Entre la ciencia y los relatos de vida
¿La imaginación es el motor del saber? Una muestra explora esto, y suma una obra teatral, este único domingo.
¿Qué vínculo hay entre un Monoceronte y una cebra? ¿Cuál, entre la oveja Dolly y Jemmy Button? Jugar con las preguntas y las dudas, sin ofrecer las respuestas ciertas y positivas de la ciencia, son los elementos de la muestra Zoología fantástica del artista plástico y científico Pablo La Padula, que se expone en el Centro de Arte y Naturaleza, de MUNTREF, pegado al el zoo. De hecho, el Centro de Arte y Naturaleza era un espacio del zoo -hoy Eco Parquey donde antiguamente funcionaba la Confitería El Águila. Hoy, vuelto uno de los museos de la Universidad de Tres de Febrero, combina en sus salas el arte y la ciencia. Después de todo, ¿quién dijo que no había conexiones? Una de ellas será La historia de T, obra con dirección de Vivi Tellas y libreto de Manuel Hermelo, este domingo a las 19 hs.
Pablo La Padula partió de El Libro de los seres imaginarios de Jorge Luis Borges: “Un manual de biología del Renacimiento escrito en el siglo XX”, explicó. Y a partir de allí se preguntó cómo vemos a los animales, quiénes somos y qué son ellos. Para trabajar usó una técnica de dibujos de sombras, el dibujo en un vidrio sobre el cual la luz reflejará, casi siempre, un animal y un niño sobre la pared. “Este soy yo, que me pasé horas y horas de chico viniendo al zoológico”.
En otra área de la sala, aparece el gabinete de curiosidades de su propia ciencia, o, mejor, de su mente. Bajo una mesa vidriada, un centenar de piezas que se dirían el imaginario y la voluntad. Una escama de un gliptodonte, dos ejemplares de libros, El origen de las especies de Charles Darwin y Los misterios de la jungla de Julio Verne, en una vieja edición. Otras piezas, además de un sinfín de las de laboratorio, son esqueletos de serpientes y algunas rarezas que él recolectó en un viaje por el Amazonas. En suma, la exposición de La Padula pone en primer plano la imaginación como un elemento más de la ciencia, aunque la ciencia la trate como a la hija boba, vergonzante, y un poco descarriada.
Pero como hay un secreto que debe ser dicho, por eso convocó a la directo- ra teatral y dramaturga Vivi Tellas, inventora de un modo singular de narrar en teatro que se convirtió en un nuevo género: el biodrama. Mezcla de narración autobiográfica con revelación de un secreto, se trata de una dramaturgia de los susurros.
La directora a su vez llamó a Manuel Hermelo (fundador de la mítica Organización Negra de teatro físico) y compusieron La historia de T¸un biodrama mántrico. Con elementos reducidos al mínimo, en 45 minutos y en un espacio armado dentro del museo entre una sala y otra, Manuel va contando las conexiones invisibles entre su propio viaje de juventud al Amazonas y cómo un viaje fue enhebrando otro viaje, de otro ser querido, su hermana y su sobrina T., y cómo al esposo de T., en Estados Unidos, lo envían “de viaje” a la guerra de Irak justo cuando ella está por parir, de manera que su parto es televisado por el Skype de la época y se convierte en noticia.
Los loros y monos que aun quedan en el Eco-parque traen su propia banda sonora de la obra, con gritos y chillidos: estamos en viaje, estamos en tierras exóticas.