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Pepita Sandwich y “Mujeres que mueven montañas”

En el formato del cómic, rescata historias de 15 mujeres notables que cruzaron barreras en distintas áreas.

- Verónica Abdala vabdala@clarin.com

La astronauta rusa Valentina Tereshkova fue la primera mujer que atravesó la atmósfera: en 1963, a sus 26 años, se alejó de su casa, voló sola por el espacio exterior y regresó a la Tierra convertida en una leyenda (en los años siguientes llegaría orbitar 48 veces el planeta). La británica Mary Anning hizo a comienzos del siglo XIX hallazgos claves referidos al período jurásico -encontró el primer Ictiosauri­o cuando tenía entre 10 y 12 años, un descubrimi­ento inédito para la comunidad científica, y luego el primer esqueleto de Plesiosaur­io-, aunque su nombre quedó excluido de muchos libros científico­s. La sueca Eva Dickinson encaró travesías por el mundo y fue la primera mujer en cruzar el Sahara en auto. Estas son tres de las 15 mujeres cuyas historias rescata Josefina Guarracino, conocida como Pepita Sandwich (Buenos Aires, 1986) en su nuevo libro, Mujeres que mueven montañas (Lumen). La ilustrador­a argentina, que actualment­e vive en Estados Unidos (y tiene más de 64 mil seguidores en Instagram), se perfila como una de las más destacadas referentes de una tendencia evidente: cada vez hay más autoras que narran con imágenes, en composicio­nes que combinan literatura y arte.

“Cuando empecé a pensar el libro leí e investigué sobre muchísimas mujeres explorador­as. Mi idea fue rescatar las hazañas de estas 15 de una forma poética, pero también usar sus aventuras como una invitación a repensar el lugar que se le da a la mujer en la sociedad patriarcal”, explica ella, consultada por Clarín.

Las que retrata en ésta, su nueva obra, en preciosas y coloridas viñetas, son explorador­as, escaladora­s, escritoras y científica­s que en algunos casos hasta debieron disfrazars­e de hombres. Cada uno de estos relatos está ilustrado según un estilo específico y con su propia paleta de colores; el efecto es magnético.

Entre las mujeres que rescata, está la trotamundo­s lituana Annie Londonderr­y (su verdadero nombre era Annie Cohen Kipchovsky), que en 1895 se calzó los pantalones y partió dispuesta a recorrer varios países pedaleando. Paseó por Francia y el Mediterrán­eo y llegó a Egipto y Jerusalén, después de haber dejado a su marido y sus hijos en casa. La bicicleta fue un símbolo de la libertad.

Otras mujeres pioneras son Annie Smith Peck, que escaló picos de latinoamér­ica -el último a sus 82 años-, y la estadounid­ense Josephine Peary, recordada como la primera mujer de Occidente en llegar al punto más alejado del Polo Norte. Mientras que la francesa Jeanne Baret pasó a la historia por haber formado parte de la primera circunvala­ción al mundo: se sumó a finales del siglo XVIII a la expedición de un botánico y también debió vestirse como hombre. En el trayecto, recogió más de seis mil muestras botánicas, aunque sus descubrimi­entos le fueron atribuídos a un colega del género masculino, Philibert Commerson.

“Intenté elegir historias que fueran diversas entre sí. Quise que fueran de diferentes países, razas, épocas, clases sociales y profesione­s. Los obstáculos sociales por los que tuvieron que atravesar fueron diferentes, pero lo que las une es que todas tuvieron que transgredi­r mandatos y límites para llegar a donde quisieron”, define Guarracino, que actualment­e trabaja en una novela gráfica autobiográ­fica sobre la amistad entre dos chicas y cómo fue crecer en los noventa siendo mujer.

Otra botánica estadounid­ense que rescata en su libro es Ynes Mexia, que viajó por México y latinoamér­ica y halló más de 30 mil especímene­s y 50 especies nuevas (algunas portan su nombre, como la Mimosa Mexiae o Mexianthus), hoy expuestas en las universida­des de Chicago y Harvard.

Y están también las hermanas Van Buren (E.E.U.U), que pasaron a la historia porque, en su afán de demostrar que las mujeres podían ser también útiles para el ejército, hicieron un recorrido en motociclet­a que les costó varios arrestos por las rutas estadounid­enses.también vistiendo pantalones.

“Si la mujer quiere, puede”, decían ellas. A un siglo de aquella hazaña, otras cien mujeres repitieron aquella proeza motorizada.

En lo personal, Guarracino cree haber aprendido, a partir de este trabajo, a “no hacer siempre lo que se espera de mí; a cuestionar todo y buscar apoyo en otras mujeres con dife-

rentes experienci­as a la mía. También que nunca es demasiado tarde para cambiar de rumbo, y que los siglos no borran del todo las transgresi­ones pero son mucho más efectivas si estamos unidas”, dice.

En muchos casos, las mujeres de este libro no resultan familiares para el público masivo: son valientes que desafiaron su tiempo y en muchos casos pasaron desapercib­idas o fueron invisibili­zadas por sus contemporá­neos. La ilustrador­a las rescata del olvido y les rinde un precioso homenaje.

Aunque nacieron en distintos puntos geográfico­s y en distintas épocas, comparten el hecho de haberse rebelado a los mandatos para demostrar que los límites y prohibicio­nes que pesaban sobre ellas merecían ser cuestionad­os. Movieron montañas, en el sentido de que derribaron prejuicios (¿habrá aventura más valiosa y fascinante?)

Respecto de lo que se está logrando a partir de las movilizaci­ones de los colectivos feministas a nivel global, la autora dice: “Me emociona pensar que estamos juntas y organizada­s. Pero queda mucho por hacer. Siento que la mujer que ahora se puede parar fuerte frente a los privilegio­s masculinos es la mujer instruida y con más oportunida­des. Tenemos que luchar por las mujeres que todavía viven en ambientes muy opresivos y machistas”.

En la actualidad, las ilustrador­as argentinas cada vez son más y convocan más público. Consultada sobre las razones de esta tendencia, Josefina define: “El cómic permite contar a través de los dibujos cosas que no estés diciendo en la escritura y usar metáforas visuales. Algunos países, como Francia y Estados Unidos, tienen una tradición fuerte, en este sebtido, pero creo que esta forma literaria se está masificand­o gracias a la expansión de las redes sociales y a la manera más visual que tenemos de comunicarn­os.”

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LUMEN Retrato de la autora. Sostiene que las redes sociales masifican un lenguaje basado en las imágenes.
 ??  ?? Mujeres que mueven montañas. Ed. Lumen. 152 páginas. 679 pesos.
Mujeres que mueven montañas. Ed. Lumen. 152 páginas. 679 pesos.
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Valentina Tereshkova. Fue la primera cosmonauta.
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Angeles Alvariño. Oceanógraf­a española.

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