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Kevin Johansen “El beneficio de haber tenido una madre soltera y feminista lo llevo como una bandera”

El cantautor, que acaba de editar “Algo ritmos”, cuenta cómo la realidad tiñe lo que escribe y reflexiona sobre los cambios de paradigmas de la época actual.

- Eduardo Slusarczuk eslusarczu­k@clarin.com

“La realidad siempre está atravesánd­olo todo, y uno reacciona desde lo artístico. Es eso de ‘pinta tu aldea y pintarás el mundo’, traducido a’pinta tu tiempo y serás atemporal’. Con un disco, lo que estás tratando de hacer es pintar tu tiempo”.

Con su flamante Algo ritmos sobre la mesa, Kevin Johansen resume la idea del disco, el noveno de su trayectori­a, que firma sin The Nada, la banda que lo acompañó durante 18 años. “Con este álbum aproveché para decirle a los muchachos que iba a probar con otra banda... Pero igual, The Nada va a seguir; si tenemos que tocar para un narcotrafi­cante en el medio de la selva por un millón de dólares, vamos (risas). Y en el disco, inclusive, están presentes. El Zurdo Roizner, Cheba Massolo, Andrés Reboratti, Juanma Alvarez...

-Pero desperdiga­dos por los temas.

-Sí. En varios de los últimos discos pasó lo mismo. En ese sentido, Mis Américas Vol. 1/4 y Algo ritmos son muy compañeros. Los dos fueron grabados entre Nueva York, Río de Janeiro y Buenos Aires, donde grabamos la mayoría de las cosas.

-¿Qué cambia grabar allá o acá?

-Todo. El sonido, el timbre, las formas, el ritmo. encada lugar podés lograr elespíri tudel oque querés decir con respecto a ese lugar. Y esos dos lugares tienen mucho en común con Buenos Aires.

-Nueva York es más porteña que Rio...

-Sí, mucho tano, judío, europeo... Adoquín y ciudad que se camina. Y Buenos Aires tiene eso. Venimos de los barcos, ¿no? Desde la música uno está siempre absorbiend­o, aprehendie­ndo y aprendiend­o de distintas fuentes. Me da mucha curiosidad la línea divisoria entre culturas y dónde está la trazada por mi historia personal. Lo mío es ‘the best of both worlds’. Parafrasea­ndo al maestro Facundo Cabral, yo soy de aquí y soy de allá.

-Facundo decía que no era de ningún lugar.

-Generacion­almente vemos, con otros colegas, eso de derribar un poquito estas cuestiones. Y la metáfora de Brasil me parece interesant­e. Lala, mi mujer,

que es bonaerense, de Azul, me decía que como fantasía tiene un futuro en una chacrita, con gallinas y ovejas. Y cuando me preguntó por la mía, le dije que para cuando llegue a los 70 quiero un bulo en Río para estar en bata, con el whisky y mirar la playa de Copacabana. -¿Cuánto hace que estás en pareja?

-Vamos por los 15 años. -¿Cómo se hace, con tu profesión?

-La profesión, con el advenimien­to de los hijos, cambia. Tengo dos de la primera administra­ción, Miranda y Kim, que tienen 21 y 15, y Tom y Roy, que tienen 11 y 4. Antes, me iba de gira tres semanas o cuatro, feliz. Ahora no puedo estar fuera de casa más de una y media. No puedo. ¡Extraño mucho! Igual, cuando estás, también estás mucho, los podés llevar a la escuela, traer, ir y venir...

-Estorbar...

-También, si no tenés cuidado. Pero yo encuentro mucho en la noche. Ahí, agarro la guitarra y pruebo, o me siento como Homero, frente a la tele, y pienso, busco alguna idea mientras miro el noticiero o una peli.

-¿Cuesta encontrar ideas?

-Sí, porque uno quiere mostrar lo mejor. Para Algo ritmos, algunas canciones ya estaban algo trabajadas. Y al mismo tiempo tenía el lindo desafío de qué quiero decir yo, desde acá, sobre estos cambios de paradigmas a nivel de género, sexual, de libertades individual­es, políticos y sociales. Y después, la cuestión meramente artística.

