Una aventura hecha serie de TV
Tres amigos armaron un ciclo en el que charlan con músicos mientras viajan por las rutas de Mallorca.
La pandemia provocó angustia e incertidumbre, pero también fue un disparador para la creatividad. Entre los casos de gente que se las rebuscó para combatir la depresión y transformarla en movimiento se cuenta el de Ignacio Rodríguez, Gerard Ayala y Gabriel Marcomini, los ideólogos de Caravamus.
Al estilo de Carpool Karaoke o Comedians in Cars Getting Coffee -salvando las distancias-, estos tres amigos conducen un programa en el que invitan a pasar un día a tres artistas a bordo de una casa rodante, viajando por las rutas de Mallorca (España) mientras conversan sobre sus oficios.
En el trayecto mantienen diálogos sobre las trayectorias personales y profesionales de los invitados, sus proyectos y opiniones sobre diversos temas.
A lo largo del viaje se realizan paradas que pueden incluir la degustación de platos regionales, sketches humorísticos, temas musicales en formato acústico o incluso una sesión de peluquería que cambia el aspecto de los artistas.
Los episodios, de media hora cada uno, pueden verse desde el 26 de mayo en su propio canal de Youtube: la primera temporada consta de seis capítulos.
“Durante el confinamiento en España estuve pensando mucho sobre la cultura y, en particular, la música, que es mi rubro”, cuenta Nacho Rodríguez, un argentino que lleva casi veinte de sus 41 años viviendo en España, primero en Barcelona y luego en Mallorca, con un breve regreso a Buenos Aires en el medio.
“Pensé en la importancia de los artistas para la sociedad, que salían a tocar a los balcones y recibían aplausos, y en la tragedia que sería si su rol se perdiese: hay muchos músicos que han dejado de ser profesionales para dedicarse a otra cosa y tener a la música como hobby”.
Entonces, este productor, ex encargado de una sala de conciertos y actual empleado en marketing digital se propuso reinventarse -ese verbo que el Covid-19 puso de moday a la vez difundir el trabajo de los músicos de la isla.
“Convoqué a mi amigos Gabriel Marcomini, también argentino, actor desocupado por la pandemia, y Gerard Ayala, mallorquín, peluquero y compañero de batallas en la música. Les propuse hacer un programa que tuviera que ver con nosotros: ya que los tres tenemos autocaravanas (casas rodantes), la idea fue filmar y editar un día de viaje en caravana con artistas”.
Los tres diseñaron Caravamus “entre asados, paellas, playas, caravanas y muchas risas”. El lema del trío es que tienen que pasarla bien haciéndolo: si no, no tiene sentido.
Junto con el diálogo, hay humor y paradas para degustar platos regionales.
Años atrás, Ayala (“el mallorquín del grupo y fanático número uno de esta isla”) era encargado de las relaciones públicas de la sala de conciertos que manejaba Rodríguez. En ese mismo lugar conocieron a Marcomini, que hizo espectáculos de improvisación con su grupo teatral, Arte en Rueda.
Para concretar Caravamus, estos amigos echaron mano a lo que tenían cerca. Una cámara y un drone, cámaras Gopro prestadas por amigos de Ayala y los celulares. La edición se realizó con una rudimentaria computadora portátil que Nacho compara con un Fiat 600: “Siempre creí que se prendería fuego mientras editaba, pero aguantó (y aguanta)”. Cada capítulo, explican, fue una bocanada de aire fresco. w