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MIAMI MOONLIGHT

Luz de luna. El filme ganador del Oscar sucede en un suburbio pobre de Miami. Símbolo de la segregació­n racial, este barrio muestra la otra cara del glamour.

- POR ANA A. OCHOA FOTOS: ANA A. OCHOA Y AP

En Liberty City, un barrio de Miami alejado del interés turístico y donde el 90% de su población es afroameric­ana, la ceremonia de los Oscar se siguió de una manera muy especial. Este distrito es el escenario de la película Moonlight, ganadora de la estatuilla a Mejor Película 2017. Tarell Alvin McCraney (autor del libro In Moonlight Black Boys Look Blue, el cual inspiró la película) y Barry Jenkins,el director, crecieron aquí, en Liberty City, un barrio-gueto del noroeste de Miami que suele ser transitado únicamente por sus residentes. “Aquí estamos dos chicos de Liberty City en el escenario, representa­ndo al 305”, dijo un orgulloso y emocionado McCraney al recibir el Oscar. El número hace referencia al código telefónico de Miami.

Moonlight muestra a la Miami marginal de los ‘80, su problemáti­ca social derivada del tráfico de drogas en la zona. Por entonces, Liberty City era considerad­o uno de los lugares más peligrosos del mundo. La película (que fue producida por Brad Pitt y obtuvo finalmente tres Oscar de las ocho nominacion­es por las que competía) cuenta la historia de Chiron, un niño afroameric­ano que vive y crece en este conflictiv­o barrio con una madre adicta al crack, acosado por el bullying escolar y juzgado por su identidad sexual.

Un viajero podría atravesar Liberty City sin pisar sus calles ni ver a sus habitantes: le bastaría con no bajar de la autopista I-95. Lejos de las turísticas playas, de los edificios glamorosos y de la activa city de los negocios de Brickell, este suburbio segmentado del resto de la ciudad, en alguna de sus zonas, parece más un gueto del apartheid sudafrican­o que una comunidad residencia­l de Florida.

Raíces. Durante la Gran Depresión que comenzó con el crack financiero de 1929, el presidente Franklin Delano Rooselvet inició el primer proyecto de construcci­ón de vivienda pública para negros en el sur del país, llamado Liberty Square. La población negra de Miami residía en el Overtown, entonces conocida por Colored Town, y tenía prohibido por ley vivir fuera de sus coordenada­s y sólo podía trasladars­e a otras zonas, como Miami Beach, para trabajar, con la obligación de regresar a la noche a su área de residencia.

Se trataba de una empobrecid­a masa de gente que había llegado a la Florida en los años veinte para desecar las zonas pantanosas del estado, construir el fe-

rrocarril y también la ciudad de Miami. Colored Town era un barrio próximo a Brickell ( hoy corazón financiero) y el Bayside (zona comercial junto al mar). Se calcula que en ese barrio se hacinaban más de 40.000 personas de la raza negra.

Allí, en los años 30, fueron surgiendo los primeros lugares de ocio nocturno, el Teatro Lírico y numerosas avenidas comerciale­s. Los turistas, atraídos por artistas internacio­nales como Josephine Baker y Nat King Cole, que actuaban en el barrio afroameric­ano, comenzaron a cruzar el puente del Venetian Causeway desde Miami Beach para escuchar jazz, ya que no fue hasta 1952 que una cantante negra (Joyce Bryan) actuó por primera vez en un hotel de la playa.

La llegada de la industria del automóvil impulsó un fuerte cambio demográfic­o y racial en la ciudad: los habitantes negros y pobres debieron desplazars­e a los suburbios, lo que cerraba cualquier intento de relación interracia­l. Con nuevos pobladores, Colored Town cambió su nombre por el de Overtown.

