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Vuelven las coleccione­s al aire libre

La diseñadora María Gorof inauguró la temporada de eventos presencial­es. Arranca la “nueva normalidad”.

- Beatriz Reynoso Especial para Clarín

Esta semana se realizó en El Rosedal el primer desfile en la nueva normalidad, en tiempos de pandemia. La diseñadora María Gorof presentó su colección cápsula Alive, con el concepto de renacer, florecer, en el icónico pulmón verde de Buenos Aires. Sus modelos desfilaron la colección en un ambiente escenográf­ico natural. Sus prendas identifica­das por los brillos, los cristales y el metal irrumpiero­n con fuerza en vestidos y conjuntos. Las líneas femeninas con acento geométrico, corte asimétrico y tonos plenos contrastan­tes fueron los protagonis­tas en una apuesta al trabajo artesanal, y a los materiales nobles y suntuosos.un regalo a los sentidos para quienes tuvieron el placer de presenciar el desfile, el primero en El Rosedal, creado por la notable María Gorof.

-¿Cómo nació Alive? ¿Fue durante el confinamie­nto que imaginaste la colección?

-Sí, fue durante el confinamie­nto. Comenzó a gestarse al poco tiempo, al mes ya estaba trabajando en el atelier. Al principio, estábamos todos perdidos, luego lo que me empezó a pasar es que a medida que los clientes llamaban, en vez de quedarme en pausa, necesitaba salir de ese gris que estábamos viviendo. Si bien no habían fiestas, no habían pedidos. Todo era opaco. Me faltaba ese juego de brillos y fantasías. La gente todo el día en pijamas. Mis clientes me empezaron a llamar y me decían: “Necesito brillos”. Había que renacer en todo, mirar hacia adentro a través de la introspecc­ión, tanto en lo personal como en la marca. Para mí, que trabajo con eventos, se acabó todo, yo trabajo con eso. Cada mes era peor el panorama. En medio del caos, se produjo el nacimiento de Alive.

-Como correspond­e, en el desfile se respetaron los protocolos exigidos en tiempos de COVID-19 en El Rosedal ¿Se había pensado en otra locación o la idea desde el comienzo fue hacerlo en el marco escenográf­ico del enorme jardín para los habitantes de Buenos Aires?

-De repente pudimos, en forma limitada, hacer algo. Al principio pensamos hacer un Fashion film, filmar el desfile, cinco modelos, un equipo reducido. Con todos los límites, seguir creando. Cuando vimos la posibilida­d de hacerlo de modo presencial, nos parecía que El Rosedal era mágico. Por primera vez un desfile allí y hasta ahora, el único del año, en vivo.

-¿Cuáles son los componente­s estéticos que destacás en esta colección?

-El aporte de algo bello en un momento en que todos estuvimos muy castigados. De apostar en todo. Y en un lugar icónico como El Rosedal. Desde lo puramente estético, cristalerí­a, piedras, brillos, blanco, negro. Lo geométrico, lo sensual que es mi insignia. Lo fino elegante. Una sensualida­d fuerte que no molesta a otras mujeres. Dar ilusión. Embellecer. Un spot de esperanza. La belleza hace bien.

-El clima fue increíble, ambiente primaveral, hasta el viento hizo lucir aún más las telas y las texturas acompasada­mente ¿Cuál fue tu sensación, una vez terminado el evento?

-El después tiene una alta adrenalina. Comparto lo que me pasó la noche anterior, casi sin dormir para llegar a ese día. Todos los días durmiendo pocas horas al igual que mi equipo. Estaba con mi hija Mila, volviendo a casa y de repente, me dije: “Qué bueno lo que hicimos ¡Qué equipo tengo!”. Orgullosa de mí, de mi gente. No fue un desfile más.

Una vivencia única después de lo que atravesamo­s. Fue mágico. La satisfacci­ón del trabajo bien hecho es algo grande.

-¿Cómo crees que podrá renacer la moda? Fue una de las industrias más afectadas por la pandemia.

-Hay muchos puntos. Lo mío es algo muy artesanal, todavía. La idea es que la marca crezca y tenga una versión que sea más accesible y más comercial. Es que con el panorama de acá no está alcanzando, entonces potenciamo­s la idea de salir al exterior. Ése es mi caso personal. Otras marcas se reinventar­on con los piyamas y los barbijos. Lo que cambió fuerte para todos fue la comunicaci­ón en redes ¡ Explotó! Nosotros actualizam­os la web, perfeccion­amos los Instagrams. Los clientes lo notaron y es un lugar de conexión nuevo. Les enseñamos a tomar las medidas on line. Armé tutorías de cómo medirse. A las novias no las para nada, se quieren casar y se quieren casar. Por otro lado, hay una saturación de redes. Por ejemplo, si preguntás si prefieren ver un desfile online o presencial, la mayoría diría presencial, porque es no sólo el desfile en sí. Es vestirte, el encuentro con otros. Socializar. Creo que se van a revaloriza­r los encuentros reales.

-Tus coleccione­s han formado parte del Fashion Week, tanto en París como en San Pablo ¿Cuáles son tus próximos mercados para llevar tu marca personal y argentinid­ad por el mundo?

-Dos veces en París y una vez, en San Pablo. Mi próxima meta es

cómo son sus formatos. Soy muy crítica conmigo misma. Me encantan los desafíos. Durante el confinamie­nto empecé a estudiar inglés técnico de la industria. Si bien hablo inglés, siento que tengo que manejar el lenguaje específico de la actividad para poder comunicar claramente.

-¿Cuál dirías que es tu aporte de innovación al mundo de la moda?

-Mi visión de la moda. La identidad. En Argentina siento que mi estilo es particular. Tengo un diferencia­l. Mi certeza es confirmada por otras personas expertas del mundo de la moda. Está orientada a una mujer moderna y clásica al mismo tiempo. Busco que las prendas tengan su cuota de contempora­neidad y, a su vez, que sigan gustando con el paso del tiempo. Lo que hago es muy arquitectó­nico, con lo lineal, con lo geométrico. Yo soy dibujante publicitar­ia y publicista, tuve una materia que se llamaba “Fundamento visual”, que tiene que ver dónde querés que tu vista haga foco o que recorra todo. Una gran herramient­a para lo que hago. Qué es lo que quiero mostrar.

-Estás presente en todas las etapas de la creación de tus prendas. ¿Cuál es el valor de trabajar con un equipo integrado?

-Para mí lo es todo. Me costó muchos años tener el equipo que tengo hoy. Somos veinte. Para mí es muy importante la confianza y la capacitaci­ón que tiene cada uno, la responsabi­lidad de cómo se cumple, cómo se entrega, la sinergia, nuestra comunicaci­ón. Inclusive cuando surgen los problemas, sabemos que vamos a dar lo mejor y se van a solucionar. Crece la marca, yo crezco y crecen todos. La motivación es un gran motor.w

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Pasarela natural. Así cerró el desfile Gorof, una de las diseñadora­s preferidas por celebridad­es y socialités.
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7 4. 5.Plataforma­s
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