“La depresión es tristeza pero también es odio”
En París, dice quien se deprime se ha desilusionado. Y cómo acompañar a alguien en ese estado.
El mundo está en un camino irreconocible. Las referentes ya no son los mismos. Un nuevo lenguaje deshumanizado se impone. Los populismos avanzan al ritmo de la inseguridad. La precariedad laboral, el terrorismo, la inteligencia artificial, la sensación de que cualquier es dispensable. ¿Todas estas incertidumbres y este miedo al futuro crean las condiciones para que la gente se deprima? El doctor Juan David Nasio es psiquiatra, psicoanalista, escritor, autor de 33 obras. Ahora ha profundizado sus estudios sobre la depresión. Así fue la conversación con él en su consultorio, frente al río Sena, en París. - Con este mundo, usted debe tener más deprimidos que nunca en su diván, ¿no? - Así es. Tengo pacientes deprimidos, y tengo pacientes que tienen una vulnerabilidad depresiva. Son dos problemas. Uno es el problema de los deprimidos, otro es el problema de los que pueden deprimirse. - ¿Por qué la gente se deprime?
- Se deprime porque se desilusiona, hay una decepción. La depresión es una tristeza invasora, invalidante, ansiosa, rencorosa. Esto es muy importante: la tristeza del deprimido es una tristeza muy especial, es una tristeza agudamente dolorosa. El deprimido es alguien que ha sufrido una desilusión, una decepción dolorosa, amarga, profunda. - ¿Cómo describe usted a un paciente depresivo en este mundo?
- Un paciente deprimido presenta tres síntomas típicos: primero, la tristeza. Esta tristeza que no es una tristeza serena, como cuando estamos tristes. Es una tristeza irreductible, que dura mucho tiempo, por lo menos tres semanas, un mes. No se calma, no se sabe de dónde viene. Y es una tristeza ansiosa. El deprimido está triste pero parece que estuviera enojado. Segundo síntoma típico: el deprimido es alguien que está todo el tiempo pensando en él. Está siempre auto des valorizándose. El tercer síntoma es que el deprimido perdió el interés, perdió el deseo. No tiene ganas ni de ser amado, ni de hacer el amor, ni de ver amigos, ni de ir a trabajar. Está desinteresado de todo. - ¿Cómo consigue usted galvanizar un deprimido que, si vino a su consultorio, es porque quiere aliviarse? - Yo me ocupo de dos cosas. Uno, de tratar al deprimido. Cuando yo me ocupo del deprimido no me ocupo sólo de la persona triste. Me ocupo de quien "se convirtió en triste" y que estaba frágil antes. Primero que nada lo dejo hablar, frente a frente. No le discuto, no utilizo el diván. Segundo, hablo con él y dejo que se queje. El deprimido es un quejoso, hay que de- jarlo quejarse. No tengo que decirle nada que lo contradiga. Lo sigo y trato de sentir lo que siente, el enojo que tiene. Esto es una cosa muy personal mía. En la mayor parte de la literatura científica sobre la depresión no está este acento sobre el enojo del deprimido, sobre la rabia que tiene. - ¿El enojo viene de la frustración?
- De la desilusión. Porque el deprimido es una persona que antes vivía de una ilusión, y se desilusionó. Una ilusión demasiado excesiva, demasiado fuerte. Esa persona, frágil antes de deprimirse, es un poco pagada de sí misma, dependiente de su pareja. Exigente y sobre todo, hipersensible. A la más mínima contrariedad que hay en la relación afectiva con el compañero, si el compañero no quiere algo, ella siente "no me querés más". Si el compañero la trata mal, "me faltás el respeto, me humillás". Si el compañero se va, "me abandonás". Es decir, esta persona perdió una ilusión y se siente traicionada. Por eso está enojada. Y por eso es importante que sepamos que cuando uno va a hablar de depresión tiene que hablar de tristeza y de odio, no sólo de tristeza. - ¿Y cómo los cura?
- Hay que saber que la persona que se deprime hoy es un antiguo niño o adolescente que ha sufrido un psico traumatismo. - ¿Cómo sería?
- Hay traumatismos importantes: uno es el abuso sexual. Un traumatismo menos claro es el de acariciar demasiado al chico. Son caricias sensuales, es una ternura excesiva y sensual. Una ternura excesiva se convierte en una ternura nociva, traumática. Otro traumatismo frecuente es el maltrato. A veces es físico y otras moral, la humillación. Y luego, el abandono. El padre que se muere, el padre que se va o la madre que los deja. - ¿No basta el psicoanálisis para una depresión, a veces?
- Si la depresión es grave, no basta el psicoanálisis. Hay tres tipos de depresión: ligera, moderada y grave. Si es grave se la llama "melancolía" y ahí necesitamos medicamentos. Porque la melancolía es casi una psicosis. - ¿Cómo actuar frente a un hermano, a un amigo o una pareja que se deprime? - No dejarlos solos. Tampoco estar encima todo el tiempo. No discutirles y no dar consejos. No reconfortarlos hablando del futuro. ¡Jamás hay que hacer eso! - ¿Entonces qué hace uno?
- Esté al lado de él en silencio. No le hable necesariamente de él para tratar de consolarlo. El consuelo no depende de las palabras, sino de cómo uno lo siente. Me quedo quieto, callado, estoy a su disposición. - ¿Cómo influyen en la depresión los males de amor, los divorcios, las
Si se deprimieran todos los que tienen exceso de trabajo, tendríamos una epidemia de depresión”