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La tentación del fracaso

Tras los pasos de un artista atípico

- Hernán Firpo hfirpo@clarin.com

Leo parpadea al abismo de todos los clichés. Alto, un avatar con botas, poncho eventual, pelo largo, más cortés que valiente, la verba florida, un vestuario de reyes: Leo es todo lo que Dárgelos quisiera ser. Cruza de dandy nerd con orígenes de clase obrera, no tardará en definirse como un autodidact­a que no murió en el intento. La excentrici­dad es su aliada. Viene a su lado como el sidecar de Federico Andahazi.

Nos hace entrar en su palacete de Barrio Norte. Tiene 34 años nacidos en Mar del Plata y demasiado vividos en Buenos Aires. Sus mejores amigos murieron o están presos, pero como en las historias de redención, Leo vive para contarlo, y vive muy bien en un edificio con custodia las 24 horas.

“Voy bajo el nombre Leo Damario & Los Secretos. Como Sandro y los de Fuego o Aldo y los Pasteles Verdes. Los secretos son canciones y las canciones serían mis secretos.”

El que “va” –un pleno al futuro- es Leo Damario, el Leonardo de Andrés Calamaro. Cuando no estás, una versión turbo de Flaca, tiene casi 39 millones de reproducci­ones. El boca boca del maese de la canción habrá abierto más que las puertas de la percepción. También hubo videos para Miranda!, para Babasónico­s, para Deborah de Corral…

Pero Damario es un hombre alado tratando de salir del “anonimato” con sus propias canciones cantadas por él mismo. La faceta del director de videoclips ya fue y ahora es la música y son las películas hechas bajo el influjo asfixiante del indie eternament­e apadrinado por John Casavettes.

Ah, ¿sabían que la chica que hace de Calamaro en Cuando no estás es Carla Quevedo?

Lo que está ocurriendo es que alguien se dio cuenta de su presencia: ¡demasiada onda para estar sólo detrás de cámara! Se lo propuso su amigo Alejandro Sendra, hijo del autor de Yo Matías. ¿Qué le propuso? Grabar en su estudio canciones con letras mordaces y ritmos pegadizos. Que la gente conozca tu imagen, le dijo. ¿Que no sabés cantar? ¿Y eso qué importa?

“El título del disco que sale en Spotify se llama Debut y despedida –se ríe de sí mismo-. Yo no tengo Spotify. No me gusta tener apps ni redes sociales. No es que no uso redes: no tengo. Ni Uber, ni Easy Taxi, ni Whatsapp, ni home banking, ni Twitter, ni Instagram”.

El vizconde que mucho abarca abre de par en par la puerta de una casa donde hay sombreros. Mueve los brazos con ademanes y reverencia­s hacia las visitas, pero al mejor estilo Woody Allen, no convida nada. Ni una uva. Calamaro puso un dibujo de Liniers en la tapa de La lengua popular y habría que preguntarl­e a Liniers -nunca un remate- cuánto mejoró su cachet. Pero Leo es un personaje tras los pasos del Leonardo renancenti­sta. “Para Leonardos, me quedo con Favio”, pide peinando su flequillo fotogénico. “Hacer y completar es un verdadero éxito para mí. Tener un pálpito, una idea y llevarla a cabo generando un movimiento en el camino, es un éxito. Yo hago una peli por año y ahora, un disco. Eso se aplica en el pensamient­o del salto al vacío. Volar y vencer la ley de gravedad es una empresa destinada al fracaso. Pero tener el pensamient­o y llevarlo adelante, es un verdadero éxito. Aunque mueras”.

-¿Todo es posible?

-Sin ser una persona pesimista, porque no lo soy, me gusta pensar en el artista sin miedos. El equilibris­ta de All That Jazz. Su vida al límite era una empresa destinada a la decepción.

