Segundo premio
El origen. Estudió joyería en los Estados Unidos, en la Universidad de Houston. Llegó a esta pasión, según describe, “por casualidad”, pero pronto se dio cuenta de que era exactamente el lugar donde debía estar. Destaca de la joyería la cercanía a la gente por ser un arte “íntimo”, que se lleva en el cuerpo, y también por su practicidad, ya que la dimensión reducida le permite trabajar las piezas a ella misma, teniendo el control de todo el proceso de creación.
La pieza. Se trata de una serie de tres piezas: un dije y dos prendedores con el nombre de Tierra V, VI y VII. Desde un principio, Lorena tenía claro qué quería expresar en esta muestra, algo que le facilitó la tarea en la confección. Actualmente, todo su cuerpo de trabajo remite a la tierra. Para ella es una referencia personal: “Me permite hablar de la memoria, las raíces, la identidad, de la vida y la muerte”.
En esta obra usó tierra de México y los Estados Unidos, hierro, esmalte y plástico.
Se inspiró en una experiencia personal, ya que ella cruzó la frontera entre los dos países varias veces, pero a pie. “Me impactó mucho que siendo esas tierras tan similares, representan una valoración tan diferente y desigual”, explicó. El concurso. “Es muy gratificante ver que son piezas valoradas, y que he logrado transmitir los conceptos más importantes para mí. Este premio me ayuda a saber que voy por el buen camino”, cuenta.