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pactantes y contundentes de Dowek comprenden la serie Primera línea, dedicada a los trabajadores de la salud durante la pandemia.
En diálogo con Clarín, Dowek comenta: “Estoy muy contenta con la distinción que me otorga la Academia. Ser miembro de esa institución es (para mí y para cualquiera) un gran honor. Hay muchos colegas y miembros a los que admiro, allí. Y además, esta distinción me llega cuando ya soy grande, tengo 78 años”.
–¿Qué es la pintura para vos?
–La pintura es mi vida. Es un trabajo cultural, social, político… Es, también, una manera de exponer las ideas, los conceptos. Exponer una manera de ver el mundo. Y de eso, me interesa mostrar la realidad: qué es la realidad, cuáles son sus conflictos. Mis obras tienen una finalidad política, lo que estoy planteando también; pero creo que las cosas hay que decirlas con belleza.
–¿Si el arte es ver el mundo, ¿cómo ves el mundo hoy?
–Veo un mundo muy difícil. La pandemia lo que hace es descorrer un velo y se pone sobre la mesa que en algunos países la vida de millones de personas es muy incierta. Esta pandemia evidencia más que nunca que el mundo es muy injusto y que el 90 por ciento de la población mundial vive muy mal.
–Realizaste durante los últimos meses una serie de obras de gran tamaño, dedicadas a los trabajadores de la salud...
–Sí, es un homenaje a ellos; mi homenaje. En este grupo de trabajos tomé una serie de fotografías de los trabajadores médicos, enfermeros, auxiliares, vestidos prácticamente como astronautas, agarrándose las cabezas, abrazándose… Las imágenes las encontré en internet. Y cuando las vi me emocionaron mucho; por eso decidí crear un cuarteto de pinturas de gran formato a partir de ellas. Cada una tiene 1,80 x 1,60 metros. Se trata de un mensaje de solidaridad. Las hice para apoyar a quienes están en la primera línea de esta terrible pandemia.
–Contemplando tu trayectoria, tu vida, ¿creés que tuviste que hacer muchos sacrificios para poder ser artista?
–Sí. Tuve a mi hija después de 12 años de casada porque para mí la pintura fue prioritaria. Por lo tanto, decidí esperar para tener hijos hasta estar bien plantada. Pero la verdad es que sacrifiqué muchas cosas por la pintura, en especial, tiempo.
–¿Vivís de la venta de tus obras o de alguna otra cosa?
–Vendo muy poco, peor mi intención no es vender. Mi obra no es un tipo de trabajo fácilmente vendible. Pero sí adquirí el Gran Premio Nacional (que te da una jubilación vitalicia) y el Premio Municipal (también te otorga pensión vitalicia). Esto me ha ayudado muchísimo y así pude producir: porque hacer pinturas es algo muy caro.
–¿Cómo definirías tus trabajos?
–Pienso que mi pintura parte de una idea conceptual, crítica de la realidad, en donde yo, dentro de la realidad, ubico los conflictos de esa realidad y destaco especialmente algunos. Es una pintura de realismo crítico. No se trata de una obra complaciente. w