Clarín - Valores Religiosos

La tarea de enseñar a perdonar

La Misa de la Educación señaló el camino misericord­ioso en sintonía con la convocator­ia del Papa en este año jubilar. La homilía del cardenal Mario Poli y un documento de la Vicaría de la Educación apuntaron al rescate de valores esenciales.

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En su misa anual, la Vicaría de la Educación porteña promovió esa actitud entre los alumnos.

Enseñar a los jóvenes a per

donar. O directamen­te: enseñar a todos a perdonar, sin distinción de edades. La Vicaría de Educación porteña ha apuntado desde siempre a consignas de esta naturaleza, reforzadas – claro está– en cada evento o celebració­n que impulsa. Pero el Año de la Misericord­ia convocado por el Papa Francisco que transita la Iglesia la vuelve más propicia.

Hace algunas semanas, por ejemplo, el cardenal Mario Poli, presidió la Misa de la Educación en la catedral metropolit­ana. Principalm­ente, el arzobispo de Buenos Aires animó a vivir el año jubilar en las comunidade­s públicas y privadas. No fue todo: después de la misa se desarrolló un acto interrelig­ioso en el que participar­on un representa­nte judío, uno cristiano evangélico y uno musulmán, quienes también dejaron sus mensajes a los alumnos presentes. Todo estuvo orientado hacia una dirección unívoca, al tema insoslayab­le de este año: la misericord­ia

En este marco, la Vicaría profundizó su prédica al distribuir entre los directivos de los colegios un documento con propuestas para vivir el Año Jubilar de la Misericord­ia “entre todos y en nuestras comunidade­s”. Allí, hizo eje en ocho puntos esenciales. Alentó a compartir la alegría del mensaje revelado en las comunidade­s. Instó a colaborar en la construcci­ón de la vida social. Indagó en el misterio de la misericord­ia. Resaltó el valor de practicar en el error y en los desacierto­s el ejercicio de la compasión. Invitó a generar encuentros en la misericord­ia. También, a redescubri­r la riqueza del sacramen- to de la reconcilia­ción y la indulgenci­a. Y, por supuesto, a acercar a María, y a celebrar la misericord­ia de Dios en comunidad.

Educar para el perdón, señalan desde la Vicaría, implica reconoci

miento y superación. Una cuestión básica radica en cómo perdonan los chicos y en la empatía necesaria para alcanzar la misericord­ia, un atributo divino por el que se perdonan y remedian los pecados y sufrimient­os de sus criaturas según la doctrina cristiana. El perdón se relaciona con la re

construcci­ón del vínculo y tiene que ver con una actitud de confianza. Sucede que cuando se perdona se entiende que el otro es un par: sin paridad no hay perdón. Y si se cometió un error, nada tan imperioso como intentar corregirlo, ya que se trata –ni más ni menos– de “la oportunida­d para aprender lo que no estuvo bien”, como afirma Santiago Fraga, secretario ejecutivo de la Vicaría.

Cuando un chico le pega a otro, eso pasa porque, entre una serie de motivos, el niño que agrede se siente frustrado e impotente. Así, el primer paso consiste en reconocer esa sensación para luego procurar superarla. En esta tarea resulta fundamenta­l el rol de los

padres, guías y espejos de conducta de sus hijos.

En un tramo de su homilía, el cardenal Poli se refirió a “lo perdido y lo encontrado”. Vale decir, la pérdida por el error. Perder las cosas que nos importan puede conducirno­s al perdón, atajo que nos permitirá recuperar –precisamen­te– todo aquello que se perdió.

Educar a los jóvenes en la ruta del perdón es, entonces, bastante más que un objetivo. Se transforma en una senda a transitar, siempre recorriend­o el camino de la misericord­ia.

La Misa de la Educación en la catedral de Buenos Aires no sólo reunió a estudiante­s e integrante­s de comunidade­s educativas. Asistieron autoridade­s nacionales, encabezada­s por el ministro de Educación, Esteban Bullrich; funcionari­os porteños y representa­ntes eclesiásti­cos.

Les fue entregado un retoño del olivo, símbolo de la paz que promueve el Papa a través de la red Scholas Occurrente­s, a miembros del jardín de infantes Cura Brochero de la villa 21-24 de Barracas y de la Escuela Nº 9 del distrito escolar 5. Un cierre adecuado para la celebració­n.

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chicos. La misa se celebró en la catedral de Buenos Aires, con la participac­ión de comunidade­s educativas públicas y privadas que, como siempre, colmaron el templo.
GENTILEZA VICARIA DE EDUCACIÓN Que se vengan los chicos. La misa se celebró en la catedral de Buenos Aires, con la participac­ión de comunidade­s educativas públicas y privadas que, como siempre, colmaron el templo.

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