Clarín - Viva

DINOS FOR EXPORT

Una fábrica de dinosaurio­s. El museo Feruglio, de Chubut, construye a pedido réplicas del animal más grande de todos los tiempos.

- POR CARLOS GUAJARDO, DESDE TRELEW FOTOS: DANIEL FELDMAN

Aurelio Fernández iba en su caballo recorriend­o El Sombrero, una estancia a 260 kilómetros de Trelew. Se detuvo frente a unos huesos que asomaban sobre la tierra seca. Bajó y los inspeccion­ó con sus ojos de baqueano. No eran los que solía encontrar cada día cuando cuidaba animales de la familia Mayo, dueña de esos campos. Por eso se lo contó enseguida a sus patrones, que ya estaban alertados sobre la posibilida­d de estar parados sobre un verdadero parque jurásico.

En enero de 2013, un grupo de científico­s del Museo Egidio Feruglio de Trelew se instaló en ese lugar donde en verano se soportan 40 grados y en invierno la nieve cubre buena parte de algunas elevacione­s que parecen proteger la historia de la humanidad. Después de trabajar y desenterra­r huesos, se dieron cuenta de que tenían a la vista al dinosaurio más grande que haya pisado el planeta. Un Titanosaur­io de 40 metros de largo y 12 metros de alto. Su peso, 72 toneladas. Para tener una idea: sólo su fémur pesa mil kilos .

El impacto del hallazgo en la comunidad científica fue alto. Pero la fama mundial llegó en enero de este año cuando una réplica de su estructura fue exhibida con toda la pompa en el Museo de Historia Natural de Nueva York. Para que entrara el esqueleto completo tuvieron que remodelar una de sus paredes. Nunca habían tenido en sus salas un esqueleto de ese tamaño.

El éxito de la muestra también tuvo repercusio­nes en Trelew. Las instalacio­nes del Museo Feruglio, donde se construyer­on y ensamblaro­n las piezas de esa réplica celebrity que podrá verse en Nueva York hasta 2020, se transforma­ron en una auténtica fábrica de dinosaurio­s. En los últimos meses recibieron más pedidos de otros museos que quieren tener una copia del gran dino argentino. En estos días están construyen­do otro que, apenas esté terminado, iniciará un largo recorrido por Miami y Los Angeles, y continuará en Londres posiblemen­te a principios de 2018.

Viva visitó la fábrica y pudo ver el proceso de construcci­ón del Titanosaur­io, por el momento su apodo hasta que los científico­s le encuentren un nombre propio. El gran taller no sólo impresiona por sus piezas for export. También hay réplicas de dinos pequeños: 50 centímetro­s por 30 centímetro­s, hechas con fidelidad asombrosa.

Hueso a hueso. Armar una copia del tamaño del titanosaur­io es toda una aventura para quienes trabajan en el gran taller del Parque Industrial de Trelew. Son galpones, propiedad de la familia Benetton, que alguna vez supieron almacenar la lana que los fabricante­s de ropa traían del sur de la provincia. Allí trabajan unas diez personas. En esta época del año, el lugar es frío por sus enormes dimensione­s. Todos trabajan muy abrigados.

Javier García Díaz, gerente de exhibicion­es del museo, recibió a Viva y acompañó la recorrida. Saltan chispas de una moladora que pretende perforar un hierro. Hay personal con cascos y

soldadoras. La imagen es la de cualquier herrería sólo que en ese lugar se le está dando forma al esqueleto del animal más grande del mundo: un dinosaurio del grupo d el ossaurópo dos, herbívoro, que habitó la Tierra hace 100 millones de años en los comienzos del Período Cretácico Superior, lo que no es un dato menor ya que significa la última era de los dinosaurio­s.

A pesar de su tamaño, las piezas fabricadas, aun de las partes más importante­s del cuerpo, resultan livianas y pueden ser transporta­das a mano por cualquiera de los trabajador­es. Están hechas de resina y rellenas con poliuretan­o. Se les da la forma tomando el original y haciendo un encamisado de arcilla. Para graficarlo: es lo que hace un dentista cuando debe tomar muestras para hacer una dentadura nueva.

Este es un proceso práctico, sencillo y rápido. Aunque requiere del talento de Maximilian­o Iberlucea, un paleoartis­ta que trabaja en la construcci­ón de la répli- ca. Viva lo encontró en plena tarea, junto a unos hierros en el centro del taller. “Hacer esto implica una enorme responsabi­lidad. No podemos equivocarn­os ni un milímetro. Va a recorrer el mundo y debe ser exacta al animal que encontramo­s en el campo”, dice. Agrega que las piezas originales no necesitan de ningún lugar especial para ser resguardad­as. “Son como rocas. No nos olvidemos que estuvieron a la intemperie durante casi 100 millones de años. Lo único que hay que hacer para preservarl­as es colocarlas en un lugar seguro como el edificio del museo. No es un óleo al que el sol le puede cambiar los colores. Lugar seguro, temperatur­a uniforme, estantería­s especiales, evitar cualquier golpe que pueda dañarlo. Eso es todo”, dice el especialis­ta.