El plano final de Bob Fosse es muy concreto. Siempre pienso en las personas que están como muertas en vida, sin asumir riesgos, sin ruleta... Yo creo que también hay un Lado B de ese término. Hay personas que están muertas en vida y otras vivas después de muertas. Me gusta vivir para lo segundo. Abrazar al fracaso es vencer el fin de los fines. Abrazar la caída y salir victorioso”. Leo te lleva puesto. Dice algo de Resentimen

tal, una película suya que fue calificada como “Regular”. Que se encuentra en preproducc­ión de Sirena, con Benjamin Vicuña y Emilia Attias, pero que ahora está con el disco, “un proyecto on

time on line, que no deja de ser una propuesta artística conceptual”. -Y…

-Y también estoy con un comic sobre una superheroí­na dibujado por Igor Bastidas, uno de los animadores de Cartoon Network. Y con un largometra­je con la gente de Fénix sobre la vida de Marie Anne Erize, una modelo militante de Montoneros. Y escribiend­o el guión de una biopic de Federico Moura.

El día que Damario se tiña de rubio será Federico Klemm.

“A estos últimos años yo los llamo la época de la depresión: nuestro pueblo y nuestro arte se apenó (...) Nos siguen pegando abajo. La pregunta es cómo salir a un mercado que no existe. Yo no soy cantante. Amigos músicos como Andrés Calamaro, Tucán, de Banda de Turistas, Ale Sergi y Militta Bora, me fueron pasando tips y me acompañaro­n con ideas para ajustar e interpreta­r las canciones. Y Andrés, bueno, Andrés tiene esa sabiduría tan sobrenatur­al que con dos frases es capaz de construir un camino de producción, además de darme mucha confianza”.

Damario es el tipo que hizo una película en tiempo real con el público entrando a una sala. También es el de Olympia, un filme independie­nte con participac­iones de Mercedes Morán y Edda Bustamante, disponible en Youtube con casi un millón y medio de espectador­es. -¿Estrenos comerciale­s?

-Eso es para los chicos de la FUC (la universida­d privada del Cine). Filmar en la Argentina es para los que tiene plata. Cine de chetos. En total, 10 canciones. El primer corte es “un french house vintage con habla cantada llamado, sin diminutivo, Des

pacio”. ¿Puede funcionar? “Es un proto hit sensual, porno de hombre blanco heterosexu­al que se muestra con valentía”. -¡Wau Leo!

-Una canción que hace base en Ayelén (su novia, musa y modelo que lee a Balzac). Habla de cómo nos encontramo­s, a dos días de haberme separado de mi ex esposa. La veo caminar bajo la lluvia de una mañana de primavera en el Botánico. Ella, lánguida y etérea, se desliza como en la pasarela y a mí es inevitable clavarle los colmillos. Resultó ser una joven mujer muy Birkin. Quizá por eso la canción tenga un aura gainsbourg­niano.

Leo habla como si fuera a hacerlo por última vez. “Le dije a ella de filmar el clip y por supuesto me dijo que no. Entonces, el video está protagoniz­ado por Srta. Bimbo. Fue filmado en Mar del Plata, en un haras de caballos de carreras, en Tigre y en el hotel Alvear. Narra una suerte de película ficticia de un hombre inspirado por las alucinacio­nes artísticas en las que nunca puede dejar de ser un cineasta. La idea del disco nace de mis educadores del mundo de las ideas que son mis referentes: desde el cantante y cineasta que fue Serge Gainsbourg, al cineasta cantando que va desde Kusturica, Almodóvar y hasta el propio Woody Allen que, si bien no canta, tiene su banda de jazz. Me eduqué admirando a hombres que viven vidas más grandes que ellos mismos. Admirando a directores que son como los Rolling Stones: la entidad es el arte y en esa estela es la que se maneja el impulso de los caminos que elijo tomar a diario”.

“Tener el pensamient­o y llevarlo adelante es un verdadero éxito. Aunque mueras”.

 ?? FERNANDO DE LA ORDEN ?? Un hombre ocupado. Damario hizo muchos videoclips, pero ahora grabó su propio disco. Y sus proyectos van del cine al comic.
FERNANDO DE LA ORDEN Un hombre ocupado. Damario hizo muchos videoclips, pero ahora grabó su propio disco. Y sus proyectos van del cine al comic.

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