Clarín - Valores Religiosos

Cómo tener una vida plena

La receta desde la fe. ¿Qué conlleva vivir plenamente? ¿El placer y el poder traen la felicidad? Para los cristianos, el camino es seguir a Jesús que propone el amor, el perdón y la esperanza.

- Pbro. Guillermo Marcó Sacerdote- Arquidióce­sis de Bs. As.

El segundo domingo de Pascua que este año acaba de quedar atrásfue dedicado por San Juan Pablo II a la Divina Misericord­ia. El Evangelio según san Juan (20, 19-31) nos dice que si creemos en Jesús, el Hijo de Dios, podemos tener vida en su Nombre (v. 31). Pero, ¿qué significa “tener vida”?

Esta es la pregunta que se planteó y planteó a los católicos el Papa Francisco en su alocución previa al rezo mariano del Regina Coeli el domingo pasado ante la multitud de fieles y peregrinos congregado­s en la Plaza de San Pedro.

El pontífice -a quien se veía de buen semblante y se escuchaba con voz firme- observó en el día más importante del calendario cristiano porque evoca la resurrecci­ón de Cristo, que “todos queremos tener vida, pero existen diversos puntos de vista sobre cómo lograrlo”.

Hay quien reduce la existencia a una carrera frenética para gozar y poseer muchas cosas: comer y beber, divertirse, acumular dinero y objetos, sentir emociones fuertes y nuevas, etc.

Este es un camino que a primera vista parece atractivo, pero que no sacia el corazón. No es así como se “tiene vida” porque siguiendo los caminos del placer y del poder no se encuentra la felicidad.

“De hecho -dice el Papa-, quedan sin respuesta muchos aspectos de la existencia como, por ejemplo, el amor, las experienci­as inevitable­s del dolor, las limitacion­es y la muerte. Y, además, no se hace realidad el sueño que todos tenemos en común: la esperanza de vivir pay ra siempre, de ser amados sin fin.”

Hoy, el Evangelio dice -señaló el Obispo de Roma- que “esta plenitud de vida, a la que cada uno de nosotros está llamado, se realiza en Jesús. Pero ¿cómo acceder a ella? ¿Cómo experiment­arla?”.

Entonces, invitó a los fieles a ver lo que les pasó a los discípulos: “Están atravesand­o el momento más trágico de su vida. Después de los días de la Pasión, están encerrados en el Cenáculo, asustados y desanimado­s. El Resucitado -agrega- se presenta en medio de ellos, y, en primer lugar, les muestra sus llagas (cfr. v. 20).

“Son los signos del sufrimient­o del dolor; podrían suscitar sentimient­os de culpa, y, sin embargo, con Jesús se convierten en los canales de la misericord­ia y del perdón”, enfatiza.

“Así -subraya-, los discípulos ven y tocan con la mano la realidad de que con Jesús la vida vence, la muerte y el pecado son derrotados. Y reciben el don de su Espíritu, que les da una vida nueva, de hijos amados, hecha de alegría, amor y esperanza”.

A continuaci­ón, Francisco improvisó una interpelac­ión a los fieles: “Yo les pregunto una cosa: ¿ustedes tienen esperanza? Que cada uno se pregunte: ¿Cómo va mi esperanza?”.

“He aquí qué hacer cada día para ‘tener vida’”, asevera y señala que basta con fijar la mirada en Jesús crucificad­o y resucitado, encontrarl­o en los sacramento­s y en la oración, reconocerl­o presente, creer en Él, dejarse tocar por su gracia y guiar por su ejemplo, experiment­ar la alegría de amar como Él”, afirmó. Y destacó: “Cada encuentro vivo con Jesús nos permite tener más vida.”

Hacia el final de su reflexión, el Papa volvió a interpelar­los a todos, a animarse a cuestionar­se: “¿Creo en el poder de la resurrecci­ón de Jesús? ¿Creo que Jesús ha resucitado? ¿Creo en su victoria sobre el pecado, el miedo y la muerte?”.

También inquiere: “¿Me dejo implicar en la relación con Él? ¿Y dejo que Él me empuje a amar a los hermanos y las hermanas, y a tener esperanza todos los días? Que cada uno piense en esto”.

Concluyó invocando a la Virgen María “para que nos ayude a crecer cada vez más en la fe en Jesús resucitado, para que tengamos vida y difundamos la alegría de la Pascua”.

“Cada encuentro con Jesús nos permite tener más vida”, dice el Papa Francisco.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina