El Centro Cultural de la Ciencia, con actividades gratuitas
La idea de que los museos son para mirar y no tocar, ya se extinguió hace rato. ¿Pero quién diría que un Centro Cultural le daría la oportunidad a un niño de transformarse en científico por unas horas?
El Centro Cultural de la Ciencia (C3) es el lugar ideal para que los pequeños curiosos se hagan mil y una preguntas. Bajo la premisa “la ciencia es cultura”, se ofrecen actividades, con entrada libre y gratuita, para aprender jugando.
Una de las experiencias más destacadas es la muestra Superbacterias, que se realiza en paralelo con el Science Museum de Londres, y está articulada por la Embajada Británica y laboratorios Pfizer.
La idea es generar conciencia en chicos y grandes sobre la importancia de estas nuevas bacterias “evolu- cionadas” -resistentes a los antibióticos que hoy conocemos- y saber qué podemos hacer desde nuestro lugar, para evitar que se propaguen.
En la muestra, además de poder encontrar los típicos videos explicativos y stands con información, se van a poder ver los elementos que se usan en los laboratorios, una instalación interactiva con luces, peluches en forma de bacterias, un hormiguero de verdad y hasta una ciudad de tubos de ensayo donde viven y crecen bacterias de todo tipo y color.
Algunos afortunados van a poder dejar una muestra de las bacterias que conviven en su mano, apoyando su huella en una cápsula, y volver al museo semanas más tarde para ver cómo evolucionaron.
Para hacer la visita más interesante, además de recorrer, explorar y tocar, los niños (y grandes) podrán consultar sus dudas a los “copilotos” o guías que se encontrarán en la sala.
En el segundo piso, la diversión sigue con el “Club de pequeños creativos”, un espacio a cargo de la Secretaría de Cultura, donde los chicos pasarán por distintas postas vinculadas con la creación, el diseño, la lectura y la escritura.
Hay un laboratorio de personajes fantásticos, en el que los chicos crearán diversas criaturas y hasta se podrán disfrazar, un estudio de arquitectos donde construyen la escenografía de esos personajes, una editorial donde pueden escribir su propio cuento y llevárselo a casa. Y un telar de sueños donde escribirán un deseo, colgándolo para que se haga realidad.
“Enigmas de laboratorio” es otra propuesta, y se trata de una sala de escape, donde a través de pistas, códigos y trabajo en equipo, habrá que encontrar el líquido secreto para escapar del laboratorio.