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El corazón valiente de una chica inglesa

A los 73, la actriz y cantante, bomba sexy y referente de los ‘60 y ‘70, anuncia nuevo disco basado en sus diarios íntimos.

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y su vida tendrían un vuelco fundamenta­l gracias el encuentro con Serge Gainsbourg. El cantante, compositor, pintor y director tenía casi 20 años más que ella y era el artista estrella de los franceses, brillante y controvert­ido. “Yo sólo era una chica famosa y él era un genio”, recordó Jane en alguna entrevista.

Esa pareja fue el centro de atención de medio planeta y, a pesar de que ambos tuvieron otras relaciones antes y después, su vínculo pasó a ser icónico, la representa­ción viva de una época y una marca en la cultura pop.

La relación entre la chica cool inglesa y el artista irreverent­e francés que, antes de Jane, había tenido un romance nada menos que con Brigitte Bardot, duró doce años. Durante esa etapa la dupla era un imán que fascinaba con todos los ingredient­es de una fantasía perfecta. Pero puertas adentro, el vínculo era lo que hoy se llamaría tóxico.

Tuvieron una hija, Charlotte Gainsbourg, que pudo superar el peso de ser considerad­a como “la hija de” por partida doble, y hoy es una actriz y cantante con nombre propio.

Luego de la separación de Gainsbourg (dice la leyenda que ella lo dejó, agobiada por su carácter impredecib­le), las cosas no fueron fáciles para Birkin. Pero decidió hacer frente a la situación y armar una carrera propia. Le llevó tiempo, esfuerzo y dolor, pero lo logró.

La actriz formó un nueva pareja con el director de cine Jacques Doillon, con quien tuvo a su tercera hija, Lou. A pesar de la distancia con Gainsbourg, él siguió siendo su productor musical y compuso varios temas que ella grabó por su cuenta. Y no le fue mal.

Durante años, Birkin se enfocó en su carrera como actriz de comedia en el cine francés y, a la par, se volvió involuntar­iamente un ícono de la moda. Su look algo andrógino, su flequillo y su sensualida­d inspiraron a varios diseñadore­s.

Pero para ella, como para muchas mujeres que tenían voz pública en esos años, la moda era una manera también de rebelarse contra muchas tradicione­s e imposicion­es y abrir camino a nuevos horizontes para el mundo femenino.

Un dato curioso es que Jane Birkin es quizás una de las pocas mujeres que tienen un modelo de cartera de lujo inspirada en ella y que lleva su nombre. En 1984, la firma Hermès creó la Birkin Bag en su honor. La cartera sólo se consigue a pedido y cuesta varios miles de dólares.

Luego de un tiempo casi retirada de la vida pública, Jane retomó la música, editando varios discos y dando conciertos en diferentes ciudades. La influencia de Gainsbourg fue tan fuerte que recién pudo editar un álbum sin ninguna referencia a su ex marido en 1998, siete años después de la muerte del artista.

En los últimos años, Birkin colaboró junto a Manu Chao, Brian Molko,

Caetano Veloso, Bryan Ferry y Françoise Hardy, entre otros artistas.

Pero no todo fue bohemia y glamour en su vida. La cantante también se enfrentó con una tragedia en 2013, cuando su hija mayor, Kate (fruto de su relación con el compositor británico John Barry, autor de varias bandas de sonido de James Bond) se suicidó. Poco después también sufrió otro golpe cuando se la declaró una leucemia. Luego de dos años de tratamient­o, la artista volvió a renacer.

Su nuevo trabajo discográfi­co Oh, pardon, tu dormais (Oh, perdón, estabas durmiendo), que verá la luz este 2020, es un homenaje a los amores de su vida. Más escéptica por la experienci­a vivida, hoy asegura: “Es un alivio no tener una relación amorosa, porque termina transformá­ndose en una droga”.

Birkin transcribi­ó parte de su apasionant­e y agitada vida en diarios íntimos que fueron publicados en Inglaterra. Allí repasa sus romances, la relación con sus hijas, el recuerdo de Gainsbourg que fue clave en su carrera y en su vida personal, y hace una autocrític­a de los amores fallidos y complicado­s, que terminaron en divorcio, entre otras cuestiones.

Los dos volúmenes Munkey Diaries y Post-scriptum, de donde salen sus nuevas canciones, abarcan varias décadas de su vida, y llegan hasta 2013, cuando la trágica muerte de su hija interrumpi­ó esas reflexione­s personales que también son un reflejo de la época que le tocó vivir. Ese material se traduce ahora, en su etapa de madurez, en un disco con música de Étienne Daho, que revisa los años más locos de la bohemia londinense y parisina de la que fue referente.

“Yo me sentía atraída por los genios. Serge fue mi gran amor, claro. Pero también me convirtió en una suerte de muñeca, al servicio de muchos caprichos. Y también deseaba demostrar que no era exactament­e la muñeca de Serge”, declaró.

A pesar de las adversidad­es, a Birkin nunca le faltó el sentido del

“Yo sólo era una chica famosa y él era un genio”, declaró alguna vez sobre Serge Gainsbourg.

“Los diarios íntimos no se escriben para ser leídos en vida. Pero tuve la tentación de publicarlo­s”.

humor. “No se olviden que soy inglesa. No sería nada sin el humor inglés. Y, en el fondo, no sé si cambiamos mucho a lo largo de los años”, confiesa. “Creo que sigo siendo la misma chica de cuando tenía 12 años, pero con sesenta años más encima”. Con los años, Birkin prefirió dejar atrás las relaciones sentimenta­les y volcarse más a cuestiones menos problemáti­cas como la ecología y las causas humanitari­as.

Ahora que muchas de sus heridas de amor volverán a salir a la luz, en forma de canciones, Birkin asegura: “Contar una historia amorosa no deja de ser una ingenuidad. Los diarios íntimos no se escriben para ser leídos en vida del autor. Pero yo tuve la tentación de publicarlo­s. Con los años, creo que habría escrito otras cosas. Y no expondría estas historias que, con la perspectiv­a del tiempo, me parecen irreales”.w

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