MANI PULITE
Existe una pelea silenciosa que nos involucra a todos pero que la mayoría desconoce. Es una batalla que se da en un espacio común: los baños públicos. Allí, a la hora de secarnos las manos encontramos dos opciones: las toallas de papel, o los más modernos secadores con aire caliente, que prometen mayor eficacia, menor daño ambiental y la garantía de que nuestras manos se higienizan sin tocar nada. Un informe de la universidad inglesa de Leeds aseguró en 2014 que se encontraron cuatro veces más bacterias en el aire de los baños con secador eléctrico que los que utilizaban papel. Según su veredicto, estos dispositivos vaporizan y esparcen todo lo que llevamos en nuestras manos, generando mayores riesgos para la salud. El escándalo no se hizo esperar y sus fabricantes denunciaron una conspiración. Después de todo, se trata de un nego- cio y el cambio del papel al sistema eléctrico significaba un ahorro anual importante en shoppings y aeropuertos. Hace poco se repitió la experiencia y no se encontraron diferencias significativas entre ambas situaciones, aunque fueron ahora los fabricantes de toallas de papel los que aseguraron que había animosidad. La cuestión aún no se zanjó. Un recordatorio de que no siempre lo que parece más moderno es mejor…