Purim, una festividad que rescata la mirada feminista
Se celebra a partir de este sábado a la noche. En el Día Internacional de la Mujer, amerita una lectura profunda.
Es la fiesta más divertida en el calendario hebreo. Purim conmemora la
liberación de los judíos de un genocidio, según lo registrado en el libro bíblico de Esther. En un lenguaje directo, comienza con la descripción de un banquete promocionado por el rey persa Asuero, la desobedicencia pública de su esposa Vashti y su posterior destierro. Luego de ello, Asuero busca una nueva esposa y elige a Esther, una mujer judía. Siendo que el primer ministro, Hamán, era terriblemente antijudío, el tío de Esther, Mordejai, le aconseja a su sobrina ocultar a Asuero su identidad. Durante el reinado de Esther, Hamán comienza a conspirar para aniquilar a los hebreos. Esther finalmente le con- fiesa a Asuero su judaísmo y le informa de la maniobra de Hamán para destruir a la comunidad judía. Asuero entonces ordena ejecutar a Hamán, salvando a la grey de Israel. Así culmina el relato.
Siempre me simpatizó Purim -se celebra a partir de este sábado a la noche y durante todo el domingo- porque al júbilo que la tradición le imprimió a esta fiesta se le añade un fuerte
componente feminista, ya que su protagonista fue una simple mujer que ocupó el antiguo reinado. Pero una relectura entre líneas merece recuperar el lugar de Vashti y el papel que ella desempeña en esta saga. Cuando Asuero, en el banquete, estaba pasado de copas, la llamó para que fuera “con la corona real para exhibirla (por su belleza) al pueblo y a los oficiales”. Ella se negó (Esther 1:11). Furioso, el rey consulta a sus asesores, quienes sugieren castigarla para disuadir a las otras mujeres de no rebelarse contra sus maridos. Esta es la razón por la que Vashti es enviada al exilio. Al respecto asoma interesante la reflexión de las investigadoras feministas Phyllis Chesler y Rivka Haut, cuando insisten en que to- da historia, al ser leída nuevamente, para que resulte trascendente y significativa debe portar la sensibilidad de la era del lector. Desde allí, Chester y Halit insisten en que Vashti es un símbolo a ser emulado, ya que defiende la condición femenina desde hace miles de años. Al reafirmar con hidalguía el derecho humano de no rebajarse ni someterse a bailar para los camaradas borrachos de Asuero, evidencia su orgullo de género. Según la Biblia, no alega ninguna excusa evasiva. Simplemente Vashti no se deja dominar por el autoritarismo machista ni se doblega ante una relación poderosa, desigual y abusiva. Con este capítulo se nos enseña que es necesario reinterpretar el texto.
Para concluir: un texto de la exégesis talmúdica revela que el nombre Vashti, en dialecto persa, significa “bondad del alma”. Y un comentario antiguo explica que Vashti proviene de la palabra hebrea shtei, que representa el número “2”. Agrega este comentario que Esther y Vashti son la misma persona que revela “2” facetas que, ciertamente, se complementan: la que salva al pueblo y la que no se deja someter.