En acción.
EE.UU., comenzando por Los Ángeles, hay una tienda que está esperando la marca, tenemos los pedidos y una persona que está vinculada con el mundo de la moda, con las red carpets y estilistas de las figuras. Las estilitas nos abrirán las puertas para estar en las alfombras rojas de los EE.UU. Mis prendas son muy red carpets. Además, el público que vive en Los Angeles es muy consumidor del tipo de prenda y diseños que yo hago. Nueva York es otro público, Los Ángeles es más jugado, más sexy, más brillos. Lo usan en su vida cotidiana, no necesitan ir a una fiesta. Hicimos un estudio para hacer esta estrategia de ingreso al mercado.
-Has dicho: “Para mí, crisis es oportunidad” ¿Cómo lo vivís concretamente en tu profesión, en tu vida personal? Quizás tengas alguna vivencia para compartir.
-En pandemia me pasó algo que puede ejemplificar bien este tema.
Pensábamos hacer un Fashion film en un súper hotel de Buenos Aires. Habíamos armado con todos los protocolos. Tenía una terraza divina. Era un sueño. Un hotel de la misma cadena tuvo un problema legal en otro lugar del mundo. Diez días antes de la producción, cancelaron todo. Luego de dos meses llega la oportunidad de El Rosedal.
-¿Cuál es tu desafío para 2021?
-La apuesta en Los Ángeles. Todo lo que tiene que ver con la marca internacional. Acá estoy muy segura de lo que armé, del equipo que tengo. En pandemia trabajamos mucho para adentro, no sólo en el diseño, en la colección, sino también en los protocolos y procesos. Me siento tranquila acá, es algo que tengo que cuidar, que va a seguir. Mi desafío está puesto afuera. Llegar a un lugar nuevo, cómo trabajo con el afuera, las reglas de esos nuevos lugares. Cómo piden las tiendas del mundo,