La revancha de Nicolas Cage
Protagoniza “Mandy”, un fenómeno de culto que es una de las perlas del festival Buenos Aires Rojo Sangre.
Hasta el domingo 9 se desarrolla el 19° festival Buenos Aires Rojo Sangre, que anoche entregó una de las perlas de esta edición. Se trata de Mandy, de Panos Cosmatos, que adquirió un status de película de culto casi instantáneo luego de su estreno a principio sde año en el Festival de Sundance y su paso, en mayo, por la Quincena de Realizadores de Cannes. Mucho tiene que ver la actuación de Nicolas Cage, que se abraza sin pruritos a su faceta más bizarra: el miércoles hay una nueva oportunidad de verla en pantalla grande.
Cage es Red Miller, un leñador que, en los ’80, vive en una cabaña en medio del bosque californiano junto a su novia, Mandy (Andrea Riseborough). Todo es paz y amor: durante la primera mitad, la película tiene un misterio narrativo y una belleza visual notables. Hasta que el líder de una secta se obsesiona con la chica: lo que sigue es una sangrienta historia de muerte y venganza. El filme se quiebra y su segunda parte se vuelve un festín para los amantes del gore y el fantasy, con un Cage más histriónico y exagerado que nunca.
Más allá de su participación en distintos festivales -también fue aplaudida en Mar del Plata-, en los Estados Unidos la película apuntó sus cañones al consumo on demand y tuvo, en septiembre, un estreno limitado en los cines. Pero superó las expectativas, todavía está en cartel y el sitio especializado Business Insider aseguró que puede convertirse en un fenómeno al estilo de The Rocky Horror Picture Show: una película proyectada durante años para de fanáticos.
Si no fuera porque su tono bizarro es ex profeso, podría decirse que en la celebración de Mandy hay algo de consumo irónico, un fenómeno que producen desde hace unos años a esta parte casi todas las películas protagonizadas por Cage. De hecho, existe una colección de memes y gifs llamada Cage Rage (La furia de Cage), que ridiculiza escenas sobreactuadas por el sobrino de Francis Ford Coppola en distintos filmes.
“Esta memeficación es frustrante, porque eligen algunos momentos y los sacan de contexto. Estoy seguro de que es frustrante para Panos, que hizo una obra de arte lírica, poética, introspectiva, tener esta Cage Rage destrozando su película. Internet no le hizo ningún favor a la película”, declaró el principal damnificado a Indiewire. Cage, además, explicó que su ampulosidad es parte de una estrategia: “Hace mucho tiempo decidí que no iba a explorar sólo la actuación naturalista. Hice elecciones para concretar con mis actuaciones mis fantasías más abstractas y ontológicas. Al interpretar a personajes que estaban locos, o eran drogadictos, o poseídos por fuerzas sobrenaturales, tuve la licencia de explorar el expresionismo alemán o el kabuki occidental, por ejemplo. Está todo muy pensado y cuidadosamente planeado”.
Mandy no es sólo una suerte de renacimiento para Cage, sino también la confirmación del talento de Cosmatos, (Beyond the Black Rainbow, 2010). Hijo de George Cosmatos (Cobra, Rambo II), le llevó siete años conseguir el dinero para Mandy, algo que se facilitó cuando Cage se interesó en el proyecto. Había pensado en él como el líder de la secta, pero el actor quiso interpretar al vengativo Red.