CAPITAN DEL ESPACIO

Hay pocas cosas que me resulten tan disfrutables. En este caso fueron el sol y la lectura. Abrí el ejemplar azarosamente, y mis ojos se instalaron en una imagen. El título no me llamó la atención: Capitán del espacio; nunca me interesaron el universo, las constelaciones, si hay vida en los planetas; menos que menos las Misiones Apolo. En la foto hay un hombre mayor sonriendo, a su lado, unos artefactos metálicos inmensos. Advertí que el hombre es un ex astronauta, el úl- timo sobreviviente del Apolo XIII. Uno de los que regresaron con pena, sin gloria, pero vivos de una expedición a la Luna que fue el fracaso espacial más exitoso de la historia. Ahí empecé a engancharme, será por la dualidad de las palabras, el éxito visto desde arriba o desde abajo, el fracaso que se transforma en una misteriosa forma de encontrar un nuevo rumbo…

Hay manifestaciones verbales gloriosas de este hombre de la NASA. No vale la pena explicarlas, sí transcribirlas: “Ella es la verdadera heroína” dice refiriéndose a su mujer (calculo 80 años de edad). “Creo que una de las cosas que nos salvó fue la actitud, no teníamos otra alternativa…” comenta, en relación al momento en el que la nave estaba en serios problemas. “Tuvimos que superar algunas crisis, lo hicimos pausadamente, y luego nos dedicamos a entender qué podía hacer cada uno en medio de esa situación: nos dedicamos a trabajar”, así describió un episodio en el que hubo un enfrentamiento entre los tripulantes. “Tengo que contarles que yo participé también de la Apolo VIII, con ella logramos ver a la Tierra como realmente es. Sólo apoyando mi dedo pulgar sobre la imagen podía taparla. Vimos lo pequeña que es, lo insignificantes que somos realmente los humanos”. Al final de la nota hay una oración de la cronista. Dice así: “… explica el hombre que volvió de arriba para contarlo”. Parece metafórico pero es bien cierto. Estuvo lejos, James Lovell, en el espacio azul, mirando estrellas pasar, observando la nada que es nuestro planeta. - Roberta Garibotti