Una conquista de la esperanza
En Berlín, Hitler anunció su plan genocida. Hoy se reivindica allí a las víctimas del Holocausto.
Hay actos de entereza cuyo símbolo reivindican el espacio de la historia. La emblemática ciudad de Berlín fue testigo del anuncio del plan para aniquilar a los judíos de Europa. En el centro de la urbe europea, y bajo las majestuosas puertas de Brandenburgo, el genocida Adolf Hitler dio a conocer ante las masas hipnotizadas por su discurso de muerte el trágico designio que tendría para con el pueblo hebreo.
Pero es en ese mismo lugar, que a partir de 2011, la comunidad judía alemana se reúne para conmemorar Janucá y otorgar claridad, como reivindicación a la santificación de la memoria de los millones de asesinados en la época más oscura de la historia humana.
Una multitud se reúne en esta fecha, con antorchas para encender el candelabro, y así escuchar los mensajes de los sobrevivientes que con sus testimonios dan cuerpo a este ritual. El rabino Yehuda Techtel, responsable y organizador del evento durante los dos últimos años, sin poder ocultar su emoción por la masiva convocatoria, indica que sean los estudiantes los que enciendan simultáneamente las velas que simbolizan el triunfo de la luz por sobre las tinieblas, y enfatiza que si la festividad tiene por objeto el sentido de conquista de la esperanza, ese sitio resulta por cierto el más significativo.
La famosa Puerta de Brandenburgo, un ícono de Berlín, fue construida por el rey de Prusia Federico Guillermo II en 1788.
Cuando los nazis llegaron al poder utilizaron el área para organizar marchas y manifestaciones. Quien visitó la ciudad recordará que a sólo unas cuadras del mismo se encuentra el monumento en honor a los judíos asesinados por los nazis, durante el Holocausto.
Otra vez más en los albores de la memoria se hacen presentes los ausentes que produjo el terror del Estado autoritario, a quienes se los evoca con resplandor, palabra y justicia.