CIRCUITO LICEO
Arte y gastronomía. El antiguo edificio de Santa Fe 2729 es el corazón de un paseo para tomar el té... ¡y sorprenderse!
Cada uno de sus locales de té tiene un toque particular, pero todos comparten el romanticismo propio de las casas inglesas del five o’clock tea. Estos rincones son parte del encanto del barrio Recoleta-Liceo, licencia poética para definir la zona que enmarcan las avenidas Santa Fe, Las Heras, Pueyrredón y Coronel Díaz, robándoles algunos espacios a Barrio Norte y Palermo. En este circuito predominan los petit hoteles de arquitectura francesa que a fines del siglo XIX le dieron a Buenos Aires el título de “La París de América”. Por entonces, las señoras acostumbraban reunirse con amigas para compartir el té con patisserie. Lo mismo que muchos hacen hoy, cuando esta infusión va ganando preferencias.
Una de las casas de té más emblemáticas es Divino Budín (Austria 2030), boutique de exquisiteces que desde hace tres años convierte el típico budín en pieza única, estética y elegante, con los diseños nórdicos de los moldes que traen de Europa. Su dueña, Rose, creó esta pequeña empresa familiar para rescatar sus raíces brasileñas a través de la cocina casera y diferentes frutas (maracuyá, pera y limón, entre otras). El resultado: sabores frescos, exóticos y naturales, sin conservantes.
El perfume suave del café molido atrae en la esquina de Laprida y French, donde alimentar el alma es la consigna que comparten las pastas caseras y las ensaladas de hojas verdes de Como en Casa, emprendimiento familiar que hoy se encuentra en plena puesta en valor por los hijos de los fundadores. “De las tartas, las clásicas, como el lemon pie y el cheescake, encabezan la demanda”, cuenta Juan Cruz Molina, gerente general e hijo de Nora Longiotti, una de los tres hermanos fundadores.
Todo lo que necesita la mujer para armar su outfit lo ofrecen las tres amigas y creadoras de Casa Raphia (Beruti 2716), diseñadoras que se animan a combinar conceptos en un petit hotel de estilo francés. Empezaron con el taller de María Mourin y sus diseños para novias. Hoy, con gracia y personalidad, han convertido un viejo vestíbulo al final de la elegante escalera de mármol en un espacio amplio para compartir el té mientras las clientas se relajan y arreglan con servicios de belleza. Maquillaje, peinado, zapatos y carteras son algunas de las áreas que convergen en los tres pisos de la vivienda. El plus es la combinación de expresiones de cada diseñadora. En sus zapatos, Le Hoi combina colores alegres con detalles bordados; los vestidos de noche de Martina Faviano se enfocan en diseños simples y tonos neutros, con toques vivos que suben la apuesta. Los encuentros de estampas y texturas de Cande Lorenzo le dan a su colección urbana un tono ecléctico y exclusivo.
Con aires náuticos que envuelven el lugar en timones y cuadros de nudos, se esconde un restaurante familiar que ha-
DE GALERIA FANTASMA A NUCLEO ARTISTICO, EL LICEO FUE RECONSTRUIDO EN 2009. SU PATIO ES UN OASIS.
ce homenaje a la típica fondue francesa de queso y de chocolate. En Martina (Agüero 1891), el ambiente es informal y cálido, perfecto para parejas que buscan veladas tranquilas y románticas.
Un petit restó al lado de un hotel: los hermanos Pingitore se aventuraron al abrir allí un segundo local de su pâtisserie maison que mantenían en Las Cañitas ( Viglio Restó). No hubo lugar a dudas cuando un cliente de la casa les ofreció el local de Laprida 1910, con un ventanal entretenido y un ambiente calmo; propicio para conversaciones amenas y compartir delicias. Emilio y Juan confiesan románticamente “amar lo que hacen” y mantener la tradición hogareña en cada plato.
La comunidad artística. La amistad es el nexo que integra a los galeristas y talleristas en los corredores del Patio del Liceo. Cada uno de los emprendedores propone un concepto único, pero juntos forman una comunidad de artistas. En el primer piso se esconde la galería de arte y grabado Atocha, un emprendimiento de dos amigos de toda la vida que buscan promover el arte contemporáneo y la reproducción de las obras mediante técnicas de grabado. “Entender el arte solo se trata de disfrutar”, explica Fran Aquino.
Experimentación y creatividad son los conceptos de Cristal, el taller de Amparo Villareal, quien presenta hoy cursos de bordado y de teoría gradual del color, entre otras variedades. Con la misma esencia funciona el taller vecino de Melina Farriol y sus técnicas de serigrafia proponiendo clases para todas las edades. Juntas formaron Bestia, la marca que combina bordado y serigrafía.
Las plantas y árboles alrededor del patio central forman un oasis en pleno centro de la ciudad, entre amigos que comparten cerveza artesanal en mesitas y bancos de madera pintados a mano.
Entre pasajes que albergan diseño y artistas bohemios, se ubica el Hospital Rivadavia (Av. Las Heras 2670) con sus murales de paisajes de la ciudad y figuras célebres, que hacen de las paredes un llamativo Paseo Cultural.
La vuelta al mundo en francés. Refugio de porteños francófonos, la Alliance Française ofrece a toda la comunidad conciertos de música lírica, de piano y muestras arte, pero los talleres de conversación coordinados, son la actividad preferida en Billinghurst al 1900.
Las dos cuadras adoquinadas entre las calles French y Pacheco de Melo al 2900 definen el lado chic y refinado del circuito. El bar La Dama de Bollini (Pasaje de Bollini al 2281) recibió a reconocidos artistas como Jorge Luis Borges o Charly García, y hay pinturas enormes sobre sus paredes de adobe.
Del conglomerado de bares que formaron parte de “la contracultura” en los años ‘90, hoy es el único que se mantiene en pie divulgando poesía, arte y música y representando un lugar de pertenencia para la juventud moderada.
DE LA “CONTRACULTURA”, LA DAMA DE BOLLINI ES EL UNICO BAR QUE SIGUE FUNCIONANDO EN ESE PASAJE.