Porque es interesant­ísimo no poder controlar lo que tirás al aire, que es esto (agarra el CD), que a la gente le gustará, le encantará, o no. Eso pasó con la canción Tú ve, de la cual quienes escuchan el disco me hablan muy bien.

-¿Tomás en cuenta esos cambios de paradigma en lo que escribís?

-Si. pero sin caer en la demagogia. Además, me parece que es un capítulo que lo tienen que escribir las mujeres. Lo que puedo decir es que les doy la bienvenida a esos cambios y que los entiendo perfectame­nte. Y por supuesto que

tiñen lo que uno dice. A mí me llevó a pensar mi idea de pareja, del amor. No

me llevó a un lugar negativo. Me desafía a arriesgar. Incluso me dio por el lado de plantearle a mi pareja que no quiero ser más celoso. Y no significa que la ame menos. Pero es algo que a mis 54 años, quiero abandonar. No estoy diciendo que me voy a hacer el loco, o al revés. Es algo más mental.

-Más de un colega tuyo dice que con la cuestión de género en vilo hay que tener más cuidado con cómo uno dice las cosas en una canción.

-Sí, pero eso no me recorta las posibilida­des de escribir. Siempre fui muy abierto respecto al tema… El beneficio de haber tenido una madre soltera y feminista lo llevo como una bandera.

Tuve una infancia muy aleccionad­ora en lo que tiene que ver con la igualdad entre la mujer y el hombre. Lo que si podría decirte, es que está el peligro de que entren los puritanos. Una gran standapera gringa dio un ejemplo muy lindo de la diferencia entre el acoso y la seducción.

-Que sería…

-Dijo: “A mí me encanta que me seduzcan, que me digan cosas lindas. Cuál es la diferencia. Que al que acosa no le importa la empatía, no le importa la reacción del otro.” El acosador es un tractor que te pasa por arriba. La seducción viene de alguien a quien le importa tu reacción. Sabe cuando frenar. Y siempre tuve mucha conciencia de eso. Nunca fui un machirulo recalcitra­nte.

-En el disco hablás de un millonario que toma ron, solo en su mansión.

-Es una metáfora de Trump, que es que el va a haciendo un muro, hasta que la pared que mandó a hacer lo termina encerrando a él. Pero también hay temas como el de la belleza y el ego, eso de “mirá lo bien que me va, lo linda que estoy, el éxito que tengo”, en La gente

más linda. La prepondera­ncia del ego. A eso le respondo con que “la gente más linda es la que no sabe lo linda que es”. Que hay belleza en la imperfecci­ón, y a mí me gusta buscarla.

-La Argentina tiene bastante de imperfecta. ¿No te arrepentís de haber tomado la decisión de venirte para acá, cuando ves lo que pasa?

-No. Por suerte tengo el beneficio de

viajar, y todo es un quilombo. Obviamente, los ciclos de crisis acá son mas cortos, cada cinco o 10 años hay una. Pero a su vez rescato el aguante que tiene la Argentina. Es impresiona­nte. Fui criado por una madre docente, sin un mango pero con mucha cultura. Tipo familia de clase media ‘Mafalda’, sin siquiera el Citroën, pero rica en cultura. Y eso todavía el argentino lo tiene. Cada vez menos, pero lo tiene. Tengo hijos chicos, y la Argentina es un lugar lindo para criar pibes, todavía y a pesar de todo.

-¿Realmente lo ves así?

-Sí. Por supuesto que hay un montón de cosas que son un bajón. Y uno ve esa polarizaci­ón, con muchos pobres, con cada vez más gente con acceso a

nada. Y te preguntás cómo carajo puede ser eso. Pero así y todo, digo que a la Argentina le han dado para que tenga, y que a pesar de eso no hay con qué darle. Gobierno tras gobierno de corruptos. “Paremos de robar dos años”, “tenenos que robar menos”, esos comentario­s nefastos que hubo y sigue habiendo. Y sin embargo, salimos.w

Así y todo, digo que a la Argentina le han dado para que tenga, y que a pesar de eso no hay con qué darle.“

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NORA LEZANO Arte, arte, arte. Para la producción del álbum, el cantautor convocó, además de una lista de músicos exquisitos, al productor Matías Cella y al escultor Alois Kronschlae­ger.

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