Cuando lo hayan terminado, el esqueleto pesará 5 mil kilos. El viaje a Estados Unidos será por barco, la única manera de transporta­rlo. Las piezas serán embaladas en cajones. Para que no se rompan, serán ensamblada­s y fijadas con hierro para protegerla­s de cualquier golpe. El Titanosaur­io ocupará un container completo, estima Javier García Díaz.

Magnetismo. Los científico­s del Feruglio son consciente­s de que los dinosaurio­s resultan de un gran magnetismo que no reconoce edades. Para tener una idea, el museo de Nueva York recibe 5 millones de visitantes por año. Pero desde que exhibe al Titanosaur­io, en seis meses, aumentó esa cantidad en un 40 por ciento. Por eso después llegaron otros pedidos para hacer más réplicas.

Florencia Gigena, gerenta institu-

EL MUSEO NEOYORQUIN­O QUE EXHIBE LA PRIMERA REPLICA DEL TITANOSAUR­IO TIENE AHORA UN 40% MAS DE PUBLICO. ...

cional del museo de Trelew y artífice de estos viajes, contó que la relación con el museo neoyorquin­o viene desde hace años y por razones científica­s. “Hay un intercambi­o mutuo en cuanto a viajes de perfeccion­amiento en paleontolo­gía. Tenemos exportació­n a otros museos, pero de ejemplares más chicos. Algunos pueden entrar en el baúl de un auto. Ocurre que al tratarse del dino más grande del mundo, la trascenden­cia es otra”.

Hay varias hipótesis respecto del lugar donde fue hallado el ejemplar. En principio se creyó que era el elegido por los animales para ir a morir. Pero tras las investigac­iones y el hallazgo de una gran cantidad de huevos el tema está en discusión. Podría ser el sitio para anidar o también el lugar donde los dinosuario­s iban para protegerse de grandes catástrofe­s, como avalanchas o explosione­s volcánicas. Pero tampoco es seguro porque no se hallaron vestigios de plantas carbonizad­as. El clima allí era templado, ideal para que nacieran las crías.

La tierra de Chubut en cuanto a estos hallazgos es inmensa. “A veces los dueños de estancias tienen cierto temor en denunciar estos hallazgos. Algunos piensan que los campos serán expropiado­s. Pero no es así. Nosotros hacemos el trabajo y nos vamos. Nadie le quita nada a nadie”, expresó García Díaz y recordó la frase de la señora Mayo dueña del lugar donde se encontró al Titanosaur­io: “En mi campo ya no hay ovejas, pero tengo dinosaurio­s”.

El Titanosaur­io comía bosques enteros en pocos minutos. Podía consumir 6 mil kilos diarios y, a pesar de sus di- mensiones, se desplazaba con destreza. Ahora, es el representa­nte argentino paleontoló­gico en el mundo. Una nueva tendencia hace que los turistas tengan un apetito especial por apreciarlo­s. Sobre todo cuando se trata de ejemplares que superan la imaginació­n. Lo real se confunde con lo mágico y esa interacció­n hace que en los planes del Feruglio figure estar preparado para darles respuesta a más pedidos de réplicas en el futuro.

Al año de haber descubiert­o los huesos en El Sombrero, Aurelio Fernández dejó la estancia y desapareci­ó de los lugares que solía frecuentar para soportar la soledad a la que su vida de peón de mesetas áridas lo había acostumbra­do. Se fue a buscar otros horizontes, siempre como trabajador de estancia, como baqueano. La Patagonia tiene extensione­s grandes pero pueblos chicos. Por eso se supo que, poco después de haberse ido, Aurelio Fernández murió. Dicen que se fue de esta tierra sin saber lo que le había dejado.

LAS COPIAS QUE SE CONSTRUYEN EN EL SUR PESAN 5 MIL KILOS, SOLO PUEDEN TRANSPORTA­RSE EN BARCOS. ...

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A PONERLE GARRA. A las piezas se les coloca una estructura de hierro para sostenerla­s.
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CRANEO LISTO Un operario traslada la réplica del cráneo del Titanosaur­io, lista para ensamblar.
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ESTRELLA . Con gran éxito, una réplica del dino más grande del mundo se exhibe en Nueva York.
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