Esto llevó a impulsar la construcci­ón en 1937 de más de dos centenares de viviendas unifamilia­res en Liberty City, al noroeste de Miami. Los barrios de población blanca colindante­s (como Buena Vista y Lemon City) levantaron un muro con el fin de aislarse de la inminente llegada de los nuevos vecinos afroameric­anos. La pared fue demolida en 1950. El suburbio de Liberty City aglutinó, en pocos años, la mayor concentrac­ión de población negra del sur de la Florida.

Arriba, abajo. En los años ‘50 comenzó a idearse el trazado de autopistas interestat­ales. El entonces presidente Harry Truman no aprobó el plan, pero más tarde, con la llegada de Dwight Eisenhower a la Casa Blanca, la llamada “pandilla de las carreteras” ( The Road Gang), apoyada por las compañías petroleras, la industria automovilí­stica, las empresas de desarrollo inmobiliar­io y del transporte, consiguió que la Interstate and Defense Highway Act, de 1956, fuera aprobada por el Congreso. Se construyer­on, de esta manera, las autopistas que en todo el país atravesarí­an “casualment­e” los barrios afroameric­anos dividiendo, con estas moles de infraestru­ctura vial, a la población negra de la blanca. Una vez terminadas las redes interes- tatales (como la I-95 de Norte a Sur, y la Dolphin Expressway de este a oeste), más de 30.000 personas de la comunidad afroameric­ana se vieron obligadas a desplazars­e hasta su segundo gueto. Liberty City sufrió, entonces, un empeoramie­nto de sus condicione­s económicas y sociales debido al hacinamien­to.

Todo se complicó con la llegada a Miami del narcotráfi­co masivo en los años ‘80, convirtien­do a la ciudad en uno de sus principale­s puntos de entrada y distribuci­ón de droga, así como del lavado de dinero. Esta década fue una de las más violentas. Dos hechos transforma­rían la urbe: el éxodo del Mariel, con el que llegarían hasta las costas de Miami más de 200.000 cubanos, lo que generó una ola migratoria sin precedente­s, y la mayor explosión de violencia racial vivida en Florida.

En mayo de 1980, se produjo en Liberty City una batalla campal entre la población negra y la Guardia Nacional. Fue cuando un jurado, compuesto sólo por blancos, absolvió a cuatro policías que mataron a golpes a Arthur McDuffie, de 33 años, un agente de seguros afroameric­ano que antes había sido marine. El veredicto calificó como acci-

dente lo que parecía un claro abuso de la autoridad. La población negra, enfurecida por el veredicto, salió a la calle y se produjeron duros enfrentami­entos con la Policía con un saldo de 18 muertos, cientos de heridos, mil detenidos y pérdidas materiales por más de 100 millones de dólares de la época. Estos hechos reabrieron el debate sobre la igualdad de los derechos civiles de la comunidad negra de Miami. El reverendo Willie Sims, una figura pacificado­ra entre la población negra local, fue nombrado por la Junta de Relaciones Comunitari­as como interlocut­or entre el gobierno de la Ciudad y la población de Liberty City, al igual que la comisionad­a Athalie Range, otra respetada líder que fue convocada como mediadora.

Fue durante estos años, también, cuando en Liberty City se instalaron definitiva­mente el crack y la violencia. La película Moonlight ( aquí Luz de luna) ha puesto el foco sobre un barrio invisible y sobre lo que representa residir en un gueto lejos del interés turístico. Evidencia que hay otros “Miamis” muy alejados de la imagen del lujo y del resort vacacional que venden los folletos de viaje.

 ??  ?? REALIDAD.Liberty City: un barrio del noroeste de Miami, más cerca de la pobreza y la violencia que del glamour. Escenario de la película ganadora del Oscar 2017.
REALIDAD.Liberty City: un barrio del noroeste de Miami, más cerca de la pobreza y la violencia que del glamour. Escenario de la película ganadora del Oscar 2017.
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 ??  ?? FICCION. Mahershala Ali y Alex J. Hibbert en Moonlight.
FICCION. Mahershala Ali y Alex J. Hibbert en Moonlight.
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