El fisgón de la polémica
CRONICA
A principios de los ‘80, el periodista Gay Talese ( Retratos y encuentros, Vida de un escritor) recibió la carta de un hombre que le contó que había comprado un hotel para ejercer su pulsión de voyeur. En los conductos de ventilación, decía, había instalado una “plafaforma de observación” a través de la que espiaba a sus clientes, y anotaba en un diario lo que hacían. Poco antes de publicar este libro, Talese dudó de la veracidad de su fuente, aunque después relativizó todo. Que el lector juzgue y, por qué no, espíe.