Clarín - Viva

DAMIAN DE SANTO

A punto de cumplir los 50, dice que cuando actúa da “besos de verdad” y cuenta por qué no pudo cumplir su sueño de una familia itinerante.

- POR SILVINA DEMARE FOTO: JULIO JUAREZ

1

¿Tenés algún apodo? De chico me pusieron Magoo porque no veo un pomo. Sin Mister, Magoo a secas. Me siguen llamando así.

2

¿Estás en grupos deWhatsApp? Sí, en tres: uno de papi fútbol, otro de padel y el restante para hablar boludeces. Me divierten, aunque eso sí: los tengo silenciado­s.

3

¿A qué le tenés miedo? A la muerte. Me gustaría morir dormido. La del sufrimient­o la viví con mi madre y es tremenda para todos. A veces me critican, pero yo prefiero la muerte de mi papá, que fue instantáne­a por un accidente, a la de mi mamá, que fue muy larga por un cáncer de colon.

4

¿Cuál es el último libro que leíste? Mucha vida, muchos maestros, de Brian Wells.

5

¿La mejor pizza de Buenos Aires? La de fugazzeta de El cuartito. Pero sin jamón, eh.

Te gusta el gobierno de Macri? Tengo sensacione­s encontrada­s. Toda mi familia es radical. A mí me daba vergüenza ser radical en la época de De la Rúa. Creo que el gran error de la política de Macri es no haberla humanizado a tiempo. Todo lo circunscri­bimos a la economía y me parece que el tema es un poquito más amplio. Uno necesita saber que ese “padre” te va a cuidar. Y, por momentos, siento que se van de mambo. A la vez, los aumentos de servicios son inhumanos. Yo no haría política: soy demasiada buena gente.

7

De no ser actor, ¿qué te hubiera gustado ser? Ingeniero. En Córdoba, donde vivo y tengo mis cabañas, reciclo el agua, neutralizo las pilas... Estoy muy metido en esa historia. Tengo termotanqu­e solar. La energía alternativ­a me parece fantástica. Mi hermano es ingeniero en medio ambiente.

8

¿Qué talento te gustaría tener? El manual. Con las manos soy un desastre. Te puedo levantar una pared, pero me das algo chiquito y lo rompo. Soy impaciente. Mi mujer me tiene miedo.

9

¿Cuesta encontrar el momento para tener sexo cuando en la casa hay dos hijos casi adolescent­es? A la noche, nada. Vani, mi señora, se duerme temprano y yo soy más noctámbulo, como mi hijo más grande. La noche no es para el casado con hijos.

10

¿Hay vida después de la muerte? Sí, claro, si no cumplimos con el cometido, volvemos.

11

¿Tu peor defecto? La ansiedad. A veces no escucho, me anulo. Laburo mucho eso. Y hago tres cosas a la vez: pinto, coso un pantalón y me pongo a cocinar.

12

¿Hiciste terapia? Sí, y me ayudó mucho. Empecé a los 30 para ver quién quería ser realmente. Fue un horror cuando me encontré conmigo mismo. Y a la vez, revelador. Le agradezco mucho a mi psicólogo. Murió. No volví más a hacer terapia. Tengo una madre postiza, que era la esposa de mi viejo, que es psicóloga. Ella está muy conectada con la bondad y lo místico. Pero yo le digo: “¡Terminála Pochi! El mundo no es tan piola como vos me lo estás planteando. No me vengas con el verso”.

13

Al actuar una escena de sexo, ¿cómo la encarás teniendo la cuestión del acoso? Jamás tuve una situación incómoda con una compañera. Y creo que no hay que sacar el ojo sobre los abusos y el maltrato. A mí me encantan los besos y yo doy besos de verdad. Lo hablo antes con la actriz y le digo: “Vamos a hacer el amor y no podemos hacer la estupidez de las novelas de antes. Hagamos televisión de verdad, que se transmita”. Pero no quiero polemizar.

14

¿Qué hacés antes de irte a dormir? Me baño. Descanso bien, pero si no me puedo dormir, tomo seis gotas de valeriana o un buen vino.

15

¿ Sufriste por ir al mismo colegio donde tu mamá era profesora? Me daba cosa, pero no lo sufrí. Fui feliz. Además, nunca fui quilombero. Era torpe, jodón, pero no tenía maldad. Cuando se armaba lío, era como el mediador.

16

¿ Qué creés que le pasó a Romina Yan, tu compañera de tantas novelas, quien murió imprevista­mente? Había logrado muchas cosas en los últimos años y estaba completa. Cumplía 10 años de casada, la producía el papá, todo bárbaro. Yo veía que tenía una alimentaci­ón bastante escueta, no sé después qué comía en la casa, pero vivía a yogur. Siempre le decía: “¡Te quiero con carne!”. Y me respondía: “Me falta bajar un kilo”. Trataba el tema livianamen­te con ella, pero creo que tenía demasiada exigencia física. Hacía mucho deporte y para eso necesitás magnesio, estar bien alimentada. La quise mucho.

17

¿Un sueño? Me gustaría vivir seis meses en Buzios y seis, en Córdoba. Es más: le propuse a mi mujer tomarnos un año sabático y casi me mata. Viajar con los pibes, cero escuela, conocer toda Europa de mochileros. Una familia itinerante.

18

¿Qué te hace llorar? Muchas cosas. Siempre fui medio melancólic­o. A los 19, laburaba de preceptor en un colegio y los fines de semana me iba a Mar de Ajó, a la casita de mi abuela. Viajaba solo en el micro y sabía que mi primo me estaba esperando. Eso me daba alegría. También tener mi laburo, poder comprar el asado. Hoy, me emocionan mis hijos.

19

¿Cómo te pegan los 50? Bien. Cumplí muchos sueños que me parecían imposibles. Primero, cuando me miré al espejo y me dije: “¿Yo quiero ser actor con esta cara?”. Después empecé a convencerm­e de que podía, aunque tenía todas las de perder: sin contactos y con mi vieja en contra. Pero tenía carisma. A los 14 años iba a comprarle membrillo al linyera de la esquina. Hablaba con todo el barrio. Soy observador y con lo vivido fui armando los personajes. Después logré enamorarme y que se enamoren de mí. Nunca cagué a mi mujer. Y tenemos dos hijos hermosos. Soy muy agradecido.

20

Damián, ¿qué tenés de “santo”? Me pongo mucho en el lugar del otro y a veces pierdo. Igual prefiero equivocarm­e por bueno y no por malo. ¿Se entiende?

“SOY ANSIOSO. A VECES NO ESCUCHO, ME ANULO. LABURO MUCHO ESO.” ...

“ME PONGO EN EL LUGAR DEL OTRO Y A VECES PIERDO.” ...

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina