Ellas viajan solas: el tabú que el tiempo naturalizó
En una década, se incrementó un 230 por ciento el hábito de salir de vacaciones sin compañía.
Ya sea para romper la rutina, conocer otras culturas o descansar, viajar es uno de esos placeres más disfrutables. Las que hasta hace algunos años eran tradicionales vacaciones en familia, ahora adquieren nuevas formas: la compañía ya no es imprescindible. Es por eso que una tendencia que se consolida es la de mujeres que deciden viajar solas. Los números lo evidencian: de acuerdo con la revista Harvard Business Review, que marca las tendencias actuales en diversos ámbitos de la economía, la cantidad de mujeres que viajan solas aumentó en más de 230% en la última década. Y según un informe de World Travel Market (una de las ferias más importantes de la industria turística), ocho de cada diez latinoamericanas está dispuesta a hacerlo en los próximos años. “La realidad de la mujer y su lugar en la sociedad está cambiando. Es por eso que muchas están teniendo cada vez más seguridad e independencia y se animan a emprender un viaje sin compañía”, asegura Inés Peluffo, vocera de Turismocity, la empresa que permite comparar precios de vuelos en un sola búsqueda.
Desde una óptica empresarial, Ana Paola Durón, country manager de Amadeus México, una compañía proveedora de soluciones tecnológicas para la industria turística, concuerda en que el contexto social es una de las claves que ha favorecido este aumento. “El viaje es un síntoma más del camino que estamos recorriendo hacia la igualdad de género. Cada vez más la mujer fue adquiriendo mayor independencia económica y compartiendo las responsabilidades en el ámbito familiar y escolar, y por eso puede permitirse dejar unos días a la familia, sin sentir culpa”, admite Durón. En el plano local, según datos de Almundo, el 20% de las mujeres que viajó en 2018 lo hizo sola, duplicó a la cifra del año anterior. A la hora de hablar sobre los destinos, Bariloche, Salta, Córdoba, Mendoza e Iguazú lideraron el podio de las ciudades argentinas más elegidas. Entre las que optaron por el exterior, la mayoría se decidió por Barcelona, Cancún, París, Salvador de Bahía y Miami.
¿Por qué recorrer el mundo sin compañía? Probablemente haya tantas respuestas a esta pregunta como aventureras que recorren el planeta en soledad. Para muchas responde a una decisión de explorar un lugar sin ataduras. Así lo cuenta Claudia, una psicóloga de 56 años: “Me quise regalar un viaje conmigo. Tuve la oportunidad de destinar un dinero a viajar sola y decidí ir por primera vez a Europa. Me encantó la experiencia porque fui dueña de mi tiempo y de detenerme en los lugar que deseaba”.
Entre las principales ventajas de viajar en soledad aparece la flexibilidad. No hay con quién discutir qué países visitar, qué actividades realizar, dónde dormir y en qué gastar el dinero. Para Agustina, de 34, no sólo tiene que ver con manejar los tiempos propios, sino también como un espacio de reflexión. “Estar sola me permitió conectarme conmigo misma y mis deseos. Caminar sin un rumbo fijo, escuchar música, leer un montón, estar más cerca de lo que me gusta hacer. Es estar en un universo muy mío”. A Daniela, de 36, la experiencia le permitió aprender mucho más sobre ella. “Viajar sola modificó mucho la confianza en mí misma, sobre todo cuando volví. Me fortaleció un montón darme cuenta de que podía hacerlo. Fue importantísimo”.
María Luciana Ramajo es la fundadora de la agencia Cosmopolitan, que a su vez creó “Mujeres viajeras”, una división de la empresa que se especializa en el público femenino. Para ella, perderle el miedo a viajar sin acompañantes es fundamental y reconoce que el avance de la tecnología ha aportado muchas herramientas para estar seguras en destinos desconocidos. “Las webs con reviews y comentarios, las aplicaciones con mapas o información del destino, las redes sociales, hacen que pese a estar lejos nos sintamos conectadas. Para las mujeres -que somos más vulnerablesha influido bastante en darnos seguridad para viajar solas”.
Es que a veces eso genera temores. “Existe la creencia de que una mujer sola es más vulnerable a situaciones de violencia. Considero que, si se toman las precauciones básicas y se respetan las normas culturales del destino que se visita, las mujeres pueden romper con esas ideas y salir sin miedo a explorar el mundo”, aconseja Durón.w