubros, te puedo decir que lo que hicimos es lo que nos fue saliendo. Nunca lo pensamos muy racionalmente. Con los años hemos inventado un tipo de humor diferente, con su propia identidad, que no se parece a nada.
-Ustedes lograron conjugar el prestigio con la popularidad. Siempre estuvieron cerca del público que, además, es muy amplio.
-El público siempre nos fue respondiendo a la par, nos acompañó en todo. Pero nosotros no nos dejamos llevar y siempre supimos ver antes qué cambiar para no aburrir. Todo se dio sin especulaciones ni contra la naturaleza de lo que nos gusta hacer. Si vas contra eso, es demasiado esfuerzo.
De aquellos fundadores, cinco décadas atrás, aún son parte del equipo Carlos López Puccio, Carlos Núñez Cortés y Jorge Maronna. En 2015, luego de la muerte de Daniel Rabinovich, se sumaron Horacio Turano y Martín O’connor.
- Mirando hacia atrás, ¿qué fue lo que hizo que se formara este grupo?
-Creo que fue como un ADN, algo original que no sería posible repetir. Fue una mezcla de talentos complementarios y sería mucha casualidad que otro grupo de hombres que actúen, canten, escriban y toquen instrumentos, hiciera lo mismo. No obtendría los mismos resultados. Nosotros tenemos nuestro propio ADN, como cada persona. Inmodestamente, lo que hacemos es de calidad.